Destacaba en un reciente artículo de opinión que Canarias se juega mucho en la justa resolución del conflicto del Sahara. Y que debe seguir actuando “desde la solidaridad y, también, desde la justificada preocupación ante el expansionismo de Marruecos”, que ha venido desarrollando con iniciativas para la ampliación del Mar Territorial entre el Sahara y Canarias, el control del tráfico aéreo del Sahara Occidental, la construcción de vías de comunicación con otros países africanos utilizando el Sahara Occidental o la captación de inversiones extranjeras y de la Unión Europea en los territorios ocupados. Así como el creciente rearme militar del reino alauita (drones, misiles balísticos, fragatas, cazas F-35…). Acontecimientos recientes no hacen más que confirmar esos riesgos e incrementar la preocupación sobre sus negativos efectos en nuestras Islas.

Esta misma semana se desarrolló en Madrid una Reunión de Alto Nivel (RAN) entre el Estado español y Marruecos. En la precedente, celebrada en Rabat en febrero de 2023, la declaración conjunta final recogía “el compromiso de perpetuar las relaciones de excelencia que siempre han unido” a los dos estados. Con anterioridad, en abril de 2022, Pedro Sánchez firmaba una declaración conjunta con Mohamed VI, en la que España mostraba su apoyo a la intención marroquí de convertir al Sahara en una región autónoma.  Sin consultar al PSOE ni a sus socios de Gobierno de entonces, ni a las Cortes.

Lo mismo hizo Fernando Clavijo, que también se apuntó a las tesis marroquíes sin contar ni con su partido ni con la opinión del Parlamento canario. Y que ahora, a través de la gubernamental Proexca, organiza misiones comerciales en zonas ocupadas. Vulnerando el derecho internacional al avalar la presencia de esas delegaciones comerciales en Dajla, en el Sahara Occidental, para promover el desarrollo de un puerto que, además, compite con los canarios.

Ese reconocimiento explícito de la marroquinidad del Sahara apuntala a Marruecos y le estimula a la hora de plantear sus exigencias sobre el espacio aéreo, las aguas y los recursos que estas albergan. Sánchez y Clavijo han dado cobertura al expansionismo marroquí y han actuado en contra de los intereses de Canarias.

En la reciente cumbre de los días 4 y 5 de diciembre no hubo presencia canaria, a pesar de que el Estatuto de Autonomía de Canarias reconoce la posibilidad de participación de nuestra comunidad en este tipo de encuentros en los que se pueden ver afectados sus legítimos intereses. En el encuentro entre Pedro Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, participaron seis ministros del Ejecutivo español, con una amplia agenda que incluía asuntos vinculados con transición digital en las administraciones públicas, prevención de desastres naturales, agricultura y pesca, educación, formación, igualdad de género y lucha contra los extremismos. La RAN también abordó, con toda seguridad, los temas migratorios, que Marruecos siempre ha utilizado como elemento de presión en las negociaciones con España y la Unión Europea.

Canarias, moneda de cambio

Sin olvidar, asimismo, la pretensión marroquí de acceder y explotar las tierras raras que hay en los fondos de las aguas cercanas a las islas. Pero las conclusiones de la RAN España-Marruecos no han sido difundidas. Una opacidad que constituye una mala noticia y que hace plantearse qué temas se trataron y qué acuerdos se alcanzaron que merezcan semejante nivel de secretismo.

Aunque le dan mucha importancia, el acceso a las tierras raras no es el único objetivo del reino alauita. Ejemplos de sus múltiples aspiraciones sobran. Hace unos días un medio muy cercano al gobierno de Rabat, tras destacar las importantes relaciones comerciales entre Marruecos y España y su cooperación en diversos ámbitos, desde el migratorio a la lucha contra el terrorismo, pasando por el económico y tecnológico, deslizaba alguna de las pretensiones marroquíes. Que afectan, fundamentalmente, a Canarias.

Es ahí donde entran asuntos como la delimitación de los espacios marítimos, lo que incluye caladeros de pesca históricos y, especialmente, los relevantes recursos submarinos estratégicos (telurio, cobalto, níquel y tierras raras) que albergan los fondos marinos.

Marruecos envalentonado

Como se sabe, Marruecos ha ido aprobando leyes unilaterales para extender su ZEE, solapándola con la canaria. medida que apunta a hacerse con el control del monte Trópic (que alberga cobalto, telurio, disprosio o neodimio), situado a casi mil metros de profundidad, y de la Dorsal Atlántica, con tierras raras y minerales de uso tecnológico civil y militar. Sus planteamientos afectarían directamente a los intereses canarios en aguas que rodean al archipiélago. En aspectos como seguridad marítima, dado que la delimitación influye en la capacidad de control de Salvamento Marítimo, tráfico ilegal y vigilancia del SIVE. Por otra parte, Marruecos lleva décadas intentando modificar o influir en el espacio aéreo que afecta a Canarias (gestionado por España a través de ENAIRE) para ganar control estratégico.

Todo ello en medio de una modernización militar de Marruecos Con una fuerte inversión, la mayor de África, que incluye drones turcos Bayraktar, misiles balísticos chinos, fragatas FREMM, cazas F-35… en el marco, además, de alianzas estratégicas con Estados Unidos e Israel. Y en esa escalada, que se mueve entre el chantaje y la amenaza poco o nada disimulada, se inscribe también ese intercambio indecente que insinúa que Marruecos reconocería la soberanía española sobre Canarias, si el Estado español hace lo propio con Marruecos respecto al Sáhara Occidental. Olvidando, interesadamente, que son dos situaciones bien distintas y que el Sahara es un territorio que se encuentra pendiente de cumplir las resoluciones de Naciones Unidas para que su pueblo ejerza el derecho de autodeterminación.

Todas esas circunstancias, todos esos nada velados desafíos, se producen con el agravante de la complicidad de los Gobiernos estatal y canario que, cada vez más, parecen encontrarse alineados por completo con los planteamientos del Reino de Marruecos.

Además, se equivocan gravemente si consideran que las ansias expansionistas de Marruecos quedarán plenamente satisfechas si logra, violentando la legalidad internacional, apoderarse del Sahara Occidental. Sus ambiciones de crecimiento continuarían en parte del territorio de Mauritania y de Argelia, como poco, generando más inestabilidad en una zona del mundo ya bastante tensionada.

Por eso, desde Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc) insistimos en que se cumpla el derecho internacional, con la celebración de un referéndum de autodeterminación que permita decidir su destino al pueblo del Sahara. Y, además, rechazamos rotundamente que Canarias pueda ser utilizada como moneda de cambio en las relaciones España-Marruecos, negándonos a que su estatus jurídico, sus aguas, sus recursos o su espacio aéreo pueden entrar en negociación alguna. Y la falta de transparencia en la RAN, o los apoyos del Gobierno de Canarias al desarrollo comercial o turístico en los territorios ocupados, incrementa nuestras justificadas preocupaciones.

Román Rodríguez es secretario nacional de Estrategias, Programas y Formación de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc).