La presidenta del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Melodie Mendoza, ha señalado este viernes, en el Parlamento de Canarias, que, si no combatimos la pobreza y exclusión social estructural que las islas llevan padeciendo muchísimos años, será muy difícil tener buenos resultados en otros ámbitos.
Por ello, emplazó al consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, Hipólito Suárez, a, además de aplicar políticas educativas, como, por ejemplo, reducir la ratio de alumnos por clase, invertir en libros de texto o mejorar la capacidad docente, ya que son insumos esenciales para lograr el aprendizaje, trabajar para aumentar el nivel de riqueza de las familias de las islas, si de verdad pretende modificar los preocupantes datos arrojados por el último informe PISA sobre Canarias.
Insistió en que los resultados son siempre productos de múltiples factores y que, en opinión de los expertos, es difícil, discernir en qué medida influye cada uno de ellos, pese a los intentos que realiza la investigación educativa. Sin embargo, dijo, sí se sabe que lo que más influye es el nivel socioeconómico y cultural del hogar en el cual crecen los niños y adolescentes, el capital cultural y las expectativas educativas que reciben de sus familias.
Melodie Mendoza resaltó, igualmente, que, según este informe, los alumnos del archipiélago son los que más sufren casos de acoso escolar y que las islas se sitúan en cuarto lugar en cuanto a la diferencia de rendimiento entre centros públicos y privados, a favor de los segundos. Una diferencia que, en algunos casos, equivale a un curso académico.
A su juicio, los resultados de PISA no deben afrontarse con temor, sino como una instantánea necesaria, que nos puede dar mucha información con datos sobre las condiciones de la escuela, de los docentes, del contexto de los alumnos en sus hogares… para tomar posteriormente decisiones que palíen las carencias formativas de esta nueva generación.
La diputada gomera mostró su respaldo a la propuesta efectuada por el consejero de efectuar pruebas adaptadas específicamente al contexto canario, pero le sugirió que no estén situadas al final de la Educación Obligatoria, cuando, a su juicio, poco se puede hacer para mejorar el rumbo de los que salen retratados en ellas, sino a mitad de la Educación Primaria y de la Secundaria, cuando autoridades educativas, centros, familias y los mismos estudiantes están a tiempo de hacer cambios que permitan aumentar el éxito educativo.