La Gomera siempre ha sido una tierra que apuesta por sus jóvenes. Pero en un territorio insular pequeño como el nuestro, estudiar fuera no es solo una decisión académica: es, muchas veces, un desafío económico y emocional para cientos de familias. La doble insularidad impone un sobrecoste real que condiciona la igualdad de oportunidades. Y es precisamente ahí donde las instituciones públicas debemos actuar con determinación, responsabilidad y sensibilidad.

En el Cabildo de La Gomera hemos hecho de la educación uno de los ejes centrales de nuestra acción de gobierno, destinando en 2026 más de 7,8 de cada 10 euros del presupuesto a políticas sociales, educativas y de apoyo directo a la ciudadanía.

Lo hacemos con la convicción profunda de que ningún joven debe renunciar a estudiar por motivos económicos, y con la certeza de que cada ayuda es una puerta abierta al futuro.

Hoy damos un paso más. Por primera vez, La Gomera incorpora en sus becas una modalidad específica para el alquiler. Una iniciativa pionera, directa, útil y justa, diseñada para aliviar una de las cargas más difíciles que soportan los estudiantes y sus familias: el coste de la vivienda en las zonas universitarias. Hablamos de una ayuda de 1.000 euros por estudiante, compatible con el resto de becas.

Esta medida nace para atender los verdaderos esfuerzos que hacen las familias para sostener la formación de sus hijos, y de observar cómo el encarecimiento de la vida, la movilidad entre islas y la escasez de viviendas empujan a muchas al límite. No podíamos mirar hacia otro lado. Por eso damos respuesta, con hechos y no solo palabras, a una realidad que afecta de manera especial a los territorios insulares pequeños.

La nueva beca de alquiler se integra en un paquete global de apoyo al estudio que alcanza los 3 millones de euros en 2026, de los cuales más de 2,2 millones se destinan a becas directas. El pasado curso, más de 800 jóvenes gomeros resultaron beneficiarios de alguna de estas modalidades, que abarcan estudios universitarios fuera y dentro de Canarias, Bachillerato y Formación Profesional, y enseñanzas no presenciales.

Además, mantenemos nuestro compromiso con el transporte estudiantil —con 402.000 euros—, con los libros de texto —con 200.000 euros— y con los convenios con universidades públicas, entre ellas la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con la que acabamos de renovar un acuerdo para sufragar un tercio del coste de residencia de los estudiantes gomeros alojados en sus centros públicos.

Somos conscientes de que estudiar fuera de La Gomera implica siempre un esfuerzo extra. Lo sé porque lo escucho, lo veo y lo vivo de la mano de tantas familias que comparten sus inquietudes. Por eso, este Cabildo seguirá reforzando un modelo social que pone a las personas en el centro, que acompaña a nuestros jóvenes y que hace de la igualdad de oportunidades una prioridad real.

Nuestra isla ha demostrado que, aun siendo pequeña, puede pensar en grande. Y esa grandeza se refleja en decisiones como esta: invertir en los jóvenes, en su formación y en su futuro. Porque cuando apoyamos a un estudiante, estamos apoyando a una familia. Y cuando apoyamos a una familia, estamos haciendo más fuerte a La Gomera.