El discurso de Susana Díaz durante el Debate del Estado de la Comunidad andaluza de este miércoles arrancó, sin complejos, con los problemas de gobernabilidad de España, con las razones sin nombrar para abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy y facilitarle un Gobierno, con las amenazas del secesionismo catalán, incluso con la defensa a ultranza del PSOE como referente hegemónico de la izquierda. A la media hora de un debate de hora y cuarto, Díaz abordó al fin su gestión al frente de la Junta en estos 16 meses de legislatura.

Andalucía, de soslayo, pensó la oposición, y eso que los grupos oponentes preveían que Díaz vendría al Parlamento armada con datos y promesas para rebatir las críticas que recibe desde hace dos años, a saber, que su cabeza está más en las intrigas de Ferraz y en la pugna interna del PSOE que en la gobernabilidad de esta región.

La presidenta sí llevaba un anuncio importante: el preacuerdo con Ciudadanos sobre los Presupuestos Autonómicos de 2017, un pacto que le garantiza estabilidad política para todo un año que se prevé imprevisible y nervioso para todas las instituciones, desde un Gobierno en minoría de Rajoy hasta un PSOE en reconstrucción. Pero incluso ese acuerdo lo usó como contraste al Ejecutivo central y a las comunidades que sus compañeros socialistas gobiernan gracias a Podemos, y soliviantados por Podemos.

El Ejecutivo andaluz es el principal aval de Susana Díaz de cara al futuro Congreso federal del PSOE, en el que intentará alzarse con el liderazgo del partido. ¿Por qué? Porque es el poder institucional más fuerte que ostenta el PSOE, porque es el que planta cara a las políticas conservadoras y “austericistas” del Ejecutivo de Rajoy, porque en Andalucía los socialistas vencieron al PP y vencieron de largo a Podemos (lejos aquí del sorpasso), porque Díaz ha sabido sellar un acuerdo de investidura con un socio de derechas, Ciudadanos, y promocionar su presupuesto y sus políticas como “políticas de izquierdas”, garantizando una estabilidad política que invita a las empresas de fuera, que genera seguridad en el inversor y que le permite mantener el chasis del Estado de Bienestar “sin privatizar y sin hacer grandes recortes”.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, es apludida por el grupo socialista en el Parlamento regional en Sevilla tras su discurso en el debate sobre el estado de la comunidad, el primero que se celebra en Andalucía con la participación de cinco grupos parlam

La presidenta andaluza, Susana Díaz, es apludida por el grupo socialista en el Parlamento regional en Sevilla tras su discurso en el debate sobre el estado de la comunidad, el primero que se celebra en Andalucía con la participación de cinco grupos parlamentarios. EFE/Julio Muñoz

Y porque todo esto -mensaje interno a su partido- no existe en ninguna otra parte de España. El PSOE está jibarizado en España, pero aún es robusto y fuerte en Andalucía. Está preparada para el siguiente capítulo de la política nacional, pero para eso hay que desbloquear la situación. “Necesitamos que se resuelva rápido la cuestión de la gobernabilidad, más allá de cómo se haga”, dijo con claridad.

Ese es el mensaje de Susana Díaz en el Debate del Estado de la Comunidad, una carta de presentación con la que aspira, primero a liderar el PSOE, luego a liderar el país. “Éste es un gobierno de izquierdas cuyo objetivo es tener a la derecha en la oposición que es donde menos daño hace, y ahí es donde el PSOE andaluz tiene al PP. Somos la demostración palpable e irritante para ellos de que otra forma de gobernar es posible”, advirtió.

Y culminó con un alegato a la esencia del PSOE como partido hegemónico de la izquierda. “Somos una izquierda seria, consecuente, alejada del pensamiento único y conservador, y del ilusionismo oportunista donde no se esconde ninguna opción real. Plantear la política como un juego de todo o nada, más que un error, es una deslealtad con la gente que no pienso cometer”, zanjó.

Ya por la tarde, los líderes de la oposición, uno a uno, subieron a la tribuna para repetir la misma máxima: “Usted no está aquí, está de salida, esto ya no le interesa”. La derecha la acusó de haber abandonado Andalucía, y la izquierda la acusó de haber abandonado a la izquierda.

PP: “Usted ya no está en Andalucía”

El primero en replicar a Díaz fue el presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, que centró su discurso en la gestión de la Junta, denunciando la “parálisis” de su Gobierno. “El PSOE es el tapón del progreso para Andalucía”, dijo, repitiendo hasta la saciedad una idea fuerza: “los recortes de Susana Díaz en sanidad, los recortes en educación”. “En Andalucía se está o no se está. Yo estoy. Usted está ahí, pero su cabeza y su tiempo no están en Andalucía”, advirtió. Sin embargo, fue llamativo que en el cara a cara entre la presidenta y el líder de la oposición se ausentara, sorpresivamente, el tema de la corrupción. Ni Moreno mencionó el caso ERE (en el día en que la Junta, por primera vez, pide seis años de cárcel para uno de sus ex consejeros, el ex titular de Empleo Antonio Fernández) ni Díaz mencionó la trama Gürtel.

