No llega al cuarto de siglo,el tiempo que hace que nos conocemos –que fácil es escribir esa cantidad de años—pero si es cierto,que hace más de quince,coincidió el día que por esas cosas del destino empezamos a entablar una amistad cargada de ingredientes de sinceridad y de grandes complicidades,salpicada en muchas ocasiones de risas a pesar de algunos de los espinosos temas tratados durante estos tres lustros.
Quiero Alberto,felicitarte en primer lugar por ser de esos afortunados que tienen garantizada una pensión después de un largo período de cotización y de trabajo duro,constante y siempre productivo. Tengo claro que la palabra pensionista no es de tu agrado,pero has de reconocer que hoy por hoy casi es un auténtico privilegio y por eso debes mostrar tu satisfacción.
Extiendo también esa felicitación por la sensación de agradecimiento colectivo que dejas como persona y también como Director del Hotel Gran Rey en La Gomera. Tu marcha de ese lugar que durante los años has criado como un hijo y le dedicaste amor,cariño y sacrificio,será una huella imborrable que nada ni nadie podrá difuminar a partir de día que ya no te encuentres ahí.
Te quiero agradecer tu amistad. Eres de esas personas que siempre dan la sensación de que estas cercano,incluso en los momentos más delicados del transcurrir de cada uno. Es un auténtico tesoro poder contar con amigos así  en estos tiempos difíciles que transcurren.
A tres días de tu marcha,tengo y tenemos claro los que te conocemos,que no te gustan las bandas de música de despedida mientras abandonas la Isla dejando atrás la punta del muelle de San Sebastián. Eso –ya lo sabemos–  no va contigo y tampoco con tu mujer,Bettina,que ha estado a tu lado en todo este recorrido de tu etapa gomera. Pero…. si quiero que sepas que todos los que tuvimos la suerte de entablar contigo amistad en esta preciosa Isla,te tendremos como referente de defensa del Medio Ambiente y de implicación directa para que este pequeño territorio insular sea o pretenda ser un lugar  de desarrollo sostenible y de reserva de valores que desgraciadamente ya han sido perdidos en otros entornos de Canarias y del Mundo.
De ti,tengo muchos recuerdos personales. Quizá uno de los más emotivos es el de la imagen de mi padre en sus últimos meses de vida,gozando de la hospitalidad tuya y del personal que diriges en las instalaciones del hotel. Fueron momentos inolvidables que son imposibles de separar del pensamiento por el alto grado de sensibilidad demostrada,siempre una constante en todas tus formas de hacer las cosas.
De ti,hay que destacar también tu amabilidad y tu trato correcto. Siempre estás dispuesto a la búsqueda de una solución,nunca hay nada imposible y eso es una forma de actuar  que encamina en muchos casos la felicidad de ese prójimo,que como  cristiano crítico y practicante has tenido siempre como referente en tu vida.
Me hubiera gustado escribirte algo mejor,así como haber participado en el video personal que te ofrecieron,tal y como se me pidió. Tu sabes las razones por las que quizá no sea el momento más oportuno de ánimo.
Se marcha un Director,pero no un amigo. Eso lo tenemos todos completamente claro,ya que a pocos kilómetros de aquí en el Sur de Tenerife establecerás tu residencia. Muchas veces mirarás desde ahí a la Isla en la que has dejado gran parte de tu vida y sabrás,aunque no lo reconozcas,que eres de esas personas que saben que aquí tendrán siempre las puertas abiertas y que mucha gente  no te olvidará.
Llega el día,Alberto. Un fuerte abrazo,Sanmartí.