Marcos Fernández* | Meteoralia | Madrid.- Este mes de marzo es, sin duda, el mes de los aficionados a la Astronomía. Quedan por delante jornadas apasionantes para todos aquellos que disfrutan mirando lo que ocurre ahí arriba porque, sin ir más lejos, esta semana, cruzará cerca de nosotros un meteorito. Además, podremos ver Júpiter a simple sin necesidad de telescopios.

Luna Nueva

Siempre que las condiciones meteorológicas acompañen, quien los desee puede salir a la calle a disfrutarlo. Según los datos de la NASA, el próximo sábado 5 de marzo, un meteorito pasará casi literalmente por encima de nuestras cabezas. Y no es para menos porque la distancia que nos va a separar de él será de tan solo 17.000 kilómetros cuando la que existe entre la Tierra y la Luna es de 384.400 kilómetros.

El riesgo de colisión es bajo, menos de una entre 250 millones. El asteroide ‘2013 TX68’ es de un tamaño similar al que sembró el pánico la fría mañana del 15 de febrero de 2013 en una extensa región de Rusia que amaneció con el destello de un bólido desintegrándose a su paso por la atmósfera.

En aquella ocasión, el meteorito de 17 metros de diámetro provocó una violenta explosión a una altura de entre 30 y 50 kilómetros de altura lo que originó que el cuerpo celeste acabara fragmentado en una lluvia de meteoros que afectó a cinco extensas provincias rusas.

La ciudad más afectada, con daños en alrededor de 4.000 viviendas, fue Cheliábinsk. Algunos grabaron el momento del impacto cuando circulaban en sus coches, otros captaron el sonido ensordecer desde sus casas. Nadie olvida el tremendo susto de un fenómeno al que, por otro lado, estamos expuestos a diario.

Y es que el acontecimiento del próximo sábado no es ni mucho menos algo extraordinario. Si bien es cierto que en el hipotético caso de impacto, este asteroide liberaría dos veces más energía que el de Rusia, durante estas últimas semanas no hemos dejado de recibir noticias de meteoros cruzando la atmósfera.

En la madrugada del miércoles 24 de febrero otro asteroide se estrelló en la provincia de Córdoba, aunque pudo observarse desde diferentes provincias andaluzas. El Centro Astronómico de Gérgal (Almería) captó la bola de fuego cruzando el cielo. No fue el único observatorio que lo detectó. El complejo toledano de Hita también reportó este fenómeno, lo mismo que el de Arenosillo (Huelva) y miles de personas deslumbradas por un destello cinco veces más brillantes que la luna llena de la nieve de la semana pasada.

Los primeros datos confirman que a la velocidad con la que cruzó la atmósfera, el meteorito se desintegró aunque algunos fragmentos sí llegaron a chocar con el suelo. Se calcula que la roca procedente de un asteroide tenía una masa de 400 kilos e impactó a más de 60.000 kilómetros por hora contra la atmósfera.

Bólidos de fuego

Podríamos ampliar el listado de estos fenómenos en las últimas semanas no solo en España sino también en otros lugares del mundo. Uno de los más llamativos ocurrió en los Alpes franceses pocos días antes del meteorito de Córdoba y fue avistado por miles de personas que a esa hora asistían a un partido de rugby.

Aunque en este arranque de 2016 se ha hablado mucho del tema lo cierto es que no es algo anormal que los bólidos de fuego atraviesen la atmósfera y se estrellen contra el planeta. Algunos lo hacen en pleno océano y solo tenemos constancia gracias a la NASA y observatorios internacionales que registren sus datos.

Este fenómeno no común, pero tampoco extraordinario, sucede miles de veces al año. Los asteroides son casi nuestros vecinos en el Sistema Solar, ya que entre Marte y Júpiter se encuentra el llamado ‘cinturón de asteroides’. Son millones de cuerpos rocosos que, según se cree, nunca llegaron a formar un planeta en los albores de nuestro Sistema Solar. Algunos son muy pequeños y otros, como Ceres, son enormes. Este último tiene el tamaño de la cuarta parte de nuestra Luna.

Tan solo un dato más para hacernos a la idea de lo familiarizada que está la comunidad científica con ellos: cada cinco o diez años un asteroide del tamaño de un autobús escolar alcanza la Tierra. Y, cada medio siglo consigue dar en la diana e impactar contra el planeta.

La belleza de Júpiter a simple vista

Júpiter

El 8 de marzo estaremos también pendientes de otro espectáculo con permiso de las condiciones meteorológicas. Podremos contemplar el planeta más grande del Sistema Solar sin necesidad de prismáticos o telescopios gracias a la posición de la Tierra respecto a Júpiter y el Sol.

Nuestro planeta se alinea con ambos cuerpos por lo que será fácil identificar al gigante del Sistema Solar en torno a la medianoche, que será el momento óptimo para observarlo. Si no tienes posibilidad de verlo, no te preocupes. Este fenómeno sucede cada 13 meses por lo tendrás nuevas oportunidades en un futuro próximo.

Quienes se encuentren en el hemisferio norte van a ver el planeta hacia el sur ocultándose por el oeste, mientras que desde el hemisferio sur lo harán desde el norte hacia el oeste. Además, Júpiter es el planeta que más brilla de nuestro Sistema Solar, tan solo por detrás de Venus.

Si tienes dudas, piensa que las estrellas siempre parpadean en el firmamento mientras que la luz de los planetas es fija. De este modo, sabrás inequívocamente que estás contemplando a Júpiter en una alineación perfecta con el Sol y la Tierra.

Eclipse y superluna, por primera vez en 2016

Además, la agenda astronómica tiene una cita con un fenómeno más que destacado los días 8 y 9 de marzo: un eclipse total de sol que será visible tan solo en algunas partes de Indonesia, Borneo y otros puntos cercanos del océano Pacífico. En el norte y este de Australia y en el sureste y este de Asia también se avistará, pero de manera parcial.

Además, la superluna también será visible los mismos días. Se trata de una luna nueva en perigeo, es decir, en el punto de su órbita más cercano a la Tierra. Este fenómeno tiene lugar cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra.

*Marcos Fernández (@marcosfdezfdez) es periodista especializado en Meteorología.