Mamerto Cabrera

La llegada a Lanzarote de la desalación del agua, primer lugar de España donde se comenzó a producir, llevó consigo una revolución en el negocio del turismo. No todo eran construir hoteles. También dotar a Lanzarote de infraestructuras y servicios. Un hecho en el que el admirado internacionalmente César Manrique ayudó a configurar la calidad de la oferta natural de la isla.

Los turistas que llegaban a la isla a establecimientos emblemáticos como Los Fariones, dirigido por Bienvenido Saavedra, pero con capitales que procedían de negocios como el pescado del Sáhara impulsó al capital lanzaroteño en sectores estratégicos como la automoción.

Uno de esos visionarios fue Mamerto Cabrera, que era carpintero. Con apenas cinco unidades de la marca Seat, comenzó a alquilar coches para los turistas. Hoy es un imperio familiar en las islas.

El hijo de Doña Hortensia Medina

El olfato para los negocios del fundador de Cicar viene de sus padres. Y es que la familia, que viene de El Mojón (Teguise), vivía en el Barranco del Quíquere, que está en la árida Mácher, se dedicaba a la agricultura. Una gran familia numerosa de 11 hermanos.

Entre ellos, el fundador del grupo empresarial, mismo nombre que su padre. Para darle un futuro a esos hijos, el matrimonio formado por Mamerto Cabrera Pérez y su esposa, Hortensia Medina, se mudó a Arrecife de Lanzarote y comienzan todos, cada uno aportando su tiempo, a trabajar en el transporte de viajeros locales.

Y es ahí donde el fundador de Autos Cabrera Medina comienza a observar por dónde viene el negocio del turismo a finales de los Sesenta. El alquiler de coches era un negocio muy complejo por las necesidades de respuestos. Pero con el apoyo financiero de Marcial Espino y la consolidación de la oferta en la Península de la isla, la empresa fue creciendo de forma industrial.

Superado ya el medio siglo, Ciccar ya dispone de red propia en la Península y se marca como reto el desarrollo de nuevos productos como los coches de bajo consumo. El espítitu de César Manrique sigue presente en el ADN de la empresa. Y el de Mamerto Cabrera hijo, también, tras su fallecimiento en 2003. La empresa sigue con los mismos valores. Su consejero delegado tiene el mismo nombre que su abuelo y padre.

Futuro

Cada año, en enero, Cicar concurre a ferias como WTM de Londres, ITB de Berlín o Fitur en Madrid. Se hace para mantener el contacto directo con los turistas. Quien decide cómo moverse es el visitante. Porque muchas veces, el operador tiene su propia firma de alquiler de coches al querer cerrar el circuito del negocio. Por eso, exponer y tener presencia directa en las ferias es importante. El grupo canario Cabrera Medina mantiene su denominación con la que pretende dejar claro que es un negocio familiar.

Tras la aventura de Mamerto Cabrera de cerrar su caropintería y dedicar al mundo de los coches, ahora tiene una oferta con 11.000 vehículos y genera 1.500 empleos directos. Mamerto Cabrera, consejero delegado de Cicar, lidera el negocio y sigue con la misma receta: astucia lanzaroteña.

Afirma, sobre las previsiones de 2018, de forma críptica, como todos los lanzaroteños que se dedican a turismo: «El presente se presenta al menos tan bueno como el pasado». Imparables, en 2017 tuvo un crecimiento del 10% gracias a la red propia que ha construido en aeropuertos, puertos y zonas de costa.

Reportaje incorporado en el periódico ABC