El municipio de San Sebastián de La Gomera, firma una brillantísima participación en el Grand Prix 2025, en la tercera temporada desde el regreso de este emblemático espacio a la programación estival de Televisión Española, y lo hace compitiendo con el municipio zaragozano de Alagón, que se reveló como un durísimo rival a batir.
El Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera impulsó su participación en esta nueva temporada del Grand Prix de RTVE al considerar que la presencia del municipio en uno de los programas más emblemáticos, divertidos y con mayor repercusión del verano suponía disponer de un extraordinario escaparate nacional en el que mostrar la enorme riqueza patrimonial, natural, cultural y gastronómica de La Gomera. Para esta aventura televisiva, que es la primera participación de un municipio canario desde el regreso del concurso a
la pequeña pantalla en 2023, el ayuntamiento ha contado también con la inestimable colaboración y patrocinio del Cabildo de La Gomera, junto con el apoyo de la aerolínea Binter y GuaguaGomera.
El equipo de San Sebastián de La Gomera, que lucía el color azul, tuvo al humorista J.J. Vaquero como padrino, acompañando en todo momento a la alcaldesa Angélica Padilla. Mientras que el color amarillo representaba a Alagón cuyo alcalde, Jesús Gustrán, contó con el apoyo de la madrina de su equipo Lydia Valentín, campeona olímpica, mundial y de Europa en halterofilia.
La competición comenzó con una de las pruebas históricas del Grand Prix y que continúa siendo una de las preferidas de la audiencia por su espectacularidad y emoción, «LOS TRONCOS». Las cámaras del Gran Prix registraron impactantes y dolorosas caídas a cada giro de los gigantescos y resbaladizos troncos, mientras los concursantes intentaban llevar el mayor número posible de salmones al otro lado de la piscina.
Prueba emblemática en la que no tuvo suerte el equipo azul de San Sebastián de La Gomera puesto que acabó perdiendo y llevándose tan solo 2 puntos frente a los 4 que sumaron los amarillos de Alagón, que destacaron sobremanera sobre los troncos. En el recuento final de la prueba, el padrino de San Sebastián señaló que «lo importante de los salmones era la remontada», frase que resultó realmente profética.
El equipo de San Sebastián de La Gomera, jaleado en todo momento por una grada azul que se dejó la garganta, las manos y el corazón animando, vivió momentos increíbles dentro de una competición que estuvo muy reñida y en la que Alagón nunca se rindió.
Un programa marcado por momentos de sorpresa, emoción y esfuerzo, con la alcaldesa Angélica Padilla acertando a la primera una difícil pregunta de la «papa caliente» sobre el número de mascotas de los JJOO desde 1968; las heroicas ardillas que supieron aprovechar la «Carta Dorada» para sumar dos puntos más de lo estipulado; el equipo de fútbol con más cabeza del verano; los bebés más habilidosos frente a una canasta de baloncesto; unos pingüinos matemáticos que casi gana en solitario el flamante padrino del equipo azul; las
gaviotas más avispadas y peligrosas del planeta; los bolos más resistentes frente al equipo amarillo VS el mejor lanzador de bolos del mundo contra los bolos de Alagón,… Todo ello llevó al equipo azul de San Sebastián de La Gomera hasta la prueba del diccionario con 3 puntos de ventaja sobre el equipo amarillo de Alagón, aunque lo correcto sería añadir que ¡San Sebastián de La Gomera llegó solo con 3 puntos de ventaja a la prueba del diccionario!, porque el diccionario es, sin duda, la prueba definitiva en el Grand Prix de RTVE. Con ella se puede sumar 3 puntos con cada acierto y, del mismo modo, cada error se sanciona con la pérdida de otros 3 puntos, lo que puede dejar el marcador seriamente
tocado de cara a la clasificación general.
A lo largo del tercer programa del Grand Prix, la grada azul se convirtió en un concursante más, como un solo corazón latió, animó y empujó a su equipo dejándose la piel y la voz en cada una de las pruebas, despidiéndose de Alagón con honores, reconociendo la valía del equipo zaragozano y agradeciendo la sana competencia en una noche mágica para ambos equipos.