Empleados para la caza, operaciones militares, expediciones y vigilancia, entre osos usos, estos equipos no son diseñados para ser utilizados todo el tiempo.

Sin embargo, para comprender mejor si podrían dañar nuestra visión, nos gustaría que supiese acerca de los NVG, lo cual ayudará a entender de manera sencilla el escenario general.

Teniendo en cuenta que los ojos, son uno de los órganos más esenciales y delicados de nuestro organismo, todos los dispositivos, equipos o artefactos vinculados con la vista son diseñados para preservar y cuidar la misma, de modo que esta regla aplica en los NVG, ya sean visores térmicos o gafas de visión nocturna, los cuales se pueden encontrar en diversas opciones, como dispositivos manuales, soportes para la cabeza o ambos.

Desarrollados para aplicaciones específicas, es evidente que ningún usuario los utilizara todo el tiempo. Por el contrario, la duración del mismo por lo general no supera las 7hs, la cual depende del escenario y las condiciones.

Sin embargo, es posible que se cuestione si podria afectar nuestra visión en ese intervalo de tiempo. Y la respuesta rápida, es no. Siempre que emplee un dispositivo bien calibrado y no posea debilidad en los ojos, un equipo de visión nocturna jamás afectará la vista. 

El verde es bueno

Para conservar segura la visión y protegerla del cansancio, todos los equipos NVG emplean el color verde, el cual es el resultado del fósforo. Por otro lado, los militares son quienes emplean estos dispositivos durante períodos más largos en comparación con los civiles, en donde hasta la fecha no existe registro de que hayan afectado o presentado daño ocular entre los mismos.

De modo que, la probabilidad de que estos equipos originen daño ocular es básicamente nula. Asimismo, gracias a este color, la intensificación es menor, por lo que lo convierte en la alternativa más segura para la visión.

Sin embargo, aunque no se presenten complicaciones permanentes después de emplear estos equipos, podrían aparecer algunos efectos adversos como un campo de visión reducido, desorientación o mareo e incluso dolor de cabeza, el cual se debe al experimentar una visión distinta al observar a través del equipo. Y en el momento que se los quita, los ojos tardan un promedio de 30” en habituarse a la vista normal, en el medio es donde pueden originarse los dolores de cabeza.

Afortunadamente, estas son complicaciones mínimas y temporales, las cuales con el tiempo tras acostumbrarse irán disminuyendo hasta desaparecer. Asimismo, esto solo ocurre o se manifiesta en personal militar quienes las utilizan por tiempos prolongados.

En conclusión, siempre y cuando emplee el equipo apropiado y no presente problemas en los ojos, todos los dispositivos de visión nocturna, independientemente de cual sea, resultan prácticamente imposible que puedan ocasionar u originar daños o desperfectos en la vista.