Este colectivo,sin ánimo de lucro,está compuesto por un grupo de socios que de forma voluntaria consume diversas sustancias derivadas del cáñamo,tanto para uso lúdico como para tratamiento de tipo terapéutico,además de favorecer el diseño y la proyección de productos reciclados. El camino no ha sido fácil y los obstáculos normativos y morales han estado siempre presentes. Dados de alta en el Registro de Asociaciones de Canarias desde febrero,cumple con los siguientes criterios legales: no tiene contraprestación; la producción a repartir es de consumo inmediato; la demanda se clarifica antes de iniciar el cultivo,siendo totalmente cerrada y controlada; y por último,no pretende ningún fin comercial.
El presidente del Club Rayo Verde,Guillermo Ricas Collazo,defiende la necesidad de crear “un espacio de libertad en el que los usuarios puedan hacer un dispendio intencionado del cannabis. No es un club abierto a todo el mundo,ya que se integrarán como nuevos socios aquellos que vengan avalados por otros y sean mayores de edad”,señala.
Como explica su presidente,se trata de un local situado en La Orotava-cuya localización no quiere darla por el momento- en el que previo ingreso en cuenta bancaria de la cuota establecida por la junta directiva,se hace efectivo el consumo. Con esto se quiere evitar el intercambio y tráfico monetario en un club que posee un campo de cultivo anexo al establecimiento. El grupo pone a disposición de los interesados el correo club.rayoverde@gmail.com,para cualquier consulta.
Por último,entre sus objetivos tratan de conseguir un fin terapéutico para personas enfermas de cáncer u otras patologías de diagnóstico parecido.
Actividades y cuotas de la asociación
En conformidad con el artículo 22 de la Constitución,se aprueban los estatutos y reglamentos del Club Rayo Verde. Entre las múltiples finalidades de la asociación destacan: el estudio sobre el cáñamo y sus aplicaciones; promover el debate social centrado en la situación legal de los consumidores; desarrollar un cultivo compartido de cannabis sin ánimo de lucro y en un circuito cerrado de usuarios; y promover el reciclaje y las propuestas de sostenibilidad ambiental.
En cuanto a las cuotas económicas para fumar,el club divide las mismas según el tipo de consumo. Así,se establece una cuota anual de 40 euros para usuarios terapéuticos,y de 50 euros para los lúdicos,previo pago de una inscripción de 20 euros. Todas las operaciones se hacen a través del ingreso de las cantidades en una entidad bancaria. En esta línea,los socios participantes sostendrán los gastos de la actividad de forma proporcional a su participación en ella. Además,existe un límite máximo en la cantidad por persona,armonizado con lo que legalmente se estipula por un autoconsumo de dos gramos al día. Por último,los usuarios por razones terapéuticas tendrán un 20% menos en su consumo mensual.