Las sillas de ruedas pueden ser las mejores aliadas de las personas más necesitadas. Sea por alguna lesión o por algún otro tipo de problema, es posible que una persona necesite contar con este tipo de ayuda para poder gozar de una mayor movilidad, una que le permita afrontar el día a día con menos complicaciones, con la normalidad que merece.

Estas sillas de ruedas pueden contar, además, con motores. En efecto, se pueden motorizar para que usarlas sea más fácil y que situaciones como una pendiente pronunciada o unos baches no supongan toda una pesadilla para el usuario. Ahora bien, no existe un único tipo de motor, hay al menos tres categorías distintas, y son justo las que vamos a abordar aquí para que sepas cuál es la más conveniente si tienes una silla de ruedas o si vas a comprarla.

Tipos de motores de las sillas de ruedas

Las sillas de ruedas llevan ya décadas motorizándose. Cada vez son más frecuentes, aunque todavía hay mucho que no se sabe sobre ellas a nivel general. Porque, ¿sabías que no existe un único tipo de motor de silla de ruedas? Ya hemos tratado esto antes, pero ahora vamos a ahondar en ello. Y es que, como podrás ver, podemos distinguir entre dos grandes grupos a la hora de hablar de estos motores.

Por una parte tenemos los acompañantes, que son una especie de complemento para las sillas «de siempre» y, por otra parte, los de sillas eléctricas, que son los que se encargan de hacer que estas funcionen. Lo mejor es que su clasificación no se limita a eso, ya que poedmos encontrar incluso algunas opciones más que varían en función de su sistema de funcionamiento, con lo que eso implica de cara a su mantenimiento, su precio o su vida útil.

Vamos a ver a continuación los principales tipos de motores para sillas de ruedas. Verás que construyen todo un mundo, sobre todo si nos detuviéramos a ver todos los modelos que hay en el mercado, sus peculiaridades, ventajas, desventajas, etc. De momento, toma nota a continuación y, en caso de tener que comprar una silla de ruedas, valora cuál es la opción que consideras más conveniente:

Motores acompañantes

También conocidos como motores para sillas de ruedas manuales, los motores acompañantes se encargan de propulsar las sillas para hacer que el desplazamiento necesite menos fuerza. Ni el propio usuario, ni la persona de apoyo, tendrán que hacer tanto esfuerzo en caso de tener que subir pendientes. Dentro de esta categoría encontramos motores como SMOOV, adaptables tanto a sillas plegables como rígidas.

Su cometido es el ya indicado. De hecho, suelen ser fáciles de acoplar y también de mantener. Están tan normalizados estos motores que algunos se cargan incluso con cargadores similares a los de los smartphones. Claro está, necesitan una carga larga que pueda alimentarlos para ofrecer la potencia necesaria, sobre todo cuando toca afrontar terrenos complicados o con pendientes demasiado pronunciadas.

Motores de sillas eléctricas

Las sillas de ruedas eléctricas suelen tener dos tipos de motor: con escobillas o sin escobillas. Son las dos categorías que podemos encontrar a la hora de comprar una silla de este tipo. Generalmente, constan de una batería y dos motores, uno para cada rueda trasera. En cuanto a los motores con escobillas, cabe mencionar que también son los más habituales y tradicionales.

Su mecanismo es sencillo, y eso hace que su mantenimiento sea más económico que el de la otra opción para sillas eléctricas. Además, su potencia suele moverse entre los 150 y los 250  W, algo más que de sobra para que la silla de ruedas pueda moverse fácilmente por casi cualquier superficie sin requerir esfuerzo alguno de su usuario.

Los motores sin escobillas suelen ser los presentes en las sillas más modernas. Tienen un sistema más complejo de funcionamiento, por lo que es indispensable contactar con un técnico en caso de detectar el más mínimo problema con ellos. Por otra parte, ambos tipos de motor suelen recurrir a baterías de ion de litio con una capacidad máxima en torno a los 40 Ah.

Su vida media suele ser de unas 1.000 cargas con un buen mantenimiento, es decir, sin dejar que se vacíen del todo nunca. Esto es sumamente importante ya que una silla de ruedas eléctrica sin motor es incluso peor que una tradicional. El peso adicional de los mecanismos de motorización hace que su manejo de forma manual sea más costoso, y eso es justo lo que se quiere evitar cuando se usa una silla como esta.

Ahondar en las marcas y conocer sus peculiaridades es muy importante. Aunque, si tienes ya una silla de ruedas manual, la mejor opción siempre es optar por un motor acompañante en lugar de comprar una silla completamente nueva con un motor integrado. La solución es menos costosa y sigue dando facilidades.