Mi nombre es Estefanía Morales Perdomo y antes de continuar me gustaría decir que quizás no tengo ni la cultura ni el vocabulario para escribir un artículo,sin embargo,hay algo que si poseo y eso es la verdad de lo que ocurrió. Porque,cuando la mentira se adorna con palabras bonitas y se manipula,pasa eso,que parece la verdad. Quiero dejar claro que éstas serán mis primeras y últimas palabras en torno a este tema debido a que no quiero meterme en un juego que me parece vergonzoso.
Yo también estaba allí. El jueves 21 de noviembre con motivo de la misa de las ofrendas a Nuestra Señora de Guadalupe de cada uno de los barrios del casco de Agulo,ya que al finalizar el concierto del coro se iba a proceder,por parte de la parroquia,a realizar una “chocolatada” con los dulces que entre todos habíamos ofrecido a la Virgen.
Me encontraba con dos niños hermosos cuyas madres,con toda la ilusión del mundo,le habían preparado dos cestitas a cada uno para entregárselas a la patrona de todos los gomeros. Para que se ubiquen,hablo de mis dos primos pequeños. Uno se llama José Carlos,tiene 3 años y es un niño muy observador y atento. Y la otra,que es el motivo de esta discordia,se llama Evelyn,que a diferencia de José Carlos es una niña muy pizpireta,alegre y habladora,cosa poco relevante si queda claro que hablamos de una niña que tiene,exactamente,15 meses y 22 días.
Los niños ya estaban cansados cuando faltaba poco tiempo para dar por finalizado el concierto,es más,José Carlos incluso se había dormido. Evelyn,por el contrario,seguía dando guerra y hablando. Es entonces cuando faltaba una sola canción para terminar el concierto,que,para sorpresa de todos,el director se levanta y éstas son sus palabras: “La niña,lo siento mucho pero si sigue hablando no nos concentramos,yo se que son niños,pero necesitamos silencio sino no podemos continuar”. Si analizo esta frase me encuentro con el femenino “niña” y teniendo en cuenta que en la Iglesia sólo habían dos niños y que el otro era José Carlos que se encontraba durmiendo,¿No quedaba claro que el director se refería a Evelyn? Si continúo analizando y llegó a “necesitamos silencio”,mi pregunta es: ¿Cómo callamos a una niña de 15 meses? ¿Le tapamos la boca?; y ya llegamos a donde quería “sino no podemos continuar”,¿No queda claro que,directa o indirectamente (en mi criterio más bien directa),el director del coro está invitando a la madre de la niña a que abandone la Iglesia?
Para los que no les queda claro las respuestas a las anteriores preguntas,el mismo director,cuando,al finalizar el concierto,la madre de la niña fue a pedirle explicaciones de lo sucedido,respondió: “Tú,como responsable de la niña tienes que quedarte fuera de la iglesia con tu hija para dejar a los demás disfrutar del concierto”.
Y es aquí donde quería llegar. ¿De quién es la Iglesia? ¿Puede acaso alguien “invitarnos a salir” de la que es considerada Casa de Dios o Casa de Todos? Mis creencias me dicen que la Iglesia es de todos y de nadie,es decir,que nadie tiene derecho a gobernar sobre ella. Al menos así me lo ha enseñado la persona con la fe más fuerte que conozco,mi madre. Esta señora me repite a diario que Jesús siempre decía: “Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis,porque de ellos es el reino de los cielos”. Me gustaría que muchas personas predicaran con el ejemplo de esta frase.
Hace muy poco como música (toco la flauta travesera),tuve una experiencia parecida con los niños en un concierto. Me encontraba tocando la flauta cuando unos niños pequeños sentados delante que comenzaron a tirarnos pipas a mí y al director,y se lo dije a éste y su respuesta fue: Son niños,¿qué le voy a hacer?.
Desde aquí quiero dejar claro que la perfección sólo existe en manos de Dios pero que le tengo el máximo respeto al director del coro y que,naturalmente,como música que soy,le admiro,así me lo ha inculcado mi madre. Todos cometemos errores.
Me gustaría nombrar a la persona que seguro que es la peor que lo está pasando toda esta historia y ésta es Marta. No tengo la suerte de ser madre pero dicen que no hay nada más bonito,y,por lo tanto,tampoco habrá nada que duela más que eso. Marta te doy las gracias por darnos a todos ese regalo tan maravilloso que es tu hija Evelyn. Es la alegría de todos. Muchísimas gracias.
Por último y haciendo uso del latín,quiero dejar una reflexión para aludidos: “Excusatio non petita,accusatio manifesta”.