CÁNDIDA CARBALLO.-Carla Antonelli (Güímar,1959,»el año de la revolución cubana») se convertirá en junio en la primera diputada transexual de un parlamento español. Tras la designación que le hizo el socialista Tomás Gómez,han arremetido contra ella algunos portavoces políticos y varios medios de comunicación. Carla Delgado Gómez,el nombre verdadero de esta luchadora,irá el número 18 de la lista y no se arredra. Su trayectoria como luchadora en defensa de sus derechos y del colectivo que representa,le dan fuerza. En esta entrevista telefónica hace un repaso a su azarosa vida.
– ¿Qué olores y sensaciones le dejó su infancia güimarera?
«Recuerdo intensamente el olor a salitre cuando bajaba al mar… pescar y saltar por las piedras. Y esos olores a los dulces de Navidad; a las truchas,a los merengues…».
-¿A qué se dedicaba su familia?
«Al campo».
-¿Le gustaba la agricultura cuando era pequeña?
«Pues la verdad es que no. Como trabajo no,el campo sí me gusta. Tengo recuerdos muy bonitos. Muchos amaneceres… Recuerdo un amanecer en el que,mirando la salida del sol,me comí un guayabo recién cogido,que es el que mejor me ha sabido en mi vida. Me descargó unas endorfinas increíbles. Pero,francamente,no me hacía mucha gracia poner el despertador a las seis de la mañana».
-¿Cómo fue su infancia?
«No recuerdo con agrado mi paso por Párvulos,muy pequeña. Por timidez o por lo que sea,me convertí en el centro de los ataques y las burlas. Yo creo que era por una cuestión de que me tocó. No sé si era porque se podía intuir algo…».
-¿Era tímida?
«Sí…pero luego vas aprendiendo a ser un poco más abierta y dejas de serlo».
-¿Vivió ataques en la escuela?
«En la escuela pública no tuvieron la misma intensidad,aunque yo sí tenía la sensación de que no estaba ubicada. No terminaba de encajar en el pueblo. No entraba dentro de los patrones. De eso me di cuenta cuando estaba en la escuela. Con el tiempo,se entiende todo y todo encaja».
-¿Conserva amigos de la infancia?
«Sí. Curiosamente,con el tiempo y a través de las redes sociales,he entrado en contacto con amistades de la escuela. La verdad es que me ha hecho mucha gracia y,al mismo tiempo,mucha ilusión».
-¿Cree que la actitud con usted de esas personas ha cambiado?
«Desde luego,con el tiempo las cosas han ido cambiando. Incluso puedo contar una anécdota de cuando tenía 19 o 20 años. Ocurrió en un bar de Santa Cruz. Iban a pegarle a un chaval del pueblo que era muy agresivo conmigo,que llegó a pegarme cuando era pequeña,pero yo intercedí para que no le pegaran y él me dio las gracias,reconociendo todo el mal que me había hecho. Al final la vida te va poniendo en tu sitio».
-¿Salió pronto de Güímar?
«Sí,con 17 años».
-¿A estudiar?
«No. Fue porque tomé conciencia de que era imposible desarrollar mi propia identidad en un pueblo. Ni siquiera se lo plantee a mi familia. Arranqué y me fui».
-¿No le dijo nada a su familia?
«No. Tú sabes cómo estás viviendo y cuál es tu entorno. Tienes una madurez suficiente con 17 años para saber que allí es imposible. Así que me voy a Las Palmas,porque si me quedaba en Tenerife,me iban a encontrar».
-¿Su familia no la buscó?
«Me imagino que sí. Al cabo de uno o dos meses,les informé de todo. Ya se vio que no procedía que yo volviera a Güímar. Ya había iniciado la transición».
-¿La transición física?
«Sí. A esa es a la que me refiero. La psíquica es desde que piensas,incluso sin saber qué es lo que estás pensando. Hay algo discordante,aunque no sepas qué es lo que pasa. Así que con 17 años empecé mi tratamiento hormonal,cuanto antes mejor».
-¿Era fácil hormonarse?
«En Las Palmas era más fácil que en Tenerife. Yo ya sabía que eso era posible gracias a un libro que había leído que se titulaba Carolina Park. Hablaba de lo que me estaba pasando».
-Le mostró las posibilidades que usted tenía…
«Esas las habías visto ya,yendo a Santa Cruz. Ya sabía que podía modificar mi cuerpo,para adaptarlo a tu mente. Entonces entendí por qué yo nunca me vi reflejada como una persona gay».
-¿En ese tiempo cómo se ganaba la vida?
«En un principio hice de todo. Sobrevives. Llegas a hacer absolutamente de todo,incluso tragándote los prejuicios y la moral. Hasta que empiezo a trabajar en una sala de fiestas en Las Palmas. Esto ya es en junio y yo salgo de mi casa en enero».
