Como ha ganado todas las batallas este curso,solo,desde la primera hasta la última curva,ganó también la última,la definitiva,la que daba el título y la gloria. Venció Lorenzo como ganan los geniosn señala Nadia Tronchoni para el periódico El País. Pocos pilotos pueden ponerse la corona con un triunfo como el de este domingo en el Ricardo Tormo: sin mirar la pizarra,sin atender a la calculadora,sin especular lo más mínimo. Tenía que imponerse en la última cita de la temporada,soportar toda la presión que ello conlleva,correr sin pensar en qué sería capaz de hacer su compañero de equipo desde la cola de la parrilla,sin cederles ni un centímetro a las Honda,pues una posición podría ser clave y acabar con todas sus opciones de golpe y porrazo. Lo bordó.
Siempre fue muy duro de sesera. Y resistió. Como ha aguantado los envites toda la temporada. Como se ha levantado una y otra vez. Pese a sentir que no era el favorito este 2015. Pese a creerse solo en el seno de un equipo que puso todo su empeño en defender a su compañero de equipo y rival por el título,Rossi,para que le fuera retirada la sanción que le obligaba a salir el último de la parrilla este domingo en el que se lo jugaban todo cara a cara tras tirar a Márquez en la última carrera,en Malasia. Como ha resistido la presión este fin de semana,en el que ha sido a veces más abucheado que aplaudido por el público pese a competir en España. Supo hacer oídos sordos en el paddock. Y crecerse en la pista,donde encuentra la paz cuando puede correr si tiene la pista libre,incluso cuando acecharon las Honda en los últimos giros.
El mallorquín ganó la última carrera de la temporada,por delante de Marc Márquez y Dani Pedrosa. Y nada pudo hacer el hasta entonces líder del Mundial,Valentino Rossi,que concluyó cuarto en el circuito de Cheste,por lo que el español es el nuevo campeón de MotoGP. El italiano partió último y fue escalando posiciones fácilmente: desde la cola de la parrilla algunos parecían abrirse para incordiar lo menos posible a uno de los aspirantes al título,pues aquella no era su pelea: en la primera vuelta ganó diez posiciones,tras dos giros ya era 12º,y noveno en el tercero; le costó pasar a Smith,y por eso no se puso séptimo hasta el sexto giro; al 46 le costó otras seis vueltas alcanzar la cuarta plaza: tuvo que adelantar a los hermanos Espargaró,Pol y Aleix,y a Dovizioso. Y allí se quedó. El ritmo que habían impuesto Lorenzo,Márquez y Pedrosa no estaba a su alcance.
No lo estaba porque,como ha intentado siempre que ha salido desde la primera línea de la parrilla,el mallorquín echó mano de su explosividad en las primeras vueltas y de su tremenda concentración en la salida para marcar el paso y poner metros de distancia que le acercaran a su tercer título de campeón del mundo. Había demostrado en los entrenamientos que se sentía cómodo en Cheste,a pesar de que las características del trazado no tenían por qué ser las idóneas para su Yamaha. Pero el genial trabajo hecho por la fábrica de los diapasones el pasado invierno,las mejoras experimentadas en frenada y en aceleración,le han proporcionado una moto tan completa y fácil de llevar que no había manera de encontrarle un pero.
Las Honda de Márquez y Pedrosa,con algunos problemas de sobrecalentamiento de neumáticos que a Lorenzo no le afectaron apenas –tan fino es su estilo,tan bien logra trabajar con su M1 para mejorar la durabilidad de las gomas– se acercaron,mucho,en los últimos giros de la carrera,pero,ahora tú,ahora yo,como los dos querían ganar y ninguno parecía ponerse de acuerdo para ver quién había hecho más méritos para hacerlo,el adelantamiento en el que quiso decidirse el duelo a falta de dos vueltas para el final dio aire al de Yamaha,que ganó tres preciosas décimas camino de la meta. Por aquel entonces Rossi ya estaba a casi 20 segundos,un mundo,el mundo en el que él se quedó cuando decidió echar a Márquez de la pista en Sepang. Y no poder disputarse el Mundial como hubiera merecido.
“Me siento más feliz que nunca”,expresó Lorenzo tras proclamarse campeón. “Ha sido increíble,posiblemente el día más emocionante de mi vida. He estado siempre por detrás… El neumático trasero estaba destrozado,he tenido que pilotar muy fino para evitar la caída… Pero cuando he visto la bandera a cuadros me he quedado tranquilo. Se lo dedico a aquellos que no pierden la fe en el trabajo,a mi familia,a todo el equipo de Yamaha y a todos aquellos que me conocen,como dicen los argentinos”,dijo Lorenzo nada más bajarse de la moto.