Quesería de Alajeró

El presidente del Partido Popular de La Gomera y consejero en el Cabildo, Javier Trujillo, ha preguntado al equipo de gobierno de la Corporación Insular por las previsiones que existen para la rehabilitación de la Quesería de Alajeró y su entorno, que presenta un evidente estado de abandono. Trujillo también quiere saber si se encuentra dentro de las instalaciones de la quesería la maquinaria adquirida hace años, como cámaras, cuajadora, bombas, etcétera, y si los responsables del Cabildo tienen previsto la finalización de esta infraestructura y su puesta en funcionamiento en algún momento.

“También queremos acceder al expediente de una infraestructura en la que se ha invertido una gran cantidad de dinero”, señala el líder de los populares gomeros. “Después de tantos años, clama al cielo el abandono que sufre la Quesería de Alajeró. Unas instalaciones que de estar en funcionamiento podrían estar generando riqueza y empleo en la Isla”.

Javier Trujillo recuerda que a finales de la legislatura pasada, el Grupo Popular en el Ayuntamiento de Alajeró presentó una moción instando al Cabildo de La Gomera a que finalizara la quesería. Esta moción fue aprobada por unanimidad. “También presentamos una enmienda al Presupuesto del Cabildo para 2016, en la que pedíamos la finalización de esta infraestructura, que fue desestimada por el grupo de gobierno de la corporación”, afirma.

el proyecto de la Quesería de Alajeró es otro triste ejemplo de una lamentable tradición en nuestra Isla, en la que se ponen en marcha grandes proyectos anunciados a bombo y platillo por el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, pero al final, por una mala gestión y por incompetencia política y profesional, se quedan a medio terminar

Para el presidente del Partido Popular de La Gomera, “el proyecto de la Quesería de Alajeró es otro triste ejemplo de una lamentable tradición en nuestra Isla, en la que se ponen en marcha grandes proyectos anunciados a bombo y platillo por el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, pero al final, por una mala gestión y por incompetencia política y profesional, se quedan a medio terminar,  o no se ponen en servicio una vez acabados. Son instalaciones e infraestructuras que se deterioran, abandonadas a su suerte, con el paso del tiempo. Desde luego, así no se atienden necesidades, ni se genera actividad económica, ni empleo. Solo se derrocha el dinero de los contribuyentes españoles y europeos”, concluye Trujillo.