Vale: si la reforma laboral no era para crear empleo sino para evitar su destrucción,se sigue lejos del objetivo. Y encima,la ministra del ramo se sigue encomendando a la divinidad,recurriendo a cifras propias que cuesta digerir frente a la contundencia de otros registros periódicos.
A ver si en medio de la refriega política,gobierno y oposición encuentran un hueco para converger en la búsqueda de medidas que alivien la tragedia del paro. Si para la banca hubo,en su día,cuarenta mil millones de euros,que los socialistas pidan ahora un fondo de veinte mil es consecuente: quieren que las empresas y emprendedores tengan acceso al crédito y puedan desarrollar su actividad creando empleo.
Ya se sabe que siempre perdemos los mismos pero hay que esforzarse para descargar la tragedia. En momentos que el país se desangra,hay que buscar y explorar,efectivamente,esas “zonas de acuerdo”. Porque la emergencia social se palpa. Y no es cuestión de seguir caminando sobre el alambre. Funambulismos,los justos.