DUNIA E. TORRES La segunda cita de la comisión negociadora debía acabar de ajustar el documento programático del pacto entre nacionalistas y socialistas. Era la cita clave para encajar las demandas tradicionales del PSC-PSOE en cuestiones sociales -como la sanidad o la dependencia- o la reforma de la ley electoral con las prioridades de Coalición. El trabajo está avanzado y el martes está marcado en la hoja de ruta de la negociación como el momento del despegue. A partir de ahí el acuerdo debería tomar velocidad de crucero. Pero ¿lo hará? Las bases socialistas,especialmente en la provincia oriental,están con las espadas en alto. La firma del acuerdo entre CC y PP en el Cabildo de Gran Canaria y el pistoletazo de salida en la corporación insular lanzaroteña se traducen para los socialistas como sendos actos de traición. «Humillación» es la palabra que utilizan y quieren que sea la misma mesa en la que CC exigió que los pactos en las distintas instituciones fueran en cascada -del nivel más alto al más bajo- la que dé una explicación.

Y es que la cascada no cae igual en las dos provincias. Tras el acto de constricción público al que la dirección regional obligó a sus cargos en Tenerife y La Palma especialmente,mientras los nacionalistas tienen ya casi seguros el Cabildo de Tenerife y el ayuntamiento de Santa Cruz y totalmente de su mano La Laguna no ocurre lo mismo en instituciones que para el PSOE son tan importantes en la provincia oriental como eran aquellas para Coalición. El cabildo grancanario no es una institución cualquiera como tampoco el de Lanzarote y con ellos han caído también,merced a la ayuda del PP,los ayuntamientos de Moya y Firgas en Gran Canaria y los de Arrecife,San Bartolomé y Teguise están en veremos.

CC aseguró al inicio de los contactos que los cabildos -en todos menos el gomero era necesario un pacto de gobierno- eran irrenunciables. Del PSOE depende que los nacionalistas no pierdan los de Tenerife,La Palma y el Hierro. En los dos primeros ha habido contactos iniciales CC-PSOE,en el tercero Belén Allende (AHI-CC) espera respuesta de populares y socialistas. Todo dependerá de las explicaciones que se den el martes y cómo se mida el alcance de los «incumplientos». En La Palma el PSC-PSOE podría pagar con la misma moneda en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos -los nacionalistas ya han perdido Tazacorte y Puntallana- de igual forma podrían quedarse fuera de los tres municipios herreños.

En Tenerife,además de Santiago del Teide,San Juan de la Rambla y Güímar,penden del mismo hilo diez ayuntamientos más.

Fuentes de PSOE advierten que el «incumplimiento» deberá «pagarse» de alguna manera. Mejor dicho,deberá compensarse en alguna institución de igual enjundia.

En cualquier caso,lo que esperan dirigentes de una y otra formación es que la sangre no llegue al río. Se intentarán reconducir los ánimos y encauzar la agenda de las negociaciones. De otra forma sería imposible que el jueves lo que hubiera ya sobre la mesa de los comisionados nacionalistas -Javier González Ortiz,José Miguel Ruano,José Miguel Barragán y Antonio Castro- y de los socialistas -Francisco Hernández Spínola,Julio Cruz y Sebastián Franquis- fuera el documento final del pacto y el croquis del reparto del poder sobre el entendido de que el 60% de la administración autonómica corresponde a Coalición y el 40 restante será para los socialistas.

Hay prisas para que todo esté atado antes del sábado. El día once se constituirán la mayoría de los ayuntamientos -Valsequillo lo hará el 1 de julio por recursos de CC y PP a la Junta Electoral- y se verá el alcance real del pacto y en qué medida las bases de una y otra formación asumen el mandato de sus direcciones regionales.

Cuanto más amarrado a un mismo objetivo estén nacionalistas y socialistas más complicada será la marcha atrás. Claro que para ejemplo de que esto no tiene por qué ser así está el pacto de hormigón que nunca llegó a cuajar,en 1995. Con un documento cerrado Manuel Hermoso (CC) decidió en el último momento dar un giro y aceptar los ofrecimientos de José Miguel Bravo de Laguna (PP). Ese fantasma nunca deja de ronda al PSC-PSOE.