Entre las cosas entretenidas que tiene la vida, están los juegos. Muchas personas eligen esta vía para divertirse y le añaden el componente emocionante, que es la apuesta, lo cual se viene realizando en civilizaciones desde hace unos 3000 años a.C. Hoy día, la existencia de numerosos casinos, es evidencia de que muchos lo hacen, y no solo por ganar dinero sino para divertirse, como cuando ingresas en sitios online donde te explican cómo jugar a nuestras slots gratuitas solo para divertirte y poder apostar sin dinero.

Pero siempre hay que estar conscientes que esta forma de diversión, es por un tiempo limitado y que no puede afectar nuestras labores diarias.

Los apostadores y la ludopatía

Apostar es una acción basada en el azar, donde dos partes especifican ya sea de forma verbal o escrita, qué y cuánto se apuesta y cuánto se gana. Las personas que juegan de este modo, se les llaman apostadores.

Un apostador es aquel que a pesar de saber que la probabilidad de ganar es baja, por el simple hecho de disfrutar del riesgo, les cautiva la posibilidad de ganar dinero con poco esfuerzo.

Las razones para apostar no siempre son las mismas, pueden variar de persona a persona, u obedecer a razones económicas, de diversión, culturales o predisposiciones psicológicas, y si bien es motivado por esa necesidad de competir, se debe cuidar de controlarlo, para no caer en la ludopatía.

Hay diferentes tipos de apostadores, los profesionales que hacen apuestas deportivas y son expertos en este mundo, viviendo de eso; está el apostador casual o recreativo, que anda en la búsqueda de adrenalina y aparece en momentos específicos entusiasmado por poner dinero en un determinado evento de su agrado. El apostador especialista, el cual lo que le interesa de apostar es ganar dinero, no el juego.

El que siente una necesidad intensa por jugar siempre apostando dinero, que es lo que le causa la máxima emoción; siente inquietud cuando no está jugando y apostando; está preocupado por apostar y hacerlo con cantidades cada vez mayores, por lo que piensa constantemente en cómo conseguir el dinero para hacerlo, y en cantidades cada vez mayores para sentir mayor excitación, podría ser ya, un ludópata.

Se debe tener fortaleza psicológica para solo disfrutar del evento de apostar y no caer víctima de la pasión por competir y ganar; sería una lucha contra la mente para controlar el impulso y no acabar perdiendo mucho dinero y descalabrar las finanzas, lo cual podría solventar si solo acude a jugar en esas tragaperras gratuitas, donde no tiene que apostar ni un centavo y tiene la adrenalina del juego que necesita.

Ludopatía

La ludopatía según la OMS es un trastorno caracterizado por la presencia de frecuentes y reiterados episodios de participación en juego de apuestas, los cuales dominan la vida del/la enfermo/a.

En estas personas hay un impulso no controlado de apostar, sin importar las consecuencias en su vida. Al jugador le resulta difícil controlar las emociones, entonces son impacientes ante la idea de ganar y eso les hace hacer apuestas irreflexivas.

Si es que eres apostador y te ves reflejado en algunas de esas conductas que puedan llevarte al descontrol y a tomar decisiones irracionales, sería bueno, buscar ayuda porque podrías estar siendo un ludópata.

¿Cómo ayudar a un ludópata?

Esta es un tipo de adicción de tipo conductual, solo que no tóxica como lo es la de las drogas, sin embargo, es una reacción del cerebro similar, en donde no te puedes resistir a involúcrate en apuestas y juegos de azar, trayéndote a la larga, problemas en tus relaciones personales, en el trabajo y en el colegio, hasta llevarte a consultas de psiquiatría.

Merece atención este tipo de personas, ya sea que estás pasando por eso, o algún familiar o conocido, por lo que daremos algunas sugerencias al respecto.

A fin de que esas personas puedan recuperar el control de sus vidas, aun sabiendo que los síntomas de las adicciones no desaparecen completamente, pero si se pueden controlar, la idea es brindar apoyo de modo que éstos tengan una mejor calidad de vida.

Hay que entender que la persona no tiene control de sus actos y tiene una necesidad irrefrenable por jugar que le produce una gratificación irracional, quiere hacerlo muchas veces, y como el placer va en aumento, comienza a justificar su participación.

Para ayudarle, hazle preguntas que le lleven a concluir que acudir a terapia, le ayudará a mejorar su vida. Y, por último, anímalo a que encuentre otros pasatiempos como ir al cine, visitar museos, o tal vez estudiar algo.

Esperamos que estas recomendaciones ayuden, por si estás en esta situación, o alguien conocido, y comprende que siempre las cosas atendidas a tiempo, pueden tener un final feliz.