Este 17 de diciembre,se conmemora el 184 aniversario del nacimiento de Doña Leonor Pérez Cabrera,La inmensa mayoría de los textos que se pueden leer sobre ella,destacan de forma casi sublime su bondad,hoy a 105 años de su fallecimiento,no me cabe duda de este calificativo,sólo con una infinita bondad y una admirable resignación para descubrir y aceptar,que en la juventud casi en la adolescencia de su primogénito,no ha parido a un hijo,ha parido un héroe y a los héroes no se les arropa,a los héroes se enseña a volar y abandonan el nido,porque para los héroes el nido es el mundo.
Como datos generales,Doña Leonor nace el 17 de diciembre de 1828,en Santa Cruz de Tenerife,su padre Antonio Pérez Monzón era natural de la Vega de San Mateo y su madre Rita Cabrera Hernández era natural de Santa Cruz de Tenerife y emigró con toda su familia a Cuba en 1842
Aunque todas las palabras de homenaje que le podamos dedicar a valorar su figura,quedan eclipsadas por las palabras que su hijo Pepe le dedicó a lo largo de su vida,el fragmento que reproduzco a continuación lo escribió con tan sólo 18 años,está firmado el 30 de diciembre de 1871,mientras estaba en el primer destierro que tuvo que sufrir.
Este poema lo pueden leer completamente en algunos de los blogs en los que normalmente publico,antropologiacanaria.blogspot.com o jpsvacaguare.blogspot.com.
Fragmento de ¡MADRE MÍA!.
La luz alumbra ahora
tus ojos,y me miras
¡Cuán dulcemente me hablas! Me parece
que todo ríe plácido a mi lado,
y es que mi alma,si me miras,crece.
Y no hay nada después que me has mirado!
Huya el sueño de mí. ¡Cuán poco extraño
las horas éstas que al descanso robo!
Oh! Si siento la muerte,
es porque,muerto ya,no podré verte!.
En junio de 1924,con motivo de la conmemoración del 17 aniversario,desde el Partido Nacionalista Canario se envió una carta de a varias asociaciones canarias en Cuba como Asociación Canaria,Beneficiencia Canaria,Revista Canarias,Club Pérez Galdós y Liceo Canario,una nota explicando la idea se publicó en el número 7 de la Revista “El Guanche” ,la carta estaba firmada por José Cabrera Díaz,como presidente del Partido Nacionalista Canario,J.M. Rodríguez Cabrera,como tesorero,F. Ramos León,como secretario y Luis F. Gómez Warguemert como director de “El Guanche” que funcionaba como órgano de comunicación del partido. La misiva consistía en invitar a las personas que recibieran la invitación que honraran la figura de esta valiente canaria con una rosa,en recuerdo de este hecho,quiero hacer una pregunta ¿Habrá alguien en este país qué acepte la responsabilidad de poner esta semana una flor junto al busto de Doña Leonor?,manifiesto lo de responsabilidad porque sin duda esa flor será la representante de las miles de flores que los canarios y los cubanos pondríamos en homenaje a Doña Leonor Pérez Cabrera. El busto se encuentre en el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife,esperamos las fotos en el correo secundinocentenario@hotmail.com.
Para terminar agradezco sinceramente el apoyo “wasapistico” de Borlly Guixeras y Cristopher Díaz,en cuanto les dije que quería recordar el lunes a Doña Leonor,y ante sus reacciones me vi en la obligación de redactar este documento que espero que les guste.
Jorge Pulido Santana,Archipielago Canaria a 14 de diciembre de 2012.
 

¡MADRE MIA!
Mi madre: el débil resplandor te baña
De esta mísera luz con que me alumbro,
Y aquí desde mi lecho
Te miro,y no me extraña –
Si tú vives en mí – que venga estrecho
a mi gigante corazón mi pecho.
El sueño esquivan ya los ojos míos,
Porque fueran,si al sueño se cerraran,
ojos sin luz de Dios,ojos impíos.
¡Te miro ¡oh madre! y en la vida creo!
¿Cómo cerrar al plácido descanso
Los agitados ojos,si te veo?
Se me llenan de lágrimas. ¿Es cierto
Que vivo aún como los otros viven?
¿Que al placer de la vida no me he muerto?
Lloro,¡oh mi santa madre! ¡Yo creía
Que por nada en el mundo lloraría!
Los goces de la tierra despreciaba,
Y lenta,lentamente me moría.
Yo no pensaba en ti: yo me olvidaba
De que eras sola tú la vida mía.
Tú estás aquí: la sombra de tu imagen,
Cuando reposo,baña mi cabeza.
¡No más,no más tu santo amor ultrajen
Pensamientos de bárbara fiereza!
Una vida acabó: ¡mi vida empieza!
La luz alumbra ahora
Tus ojos,y me miras.
¡Cuán dulcemente me hablas! Me parece
Que todo ríe plácido a mi lado;
Y es que mi alma,si me miras,crece,
¡Y no hay nada después que me has mirado!
Huya el sueño de mí. ¡Cuán poco extraño
Las horas estas que al descanso robo!
¡Oh! ¡Si siento la muerte,
Es porque,muerto ya,no podré verte!
Ya vienen a través de mi ventana
Vislumbres de la luz de la mañana.
No trinan como allá los pajarillos,
Ni aroman como allá las frescas flores,
Ni escucho aquel cantar de los sencillos
Cubanos y felices labradores.
Ni hay aquel cielo azul que me enamora,
Ni verdor en los árboles,ni brisa,
Ni nada del edén que mi alma llora
Y que quiero arrancar de tu sonrisa.
Aquí no hay más que pavoroso duelo
En todo aquello que en mi patria ríe,
Negruzcas nubes en el pardo cielo,
Y en todas partes,el eterno hielo,
¡Sin un rayo de sol con que te envíe
La expresión inefable de mi anhelo!
Pero no temas,madre,que no tengo
En mí esta nieve yo. Si la tuviera,
Una mirada de tus dulces ojos
Como un rayo de sol la deshiciera.
¿Nieve viviendo tú? Pedirme fuera
Que en tu amor no creyese,¡oh madre mía!
Y si en él no creyera,
La serie de las vidas viviría,
Y como alma perdida vagaría,
Y eterno loco en los espacios fuera.
¡Amame,ámame siempre,madre mía!
30 de diciembre de 1871