Antes del gran boom de las nuevas tecnologías, previo al uso continuo y sin descanso de los móviles y las redes sociales, antes seguíamos entreteniéndonos en la misma medida que ahora, a pesar de que pueda parecer para los más jóvenes increíble. Aunque esto parece hace un siglo, no hace más de 20 años. Hoy en día nos basta con nuestro móvil para hacer cualquier actividad que imaginemos. No por ello, lo que utilizábamos antes para mantenernos ocupados en nuestro tiempo libre es peor o mejor que lo de ahora, simplemente diferente. Y tan diferente…

Una actividad que hacía más amenas las largas tardes de vacaciones sin hacer nada eran los juegos de mesa. Había una variedad extraordinaria porque con algo teníamos que matar el tiempo. Bien es cierto que hoy en día, éstos han sufrido un gran cambio a como solían ser.

Un ejemplo muy recurrente es el parchís. Un juego breve, entretenido y para disfrutar con la familia y los amigos. Este colorido clásico, era un vicio en toda regla. Podías jugar tantas revanchas como quisieras que nunca te cansabas de intentar superarte, una y otra vez. Gracias a los creadores de aplicaciones más nostálgicos, hoy podemos disfrutar de este juego de mesa donde y con quien queramos en cualquier momento del día. Hace no mucho, hubo una aplicación de parchís que se popularizo mucho e hizo posible que los más jóvenes que no iban a poder disfrutar del colorido tablero, pudiesen disfrutar al menos de la adaptación virtual de éste.

Una cosa similar ha sucedido con los demás juegos de mesa con tablero, han sido adaptados a nuestras pantallas portátiles. Por ejemplo, el famoso juego donde de forma muy sencilla se extrapola una batalla con todos sus soldaditos cuyo fin único es acabar con el rey del contrario. ¿Adivinas de que juego se trata? Si tu primera opción era el ajedrez, estabas en lo cierto. El ajedrez ha sido el juego de mesa por excelencia. Incluso lo hemos empezado a considerar como un deporte. Por su gran popularidad ha sido transportado a nuestras pantallas de diversas formas posibles. Este clásico ha sabido definitivamente ser adaptado porque sin ir más lejos, jugar a ajedrez online se ha vuelto muy popular entre todos los rangos de edad, ya que no solo es muy entretenido, sino que además ejercitas tu mente en todo momento.

Los juegos de cartas no se han quedado atrás. Si antes era un problema cuando después de haber memorizado decenas de juegos de cartas (con sus reglas incluidas), llegaba el momento de jugar con amigos y no recordabas algunas de las instrucciones más básicas, impidiendo así jugar y pasar un buen rato, ahora eso ya no es un problema porque aparte de que en un solo clic podemos tener toda la información que necesitemos acerca de todos los juegos de cartas que existen en el mundo, también gozamos con el privilegio de poder jugar online sin necesidad de las propias cartas en caso de no tenerlas a mano. Se han creado miles de aplicaciones con las que jugar a todo tipo de juegos online.

Otro de los juegos que ha evolucionado mucho es el deporte rey. El fútbol que cada vez se encuentra más sectores de lo habitual con las casas de apuestas, el marketing de camisetas y los videojuegos. Hoy en día, videojuegos como el FIFA simulan los mejores partidos y jugadores dejando atrás aquellas tardes de chapas con números con los que querías llevarte el partido.

Podemos disfrutar también de una sociedad actual en pequeñito donde el capitalismo, aunque exagerado, actúa como móvil de nuestros movimientos. Se trata nada más y nada menos que del juego del Monopoly.  Muy adictivo y divertido para pasar una tarde entera invirtiendo en propiedades. Aunque también ha sido convertido en aplicación de móvil, ésta no ha tenido tanto éxito y aún sigue siendo muy frecuente más que la modernización del formato, la modernización del tablero, cada vez más realista o de diferentes temáticas.

En conclusión, es un lujo que, aunque los tiempos han cambiado mucho, los juegos de mesa hayan evolucionado con ellos y no desaparecido en el baúl de los recuerdos ya que estos son muy beneficiosos y nos pueden hacer pasar muchos buenos ratos con nuestros seres más cercanos.