Carlos Pérez Simancas
Como ciudadano comprometido con el proceso democrático, he tenido el privilegio de presenciar unas elecciones en Canarias que se han llevado a cabo sin problemas, con respeto mutuo y donde los resultados han sido aceptados por todas las partes. Lo que más destaca en esta ocasión es el giro hacia la derecha que ha experimentado la región, lo cual considero un llamado para que la izquierda haga un ejercicio de introspección y busque nuevamente la unidad.
En medio de un clima político marcado por la rivalidad entre diferentes ideologías, hemos presenciado una jornada electoral en la que los ciudadanos han demostrado una madurez ejemplar. A lo largo de la campaña, se han debatido ideas, propuestas y se han presentado proyectos para el futuro de Canarias. Aunque ha habido diferencias y rivalidad entre los partidos políticos, se ha mantenido un respeto fundamental hacia los demás candidatos y hacia los ciudadanos que ejercen su derecho al voto.
El resultado de estas elecciones ha sido un giro hacia la derecha en Canarias, lo cual representa un desafío para la izquierda. Sin embargo, en lugar de caer en la desesperanza o la desilusión, considero que este resultado debe ser tomado como una oportunidad para la reflexión y el crecimiento. La izquierda debe hacer un ejercicio de entonar un mea culpa, analizar sus errores y aprender de ellos. Es necesario cuestionarse sobre las estrategias utilizadas, los mensajes transmitidos y la conexión con los ciudadanos.
La unidad se vuelve crucial en momentos como este. La izquierda debe recordar que su objetivo principal es el bienestar de los ciudadanos y la defensa de los derechos sociales. Es necesario dejar a un lado las divisiones internas y trabajar en conjunto para fortalecer sus principios y encontrar nuevas formas de conectar con la sociedad. La autocrítica es una herramienta valiosa para el crecimiento y el fortalecimiento de cualquier fuerza política.
Además, es fundamental recordar que la democracia es un proceso en constante evolución. Los resultados de unas elecciones no son definitivos ni inamovibles. En lugar de lamentarse o culpar a los ciudadanos por su elección, es necesario trabajar en la construcción de una alternativa sólida, basada en la escucha activa, el diálogo y la inclusión de todas las voces. La diversidad de opiniones es enriquecedora y, a través del debate constructivo, se pueden encontrar soluciones innovadoras a los problemas de la sociedad.
 El giro hacia la derecha debe ser un llamado a la izquierda para hacer un ejercicio de entonar un mea culpa y buscar nuevamente la unidad. La reflexión, el análisis de errores y el trabajo conjunto son fundamentales para fortalecer la propuesta política y conectar con los ciudadanos. La democracia es un proceso vivo y dinámico, y solo a través del respeto mutuo y el diálogo constructivo podemos avanzar hacia un futuro mejor para Canarias y para todos sus habitantes.
Carlos Jesús Pérez Simancas