NACHO CABALLERO.- Lejos de agrietar los apoyos internos al granítico liderazgo de Pedro Sánchez, el ‘quien pueda hacer que haga’ del Partido Popular ha provocado el cierre total de filas en el Partido Socialista. Desde el entorno de la ejecutiva transmiten plena confianza a que “resistirán” las embestidas de la “campaña mafiosa” desplegada por la derecha y la extrema derecha contra el Gobierno central. Voces autorizadas de la formación aseguran a ElPlural.com que, a pesar del ambiente de crispación que plantean desde el espectro diestro, aguantarán las arremetidas del PP e incluso barruntan que la campaña del odio que encabeza Alberto Núñez Feijóo para tapar su “debilidad” orgánica se le volverá en contra.
“Aguantamos”. Esa es la consigna que resuena tanto en el cuartel general del PSOE como en el Palacio de La Moncloa. El presidente ha optado por mantenerse bajo el manto de la institucionalidad por el momento, dejando a su guardia pretoriana al frente de la estrategia de defensa. Miembros de plena confianza de su gabinete como los ministros Óscar López y Óscar Puente encabezan la primera línea, llegando a catalogar la ofensiva de la derecha y la ultraderecha como una “campaña mafiosa” contra el Gobierno. Un término que, por cierto, ha utilizado el equipo de escribanos del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, como lema de la “gran manifestación” antisanchista convocada para el próximo 8 de junio en Madrid: “Mafia o democracia”.
La estrategia de Génova vuelve a las calles, como en los primeros días de la legislatura, cuando PP y Vox se movilizaron contra la amnistía a los líderes del procés. Esta vez, la acción entre ambos no está tan coordinada. De hecho, las brechas abiertas entre los socios se dejaron ver desde este pasado jueves, cuando los de Santiago Abascal rechazaron participar en la movilización del 8 de junio mientras dibujaban al propio Feijóo como cómplice necesario del PSOE. Guerra electoral que fractura posiciones en la retaguardia de la derecha, pese a que ambos reafirman su compromiso con el “quien pueda hacer que haga” de José María Aznar.
Cierre de filas
En Ferraz son conscientes de que la llamada de Feijóo a tomar las calles sólo es la punta del iceberg de la campaña de crispación que preparan en la sala de máquinas de Génova. Estas mismas fuentes creen que su objetivo no es tanto tumbar al Gobierno de España, sino apuntalar su liderazgo para ahogar las críticas internas antes del Congreso del próximo mes de julio. El líder de la oposición busca caldear el ambiente y enterrar, por ejemplo, los buenos datos económicos del país. Una narrativa en la que el Ejecutivo hace especial hincapié, sobre todo en el Congreso de los Diputados, donde los conservadores redoblan su estrategia del ruido para ensombrecer cifras como la caída de la inflación por debajo del umbral del 2% en el mes de mayo.
Pese a que los ataques se intensificarán “por tierra, mar y ahora”, los socialistas están convencidos de que “resistirán” las embestidas y entienden que, por paradójico que sea, el criterio lo pone el expresidente José María Aznar. A pesar de todo, el primer jefe del Ejecutivo conservador de la democracia, fiel representante del ala neoliberal del partido, sabe que la legislatura no terminará antes de su plazo. De ahí se desprende que, recientemente, apuntara a 2027 como escenario de la batalla electoral con Pedro Sánchez.
No obstante, asumen que Génova tiene que acelerar los plazos para reforzar la posición de su líder. Es precisamente la inconsistencia de Feijóo uno de los arietes narrativos del PSOE contra los conservadores. Se puede ver en cada cara a cara del presidente del Gobierno con el líder de la oposición, recordándole que ascendió al trono popular para “tapar la corrupción” de Isabel Díaz Ayuso, firme candidata a arrebatarle el cetro de mando conservador. A esta debilidad orgánica, además, le suman el cerco judicial a la baronesa madrileña, arrinconada por los escándalos de su pareja, las residencias y otros frentes judiciales. Por ello, entienden que el jefe de los conservadores “acelerará” el ritmo para desplegar el ‘quien pueda hacer que haga’ antes.