El presunto autor de la agresión,que responde a las siglas D.V.D.,mantiene conversaciones imaginarias en las que llega a referirse a la agredida como «pecadora» y da a entender con sus réplicas en voz alta que ha sido esa voz inexistente la que le dijo que tenía que asesinarla.

Además,las mismas fuentes han detectado en los días posteriores al incidente un aumento de llamadas y personaciones en distintas comisarías de personas contando historias desequilibradas,como el caso de una mujer que aseguraba que un electrodoméstico de su casa la amenazaba.