-Usted es actriz,¿cómo llega a las sala de fiestas?
«Yo estuve estudiando Arte Dramático y Declamación en el Conservatorio de Música de Santa Cruz,donde está ubicado ahora el Parlamento de Canarias,y en la sala de fiestas de Las Palmas lo que hago es espectáculo de music hall,de personas trans de cara al público extranjero. En aquella época estaba muy de moda en la Isla. Era una sala que se llamaba el Britania. A los pocos días de empezar allí salió un reportaje en un periódico,creo que Diario de Las Palmas. Era a pocas semanas de las primeras elecciones y yo estaba obsesionada con que había que votar al partido socialista,porque creía que era la única vía para defender nuestros derechos. Tal era mi énfasis que la foto que salió mía decía: Carla,travesti politizada dice que votará siempre por el PSOE».
-¿Y el salto a la Península?
«En septiembre me voy con ballet mejicano a la Península y entramos por Barcelona…
-Barcelona sería la libertad…
«No. La libertad comienza el día que me voy de Tenerife a Las Palmas y el día que me pongo la primera hormona. Sabes que ya es todo para adelante. De Barcelona vamos a muchas provincias. Luego regreso a Tenerife».
-¿En qué año?
«Sería 1978. Trabajo en diferentes sitios. Había un bar de moda que estaba en el edificio Olimpo,El Pájaro Loco. Allí iban muchos matrimonios y parejas,que eran atendidos por personas trans. Después se celebró en Playa de Las Américas un concurso de Miss Trans,me presenté y lo gané. El premio era trabajar dos meses en la sala de fiestas. Volví a Santa Cruz y de allí a Madrid».
– ¿Cuando fue a Madrid tenía algo previsto?
«No. Fui con una amiga,que era de Madrid. Era 1979. Al principio viví en una casa,cerca de Atocha,pero nos echaron y pasé varios días en la calle,donde pasé hambre de verdad. Después viví en una casa que no tenía nada y que se mojaba cuando llovía. Luego,gracias a otra chica que conocí,me puse en contacto con el dueño de una sala Lady,y le pedír trabajo. Me contrataron y me dijeron que iban a pagar 3.000 pesetas al día. Actuabas y luego tenías que alternar. Al cobrar la primera vez,me pagaron mil pesetas. Cuando reclamé me dijeron que o lo tomaba o lo dejaba. No dije nada y dormí en aquella casa con aquel frío… Me tragué el orgullo y al día siguiente volví a trabajar,con lo que pude compartir una casa en condiciones con una chica».
-¿Con esta escasez cómo se costea el tratamiento hormonal?
«Los tratamientos hormonales en el caso de las mujeres trans no son costosos. En el caso de los hombres transexuales,que en aquella época no existían,es otra cosa. El primer caso que yo conocí en España fue en 1990. El tratamiento de estrógenos puede suponer ahora entre cuatro y seis euros al mes. Por aquella,los estrógenos que había costaban sobre 200 pesetas y te tenías que poner una inyección al mes».
-Llegan el cine y la televisión…
«Conozco a un representante de cine,Gustavo Casado,y a un periodista que era del Puerto de la Cruz,Fernando Gracia. Al mismo tiempo que me llaman de Tenerife para hacer el servicio militar. Volví y me presenté,aunque evidentemente quedé excluida. Fernando Gracia hizo un artículo,que publicó en Diario 16 en portada y contraportada,y lo direccionó como que yo quería entrar al servicio militar. Yo ya era militante activa y conocida».
Los derechos civiles y el reencuentro con Güímar
Carla Antonelli comenzó a ser conocida a través de la revista Life,durante la transición española y un documental sobre la realidad de un transexual,realizado por televisión española en 1980,fue prohibido y ve la luz después del golpe de Estado. Desde entonces su nombre está vinculado a la reivindicación de los derechos civiles. Su trayectoria profesional se vincula al cine y al teatro. Después de una época de «luces y sombras» y resurgimientos,en el año 94 vuelve a la televisión y vuelve a ser visible en la defensa de los derechos del colectivo. En 1996 entra oficialmente en el Partido Socialista,cuando se crea el grupo federal de gays,lesbianas,transexuales y bisexuales,aunque considera «absurdo lo del carné en la boca» y afirma que «nunca he cobrado un duro del partido».
Pese a sus ideas,le plantó cara a Rodríguez Zapatero por no cumplir su promesa electoral de la Ley de Identidad de Género,por la que incluso planteó una huelga de hambre. Durante todos estos años vuelve a Tenerife para ver a su madre y a su hermana con frecuencia,pero sólo en 2009,después de recoger el premio Cardón,logra pasear disfrutando por las calles de su pueblo,de donde también fue pregonera de las fiestas de San Pedro en 2010. En la actualidad es una de las güimareras más reconocidas en todo el país. En junio hará historia.