El modelo mediterráneo de farmacia continúa teniendo el respaldo político. La última muestra de ello fue la semana pasada, cuando en la Comisión de Sanidad del Senado, la primera de la legislatura, se presentó una moción a instancias del Partido Popular para defenderlo.

La propuesta salió adelante con los votos votos a favor del PP, PSOE, Coalición Canaria y PNV y las abstenciones de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Unidos Podemos y ERC. “Queremos seguir trabajando para consolidar y desarrollar el valor de la farmacia como un servicio sanitario de proximidad, así como seguir defendiendo el modelo de farmacia español como un modelo eficaz y eficiente”, decía el texto aprobado en la Cámara Alta que no recibió ninguna enmienda.

El encargado de defender la propuesta fue el senador Popular, Francisco Fernández. A lo largo de su intervención, aseguró que esta moción tiene como fin y objetivo fundamental reforzar el modelo de farmacia del que goza el estado español. Del mismo modo, puso en valor el papel de la farmacia española “que aporta un valor añadido puesto que posibilita, a través de la concertación, la colaboración con el Sistema Nacional de Salud”. Así, recordó que la concertación de la Administración con todas las farmacias, junto con la ordenación farmacéutica, garantizan de forma efectiva al ciudadano “el acceso a la prestación farmacéutica en condiciones de igualdad y con la misma garantía de calidad y suministro en todo el Estado, incluso en situaciones de demoras en el pago, como pasó a lo largo de años anteriores en algunas comunidades autónomas”.

Yaiza Castilla
Yaiza Castilla

La senadora de la Agrupación Socialista Gomera, Yaiza Castilla, explicó que están de acuerdo con la esencia de la moción y con el servicio de farmacia, pero aseguró que se iban a abstener por “miedo a que se tienda más a un modelo de rentabilidad económico” de la farmacia en un futuro próximo.

En el turno de réplica, el ponente trató de convencer, sin éxito, a la portavoz de la Agrupación Socialista Gomera para que reconsidere su abstención y le explicó que el modelo actual se va a defender y que es la base para mantener la farmacia rural.

También explicó que había que avanzar en las posibilidades de conexión y comunicación de médico y farmacéutico, al igual que al historial farmacoterapéutico.

Por su parte la senadora canaria María del Mar de Julios, que votó a favor,  defendió el modelo farmacéutico y expuso que en las Islas Canarias sin este modelo regulado sería muy difícil que las islas más pequeñas y los municipios más aislados contaran con un servicio como el actual. De Julios también puso en valor los beneficios que aporta el hecho de que al frente de la dispensación de medicamentos haya siempre un profesional como el farmacéutico. “Es importante salvaguardar este modelo que tenemos que, aporta indicadores con muy buenos resultados con respecto a otros lugares”, aseguró.

El PNV, por su parte, compartió la esencia de la moción y puso de manifiesto el valor de la farmacia y su proximidad “no solo física” a los pacientes, señaló Nerea Ahedo. “La farmacia tiene que ser uno de los pilares de la salud pública”, por lo que no se debe desperdiciar considerando a la farmacia “un mero dispensador de medicamentos”. Por ese motivo, es fundamental impulsar herramientas como el acceso a la historia clínica electrónica puede ser fundamental para su trabajo.

Podemos, por su parte, explicó que la “realidad no es tan paradisiaca” como la descrita por el ponente popular. Su portavoz, Concepción Palencia, señaló algunos elementos que ponen en riesgo la viabilidad de la farmacia: Los retrasos en los pagos, la reducción de precios y la disminución del número de medicamentos que se llevan a la farmacia comunitaria, con respecto a los que van al hospital.

Más allá de esto, Palencia señaló que la farmacia es una empresa con ánimo de lucro y, por eso, para mejorar el modelo “habría que desmercantilizarlo y dar más peso a lo sanitario” y desligar el pago del volumen de ventas. El objetivo sería desligar los ingresos de la farmacia de su ubicación o de la habilidad del farmacéutico para “endosar a la población un creciente número de productos de cuanto más precio mejor”.

Por su parte, el PSOE mostró su larga trayectoria de colaboración con la farmacia”, según Pío Zelaya, que también destacó la estructura de la farmacia y su proximidad, así como la valoración que tiene por parte de la población. Zelaya también puso de manifiesto el gran potencial asistencial de la farmacia comunitaria.

A pesar de estar de acuerdo con la moción, el representante socialista señaló que en los últimos años se han puesto en marcha algunos acuerdos entre el Gobierno y los farmacéuticos que se iniciaron en 2013 con el acuerdo marco de colaboración con el CGCOF. “Un acuerdo con buenas intenciones que dio lugar a una propuesta técnica”. No obstante, todo se está quedando “en una sucesión de buenas intenciones que pueden generar frustración”, algo que según señaló ya ocurrió con la prescripción enfermera.

Para Zelaya el desarrollo de la farmacia tiene que ir a una “farmacia más comunitaria y que se integren en los programas de salud de las CCAA”. Además, explicó que se debe regular el acceso del farmacéutico al historial farmacoterapéutico de los pacientes y que todas las actuaciones del farmacéutico queden reflejadas.