Por el Observatorio de Salud Mental (La Gomera)

 

En las pasadas Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Neuropsiquiatría, el modelo asistencial de Salud Mental de La Gomera fue introducido en el debate de una de las ponencias como ejemplo de calidad asistencial y, algo que sorprendió a los presentes por ser un caso único, como modelo de atención pública que genera ingresos provenientes de la atención privada.

Desde que Dr. Carlos Escuela, como gerente del Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe, puso su empeño personal en dotar a la isla de un servicio continuado de Salud Mental, completando en 2010 el miniequipo compuesto por enfermería, psicología y trabajo social con la contratación de una médico especialista en psiquiatría, que tanto había costado conseguir para la isla. De hecho, fuimos la última del archipiélago en tener esta especialidad de forma constante e incluso fuimos los únicos europeos en no tener asistencia especializada continuada durante un tiempo. Eso, afortunadamente ha cambiado y actualmente gozamos de atención permanente especializada las veinticuatro horas del día casi todo el mes, como corresponde a una atención moderna y homologada con nuestro entorno.

Las cifras y los hechos nos hablan: se redujo la lista de espera hasta hacerla desaparecer y en las estadísticas asistenciales de la Consejería de Salud sobresale en la comparativa con las otras islas para esta especialidad. Tanto familiares, usuarios y personas que tenemos vínculo con la enfermedad mental consideramos lo mismo que las cifras estadísticas señalan, que la evolución de los últimos años ha sido muy positiva para el servicio de salud mental de la isla, sendero que se debe continuar porque aún falta por hacer.

Pero esto no es lo extraño y asombroso, ya que podemos afirmar que nuestra comunidad y nuestro país gozan del privilegio de tener unos profesionales del ámbito de la enfermedad mental especialmente bien formados y eficientes. Sin embargo en nuestra isla ha concurrido otro factor que es ‘extraño’, porque es raro y singular, y ‘asombroso’, porque ha sucedido contra lo previsible y contrariamente a la lógica neoliberal imperante, marco en el que desgraciadamente nos encontramos.

Mientras que en el estado español, en el resto de Europa y en el resto del occidente de los mercaderes se va desmontando la estructura pública de la atención sociosanitaria, delegando y externalizando la atención que se venía dando desde los dispositivos públicos, derivándose los pacientes a la atención privada, en nuestra isla y en el Servicio de Salud Mental ha ocurrido exactamente lo contrario: los pacientes de la atención privada vienen a la atención del servicio de salud mental público generando unos ingresos extras a las cuentas de la Consejería de Salud y Bienestar Social del Gobierno de Canarias. Justo lo contrario a lo habitual donde las cuentas privadas se llenan con el dinero público. ¿Cómo ha sido esto posible?. Básicamente por un motivo, la especialista en psiquiatría que se contrató defiende el sistema público universal y es donde ha decidido realizar su labor de forma exclusiva, rechazando la opción de trabajar complementariamente en la sanidad privada. Esto supone que todas las personas con seguros privados en nuestra isla, como el funcionariado que tiene asistencia alternativa a la Seguridad Social (ocho de cada diez funcionarios eligen Muface), si acceden a los Servicios de Salud Mental de la isla, será su seguro privado el que tiene que pagar al sistema sanitario público por la atención recibida, dándose la nada usual situación de trasvase de dinero desde la atención sanitaria privada a la pública, suponiendo unos inesperados ingresos extras al Hospital de La Gomera. ¿Es extraño y sorprendente, o no?.

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