El portavoz del PP-A, Juanma Moreno, durante su intervención en la segunda sesión del debate sobre el estado de la comunidad, el primero que se celebra en Andalucía con la participación de cinco grupos parlamentarios. EFE/José Manuel Vidal

El portavoz del PP-A, Juanma Moreno, durante su intervención en la segunda sesión del debate sobre el estado de la comunidad, el primero que se celebra en Andalucía con la participación de cinco grupos parlamentarios. EFE/José Manuel Vidal

 

Quien rompió esa baraja fue la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, que cargó contra la presidenta por facilitar el Gobierno al PP. “La estabilidad de la que usted hace gala es la que le ha llevado a capitanear la abstención a Rajoy. Al final el partido de los ERE inviste al partido de la Gürtel”, le espetó. Rodríguez añadió: “Espero que la próxima vez que le susurre algo al oído de Rajoy sea para decirle que derogue la reforma laboral”. La presidenta replicó con dureza, responsabilizando a Podemos por no haber apoyado a un Gobierno del PSOE en España. El partido morado y los socialistas se acusan mutuamente de aliarse con el PP, Rodríguez le achaca a Díaz su abstención ante Rajoy, y Díaz le responde que los populares son sus mejores aliados en el Parlamento andaluz. Y así se ha reeditado el debate de la pinza, el que el PSOE andaluz tiene aún clavado en el corazón desde que a principios de los noventa IU se alió desde la oposición con el PP de Javier Arenas para impedir la gobernabilidad de un Gobierno socialista en minoría.

Podemos: “Su luna de miel con Rajoy no será satisfactoria”

El debate volvió a tornarse en bronca ruda en el segundo turno de palabra de Teresa Rodríguez, en el que descargó toda su dialéctica sobre la presidenta. “Mi enemigo no es el PP, mi adversaria es usted”, le dijo, afeándole que el PSOE vaya a facilitar el Gobierno a un partido “que está en contra de la memoria histórica y que sus antecedentes más cercanos están en el franquismo, y han dejado a miles de víctimas en las cunetas”.

“Ustedes van a ser corresponsables de lo que van a hacer de DespeñaPedros para arriba, les felicito por su matrimonio, pero su luna de miel no va a ser nada satisfactoria, se lo aviso. A partir de ahora se va a echar a las espaldas sus recortes y los del Gobierno. Usted puede decirme a mí que yo no quería un Gobierno con Pedro Sánchez, pero a ver quién se cree en este país que usted sí lo quería”, dijo para zanjar el debate.

Susana Díaz, más encendida, contraatacó con fuerza: “Viene aquí de comisaria política de Pablo Iglesias, que ese sí que se lleva bien con Rajoy”, le espetó, visiblemente molesta por la alusión a las cunetas del franquismo. “Mi partido tiene a muchas personas en esas cunetas, esto no se lo voy a permitir”, dijo.

Díaz le afeó los “insultos” y que su partido no haya condenado la protesta violenta de hoy en la Universidad contra el expresidente Felipe González. La presidente cerró este cara a cara apelando a las dos mujeres que flanquean a Teresa Rodríguez, las diputadas Carmen Lizarraga y Esperanza Gómez, que pilotan la candidatura alternativa para liderar Podemos Andalucía, y a las que demandó “la altura de miras” que niega a la actual dirigente.

Ciudadanos: “Menos mal que estamos nosotros”

El debate recuperó el tono moderado cuando subió a la tribuna el portavoz de Ciudadanos, Juan Marín, que horas antes del debate se apuntó el tanto del pacto presupuestario que dará estabilidad al Gobierno andaluz. La formación naranja trató de equilibrar un discurso crítico y a la vez cooperativo, defendió su aportación al Ejecutivo en el primer año de legislatura y el reciente acuerdo sobre los Presupuestos de 2017.

Marín recordó a Díaz que ha sido “el empujoncito de Ciudadanos” el que ha obligado a la Junta a cumplir su acuerdo de investidura. “Nos acusan de tener una mano de hierro y otra de cera, bendita mano de cera”. “Menos mal que estamos nosotros. Es el rumbo naranja del Gobierno andaluz el que está haciendo a la gente más feliz”. La presidenta le agradeció su compromiso, reseñando que no son la misma cosa ni defienden los mismos valores, pero que han sabido trabajar juntos “con un mismo objetivo”.

IU: “Señora Díaz, usted es más de derechas que Don Pelayo”

Para terminar, el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, recuperó el tono severo con Susana Díaz enumerando sus “mentiras” de por la mañana: “Usted ha estado mintiendo sin despeinarse”, dijo. “Ha intervenido durante media hora en un discurso dirigido al Comité Federal del PSOE para convencerles de dejar que Rajoy y la derecha gobierne en España”, le espetó. “Si quería convencer a algunos de su bancada los podía haber reunido y contárselo a puerta cerrada, pero sin usar la tribuna del Parlamento. No ha hablado de Andalucía hasta pasada la media hora de un discurso de hora y cuarto”, advirtió.

Maíllo enumeró las propuestas que hizo Díaz por la mañana, denunciando que todas eran ya conocidas e incluso presentadas en el Parlamento. “Usted no está rindiendo cuentas, usted está en la reventa” de sus políticas. El líder de IU fue especialmente duro cuando recordó que la presidenta andaluza pidió el voto a los comunistas en las últimas elecciones generales. “Se le tenía que caer la cara de vergüenza, haber pedido el voto de los comunistas en Andalucía como hizo el 26J para entregar ese voto a 4 años más de PP”, aseguró. El cabreo de Maíllo fue en aumento hasta tocar techo: “Usted es de derechas, de derechas, de derechas. Más de derechas que Don Pelayo”, dijo. “Tenemos una presidenta interina, que instala en la provisionalidad al Gobierno andaluz. Si se va a ir, váyase del todo y libere a Andalucía de esta interinidad a la que le tiene sometida”, sentenció.