Un cartel de se alquila en un piso en Madrid. PABLO RAMOS

Casi una década después de que la crisis financiera resquebrajase los cimientos del mercado residencial español, éste comienza a resurgir de sus propias ruinas, pero con cambios reveladores en sus elementos estructurales. Uno de los más significativos es el impresionante auge de la vivienda en alquiler en aras de la compra. Parafraseando a José Luis Arrese, ministro franquista de Vivienda, ¿dejará España de ser un país de propietarios para ser de proletarios?

¿Tanto ha crecido el alquiler en España?
Sí. De hecho se encuentra en niveles que no se veían en nuestro país desde los años 60. Según datos de la consultora Kategora, la vivienda en alquiler supone hoy el 23% del parque residencial nacional frente a la vivienda en propiedad. Un incremento espectacular, sobre todo si tenemos en cuenta que antes de la crisis representaba sólo un 7%.
¿Qué explica este crecimiento?
Son varios los motivos que pueden explicar el auge del alquiler. El principal, como apunta Nacho Espejo, responsable de producto de Kategora, es la explosión de la burbuja inmobiliaria. «El precio de la vivienda en propiedad alcanzó niveles estratosféricos y la gente no podía pagarlos», explica, lo que ha convertido al alquiler en una alternativa más que viable.
¿Ha influido también el desempleo?
Por supuesto. El elevado paro, sobre todo juvenil, y las precarias condiciones laborales de buena parte de los nuevos empleos son una de las causas que más ha influido. Según datos del CIS, si bien entre 2004 y 2008 nacían hasta casi 240.000 hogares de propietarios jóvenes cada año, la coyuntura actual ha obligado a cambiar la mentalidad y a desechar la cultura de la propiedad, tan arraigada en España.
¿Pero no es mejor comprar que alquilar ?
No hay una verdad absoluta respecto a este tipo de preguntas, aunque durante años este mantra dominó la economía. Lo que sí hay son pistas. Es una realidad que hace años el esfuerzo económico que podía suponer la compra de un piso, por ejemplo, podía compararse con el de un alquiler. Pues conseguir un préstamo hipotecario que financiase casi la totalidad del precio de la compra no era imposible. Sin embargo, las exigentes condiciones hipotecarias de estos últimos años y el miedo a hipotecarse dada la situación económica actual influyen mucho a la hora de elegir. Lo cierto es que las hipotecas se están recuperando pero, a la vez, los jóvenes están acabando con mantras como que «alquilar es tirar el dinero».
¿Ha tocado techo el alquiler?
Todo indica que la opción del alquiler seguirá ganando terreno. Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista, señala que «hemos vivido un aumento enorme de la demanda que todavía no va acompañada de un crecimiento similar de la oferta».
¿Eso no hará subir los precios?
De hecho, como apunta Encinar, «la oferta se está reduciendo», lo que irremediablemente hace aumentar los precios. En todo caso, advierte de que llegará un momento en el que aunque los propietarios pretendan aumentar las rentas «el mercado les coloca en la realidad«.»Hay propietarios que están dándose cuenta que aunque las viviendas en alquiler vuelan no consiguen cerrar operaciones y es básicamente porque han disparado demasiado alto«. Por poner un ejemplo práctico de lo que ya han subido los precios, si a una renta de 800 euros en 2007 le aplicásemos la actualización IPC, hoy estaría en torno a los 900. Es decir, 100 euros más que hace 10 años.
¿Hay riesgo de una burbuja del alquiler?
Como tal todavía no existe una burbuja. Ni mucho menos algo parecido a la que provocó el boom inmobiliario. Lo que ha pasado, según explica el jefe de estudios de Idealista, es que «hemos vivido una crisis inmobiliaria sin precedentes que entre otras consecuencias ha abierto los ojos a muchos sobre la evolución de los precios«.
¿Se ha transformado el mercado residencial español?
Hablar de una transformación completa es muy aventurado. Es indudable que ha evolucionado, pero la vivienda en propiedad sigue teniendo mucho peso. Aunque también es cierto que la mayoría de informes consultados apuntan a que el régimen de vivienda bajo alquiler seguirá propagándose.