El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, participó este jueves en el foro “De construir y olvidar a gestionar y valorar: la revolución del agua en pequeñas comunidades de Canarias”, un espacio de reflexión sobre los retos hídricos del archipiélago y el papel que desempeñan los territorios insulares en la adaptación al cambio climático. Durante su intervención, Curbelo destacó que La Gomera ha logrado convertir un desafío estructural en una oportunidad de progreso, situándose “a la vanguardia de un cambio cultural y tecnológico imprescindible para garantizar el abastecimiento presente y futuro”.
El presidente recordó que la isla emprendió en los años noventa una transformación decisiva al crear un sistema hidráulico interconectado capaz de transportar agua desde el sur hacia cualquier punto del territorio, superando barrancos, desniveles y una orografía compleja. “Esa visión permitió levantar una red robusta, flexible y eficiente, que hoy sigue siendo la columna vertebral del suministro insular”, subrayó.
Sin embargo, advirtió que el contexto climático actual exige nuevas soluciones ante periodos de sequía más prolongados, la disminución de la recarga del acuífero y la presión sobre los sondeos, que actualmente aportan unos 4.500 metros cúbicos diarios. En este sentido, defendió que la respuesta “no puede ser esperar, sino anticiparse; no resignarse, sino actuar”.
Curbelo detalló las dos grandes líneas estratégicas que guían la actual política hídrica de la isla. La primera es la depuración y reutilización, con más de ocho millones de euros destinados a construir y modernizar las EDAR de Valle Gran Rey, Alajeró y Playa de Santiago, permitiendo generar agua regenerada para el uso agrícola y reforzar la economía circular. En este ámbito destacó especialmente el proyecto europeo LIFE smallWAT, que convertirá Hermigua en un “laboratorio del ciclo del agua”, mediante soluciones de bajo consumo energético y recuperación de nutrientes.
Sobre este último asunto, hizo hincapié en colocar a Hermigua como epicentro europeo de la innovación hídrica, donde confluyen la construcción de una desaladora portátil agrícola y las tecnologías del programa LIFE smallWAT, con humedales artificiales, sensores inteligentes y módulos de recuperación de nutrientes.
La segunda línea estratégica es la desalación, con la puesta en marcha de dos plantas en San Sebastián y Playa de Santiago, dotadas de una capacidad conjunta de 6.000 metros cúbicos diarios. “La Gomera ya no dependerá exclusivamente del subsuelo, sino que podrá complementarse con instrumentos como estos”, añadió.
El presidente también puso en valor otros proyectos complementarios, como Replantea, que contribuye a la recuperación ambiental y la reducción de pérdidas de agua mediante la eliminación de flora invasora, la restauración de cauces y la mejora ecológica en varios barrancos. “Cada intervención, cada cauce recuperado y cada litro que dejamos de perder fortalece un modelo más sostenible”, afirmó.
Por último, apeló a consolidar un “cambio cultural” en la gestión del agua. “Debemos pasar de construir a gestionar con inteligencia; de usar y desechar a usar, regenerar y reutilizar; de ver el agua como un problema a verla como una oportunidad compartida”, afirmó.

