Cuando vives en una Isla pequeña todos tenemos la suerte de conocernos,aunque sea de vista. Esta situación hace que cada poco tiempo llegue la mala noticia de la pérdida de alguno de nuestros vecinos. Hace pocos días los gomeros hemos perdido a dos grandes personas. Se trata de Don Enrique Quintero Arzola y la joven Ana María Rodríguez Noda. Don Enrique Quintero Arzola,ex alcalde de Alajeró,falleció a los 82 años de edad. Tomó posesión como primer edil de Alajeró en 1983 y durante su mandato hizo frente a los primeros retos turísticos del municipio sureño. Durante su vida política,incluso tras cesar de su cargo,siempre colaboró y estuvo al servicio de la comunidad en la que residió durante toda su vida.

Tras su retirada de la política,Don Enrique pasaba las horas en una finca de viñas situada en la parte alta de Alajeró y compartía siempre sus momentos con su gran familia. En el último año había sufrido algún infarto.
Desde estas líneas quiero darle un afectuoso abrazo a su familia,en especial a su mujer,Modesta Chinea,a sus hijos y nietos. Don Enrique siempre será recordado como un hombre tenaz que estaba dispuesto en todo momento a colaborar en defensa de los criterios de su localidad durante lo que fue su vida política.
Siempre destacará entre sus vecinos como una persona totalmente afable y entregado tanto a su pueblo como a su Isla.
También hemos perdido hace pocos días a Ana María quién tan sólo contaba con 38 años cuando nos dejó. Joven,carismática,sonriente y única,así la definen sus familiares. Luchó durante los ocho últimos años de su vida contra una larga enfermedad: la leucemia. Se agarró a la vida de una forma admirable y,junto a su marido,Eladio Plasencia,sus padres,Epifanio Rodríguez y Emma Noda,el resto de su gran familia y sus amigos de toda la vida luchó hasta el último minuto. Desde el principio de su enfermedad se negó a demostrar debilidad alguna y hacía una vida totalmente normal destacando siempre por su gran sonrisa que contagiaba a todos los suyos.
Nació en San Sebastián de La Gomera pero pronto se fue a vivir a Alajeró. Trabajó en el Cabildo Insular de La Gomera en ayudas a domicilio y como dependienta en una tienda en el municipio que la vio crecer como persona. Siempre tenía tiempo para su grupo folclórico ‘Tagonache’ de Playa Santiago. El folclore era una de sus pasiones y según sus familiares vivía para cantar.
Este último año fue,sin duda alguno,el más duro de su larga enfermedad. En el mes de marzo se trasladó al Hospital Princesa de Madrid para someterse a un trasplante de médula,el cual superó con creces,y salió del quirófano dedicándole la mejor de sus sonrisas a su familia,que no la dejó ni un solo minuto sola. Según sus allegados Ana María jamás pensó que su vida pararía en algún momento. Este último mes entró en coma dos veces,uno que duró una semana y otro con el final que nunca quiso mientras que convivió con su enfermedad y todo por culpa de un virus. Sus defensas se apagaron.
Gracias a su gran vitalidad su familia siempre la recordará feliz,portando en todo momento su sonrisa tan característica siendo una luchadora hasta el final. Sin duda alguna,Ana María será un gran ejemplo para todos ya que llevó mejor que nadie la enfermedad,su continua lucha y absorbió cada segundo de su vida junto a sus seres queridos.
El municipio de Alajeró se ha quedado huérfano los últimos días con la pérdida irreparable de estos dos vecinos a los que llevaremos siempre en nuestros corazones.