La consejera de Cultura, María Teresa Lorenzo, afirmó este jueves que asume la responsabilidad de los errores cometidos en el Festival de Música de Canarias, como los espacios «que no han funcionado», y el PP le advirtió de que pedirá a la Audiencia de Cuentas que fiscalice los gastos de este año.

Lorenzo ofreció su impresión sobre la XXXIII edición del Festival de Música de Canarias en una comisión parlamentaria en la que todos los grupos, excepto CC y Podemos, criticaron el cambio introducido al evento musical y la portavoz popular, Josefa Luzardo, irónicamente dio la enhorabuena a la consejera «por cargárselo».

La consejera, que también es titular de Turismo y Deportes, justificó el giro dado al festival en que tenía «síntomas de agotamiento importantes» y señaló que se ha convocado a la comisión asesora para hacer balance, rendir cuentas y convocar un concurso público para elegir al nuevo director.

Lorenzo subrayó que se analizará qué no ha salido bien en la reciente edición del festival con el objetivo de mejorar su futuro y evaluar qué errores se han podido cometer, que «los hay», para no repetirlos, como el implicar más a las instituciones locales en aquellos espacios que no han tenido un buen aforo de público.

Añadió Lorenzo que la comisión asesora del festival cuenta con nuevos miembros, como el director de los conservatorios de música de Canarias, asociaciones de profesionales de la música de ambas provincias y responsables de cultura de los cabildos para «reforzar» este órgano y desarrollar las bases de la próxima edición.

La consejera insistió en que el festival tenía una caída de público «importante» y la reflexión permitirá diseñar el futuro para mejorarlo «y perpetuarlo en el tiempo», puesto que es el principal proyecto cultural del Gobierno de Canarias «y vamos a contribuir a su continuidad».

Innovar es arriesgado y se ha apostado por añadir más variedad de repertorio, descentralizar espacios para dar más oportunidades de acudir a conciertos en todas las islas con precios más reducidos para buscar rentabilidad social, explicó.

Otra meta era ampliar el repertorio musical para buscar variedad de épocas y estilos y se programaron 74 obras desde el siglo XVII a la vanguardia, además de apoyar «y visibilizar» el talento canario.

De hecho, el festival se inauguró con una obra canaria, «Chamán», de Gustavo Trujillo, y no había un estreno de un autor isleño desde 2013, precisamente con una obra de Nino Díaz, coordinador de la edición de este año.

La consejera insistió en que los resultados han sido positivos en cuanto a la asistencia, con 30.600 espectadores de los que 5.000 acudieron con invitación, 5.345 lo hicieron a conciertos gratuitos y 2.000 a las actividades paralelas, y señaló que aún no hay cifras definitivas de los ingresos por recaudación.

Para la diputada popular Josefa Luzardo, la consejera «vive en otro mundo» y ha propiciado «un desastre» en el que se han dilapidado 1,9 millones de euros, el mismo presupuesto que en 2016 con un resultado «que no tiene nada que ver».

A su juicio, este año se puede haber propiciado «un agujero» en torno a los 233.000 euros, dijo que la consejera no sólo no reconoce el fracaso sino que además lo justifica con el doble de conciertos y 7.000 espectadores menos.

«Si no cambia el rumbo va a conseguir que el festival desaparezca», advirtió la parlamentaria popular, para quien la calidad no tiene nada que ver con la canariedad ni con rebajarla para ampliar la audiencia.

Victoria Hernández, del grupo Socialista, también echó en falta autocrítica, lamentó que no ha habido críticos internacionales de música para cubrir el festival y advirtió a la consejera: «cuídese muy bien de quien parece que le está haciendo la cama» que es el señor Clavijo», dijo en alusión al presidente del Gobierno canario.

Por la Agrupación Socialista Gomera el diputado Jesús Ramos se preguntó por qué cambiar algo que funcionaba bien, dijo que en la última edición no se han cumplido las expectativas y detalló que en La Gomera descendió el público, de tal manera que a un concierto en Valle Gran Rey acudieron unas 40 personas, la mayoría turistas.

«Debe volver a sus orígenes sin echar por la borda el trabajo hecho este año», aconsejó el diputado gomero.
Para el parlamentario del grupo Nacionalista Canario David de la Hoz si hay que auditar cuentas «me apunto», pero a las de las 33 ediciones del festival «porque seguramente nos llevaremos sorpresas», y advirtió de que el objetivo del Festival de Música de Canarias no es atraer turistas.

Añadió que si no se han llenado algunos recintos tampoco lo hacen otros escenarios deportivos y culturales, aseveró que nunca se han escrito tantas notas de un festival sin hablar de música y alentó a la consejera a «aprovechar» estos momentos «de revuelo, de crisis y de cambio».

Juan Márquez, de Podemos, valoró el giro a las nuevas tendencias musicales y sobre todo «el cambio más grande y el más criticado, el sacar del control del festival a grupos totalmente ajenos a las instituciones y a los que nadie ha pedido organizar» la política cultural.

En su opinión, ha habido una campaña de desprestigio que se orquestó meses antes del inicio del festival, que estaba condenado a una crítica muy profunda y a la que responsabilizó de la falta de público.

Apeló a la necesidad de «abrir el festival aunque moleste a una minoría» y coincidió con la consejera en que hay que ser más cuidadosos al elegir los espacios y en alusión a las críticas del PP, cuestionó que antes había un millón de euros de déficit «y no había portadas en periódicos.

Acusó al PP de querer «que le traigamos grandes orquestas con el dinero de todos», lo que comparó con la política cultural «tercermundista» de Kazajistán, en donde una elite poderosa «compra» música y aseveró que cuando se dice que el Festival de Música de Canarias es muy conocido a nivel internacional «se nos pide un acto de fe».

Añadió Márquez que el Gobierno de Canarias no es una productora privada que tenga que buscar beneficios ni hacer mercantilismos ni malgastar dinero «para hacer fiestas de cumpleaños en el hotel Santa Catalina».

Ante la alusión del diputado de Podemos, la popular Josefa Luzardo pidió un turno de réplica al presidente de la comisión, el nacionalista David de la Hoz a quien, tras cortarle la palabra por superar el tiempo, señaló que «está claro que este festival ha caído en la desgracia de Lanzarote».

En su segunda intervención la consejera de Turismo, Cultura y Deportes consideró «lógico» la opinión de Podemos de que una campaña de desprestigio haya podido desmotivar al público y consideró no obstante que en toda España está bajando la asistencia a los conciertos de música clásica.

Al respecto, dijo en respuesta a ASG que vayan 50 personas a un concierto le parece razonable y pidió no darle importancia a la cifra.

En cuanto a la repercusión mediática del festival, la consejera dijo que el amplio debate ha logrado impactos nunca antes conseguidos, con 406 alusiones en medios tradicionales y de ellas el 70 por ciento fueron noticias positivas, porcentaje que ascendió al 83 por ciento durante la celebración de los conciertos.

En redes sociales el impacto del festival llegó a más de dos millones de personas, con más de 60.000 «me gusta» y menos de cien comentarios negativos, por parte de unas 50 personas, indicó.