Ángel Victor Torres

El foro de opinión ‘Pensamiento Socialista 14 de abril’, sale al paso de las últimas decisiones adoptadas por el secretario general regional del PSC-PSOE, Ángel Victor Torres en el sentido de asumir la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista en sustitución de la hasta ahora presidenta, Patricia Hernández. En este sentido, incorporamos textualmente el artículo remitido a esta redacción.

«Cuando en mayo del 2015 el PSOE se convirtió en el partido más votado de Canarias, todos entendimos que quien entonces era cabeza de cartel, por así haberlo decidió en primarias l@s socialistas canari@s, o bien debería asumir la presidencia del Gobierno, si la aritmética parlamentaria lo permitía, o bien debía ejercer, desde la oposición, la más alta responsabilidad dentro del Grupo Parlamentario Socialista en el Parlamento Canario. Entonces, el haber ganado en Canarias las elecciones era argumento suficiente para que quien encabezaba nuestra lista, ejerciera con total legitimidad, como mínimo, la presidencia del Grupo Parlamentario. Y esto no era nuevo, ya ocurrió con Juan Fernando López Aguilar, quien forzó un congreso extraordinario para, ayudado entonces por los Secretario Generales Insulares, los mismos que posteriormente lo defenestraron, asumiera la Secretaria General del PSOE canario.

Visto lo visto, hay quien piensa que parece más legítimo o más coherente que un cargo orgánico elegido por la militancia asuma un cargo que corresponde a un electo por una cuestión de estrategia interna. ¿Entenderán los votantes que esto ocurra? ¿Es coherente que un alcalde/alcaldesa, elegid@ por l@s votantes abandone su cargo público para asumir un cargo orgánico?

¿Quién tiene mayor legitimada para defender los intereses del PSOE canario en el Parlamento Regional, nuestro Secretario General, que representa a 6.800 militantes, o quien obtuvo 180.000 votos?

El Parlamento Canario es sin duda el mayor órgano de representación democrática de la ciudadana en Canarias. En él se refleja nuestra voluntad; a quien queremos para que durante una legislatura nos representen, defiendan nuestros derechos, ideas, anhelos, inquietudes, esperanzas. Y en el 2015, después de bastante tiempo, el PSOE consiguió convertirse en la primera fuerza política en Canarias, con el apoyo de la militancia, si, pero también con muchísimos más canarios y canarias no militantes, que apostaron por nosotros.

Decidimos formar parte del Gobierno de Canarias. Y lo hicimos bien, muy bien. Asumimos las áreas de gobierno más complicadas, más difíciles; aquellas que tienen que ver con las personas y sus vidas; con sus problemas, con lo público. Y nos fuimos. Nos fuimos porque no consentimos que la Educación, la Sanidad Pública, el empleo, la justicia, los Servicios Sociales, lo público, en definitiva, el estado de bienestar de nuestra gente, se viera relegado a un segundo plano. Y nos fuimos porque no quisimos ser la muleta de Coalición Canaria y sus intereses. Y nos fuimos después de un amplio debate en el seno de los órganos de dirección de nuestro partido. Porque es falso, rotundamente falso, que nuestra marcha del gobierno se produjera por un capricho; lo fue por una causa justa, y lo decidieron quienes tenían esa potestad, incluido el que hoy es Secretario General del Partido en Canarias.

¿Quién tiene mayor legitimada para defender los intereses del PSOE canario en el Parlamento Regional, nuestro Secretario General, que representa a 6.800 militantes, o quien obtuvo 180.000 votos? ¿Y si para las elecciones de mayo del 2019 alguien que no sea el Secretario General gana las primarias a la Presidencia del Gobierno, la ejecutiva que dirige podría impedir que asumiera la presidencia del grupo parlamentario? Debemos ser claritos, y coherentes. Se hace necesaria una amplia reflexión, que debemos afrontar: Más tiempo a la gente, menos tiempo a lo nuestro, porque nuestra vocación, nuestro sentido y nuestro cometido es gobernar para transformar la sociedad y mejorar las condiciones de vida de Canarias. Cuando se actúa de espaldas a la ciudadanía; cuando se olvida a quienes se representa para pensar en claves de esta u la otra agrupación; cuando se imponen intereses personales de determinados individuos frente a los de los votantes; cuando se utiliza a la militancia para disfrazar de legítimas decisiones que en nada responden al sentir de la mayoría; cuando se rompe, se divide y se fractura un proyecto, represaliando a quienes no mantienen los dogmas del pensamiento único y defienden otras formas de proceder, entones se traicionan los principios elementales de este partido. El PSOE nació de la mano de quienes decidieron romper el silencio y alzar la voz aún a costa de sus propias vidas. El partido socialista no es una organización marcial. En este partido la autoridad se conquista con liderazgo y capacidad, no con despotismo, con revanchismo  y poder orgánico; no con el uso de determinadas maniobras en las que parece haberse instalado algunos.

No olvidemos que los poderes orgánicos no ganan elecciones, y que los votantes del PSOE siempre serán críticos y exigentes, porque este partido ha estado en todos los grandes acontecimientos de nuestra democracia en representación de unos votantes que depositan en nosotr@s todas sus esperanzas. No dobleguemos un partido centenario a intereses inexcusables, y en ocasiones expúreos. Mantengamos nuestras convicciones y no seamos escuderos del engaño».