Alejandro García
Recuerdo, sin querer ser un nostálgico de la historia, la «piscina vieja» de Vallehermoso. Aquella de azulejos azules donde unas cuantas niñas y niños nos cortamos, aprendimos a nadar, pasábamos parte de los veranos y pagábamos cinco pesetas o algo así para poder entrar. Aquella obra respondía a las necesidades del ocio veraniego de la parte norte de Vallehermoso, donde el mar no es que se caracterice por “estar muy bueno”.
Han pasado muchos años de aquello y allá por finales de los 90 nos vendieron la promesa de un Parque Marítimo donde disfrutaríamos, sería un gran revulsivo económico, el no va más de los espacios de ocio veraniego de La Gomera. Pero la historia del Parque Marítimo supera a cualquier película de ficción, de las de pésima calidad obviamente. Llevamos más de 20 años viviendo de promesas, de falsas ilusiones, de veranos pasando la gente calor y tener que hacer kilómetros para poder disfrutar de un poco de playa.
¿Por qué? Pues precisamente por algo que ha caracterizado a la política gomera o, mejor dicho, a los políticos gomeros: la desidia.
Un año son las bombas, al año siguiente que no hay empresas, al siguiente que hay que pintar… y así han pasado veinte años y tenemos este espacio de ocio veraniego en Vallehermoso fechado. Eso sí, luego vendrán, sin vergüenza ni pudor alguno a la apertura en pleno mes de agosto, vanagloriándose o mejor dicho, convirtiendo un fracaso en un éxito. Cosa típica de estos lares…
Pero pese a todo no dejo de preguntarme al respecto. Cuando se proyectó la obra ¿se pensó realmente en su viabilidad? ¿Puede ser viable? ¿O es que realmente no interesa que funcione? La última pregunta se responde sola cuando uno observa el maltrato y abandono que ha sufrido nuestro pueblo durante décadas por parte del Cabildo, con el cómplice silencio de quienes han ocupado y ocupan la alcaldía.
Pero no vale con lamentarse de la política de obras pufas que es seña y desgracia de La Gomera, es momento de arremangarse y hacer propuestas. Nosotros tenemos claro que una solución podría ser la explotación del bar – restaurante de manera independiente de la piscina. Porque seamos realistas, ¿hay empresa en La Gomera que pueda asumir el gasto del mantenimiento de la piscina? La experiencia ha demostrado que no. Por eso, lo propio sería que las administraciones asumieran el mantenimiento y funcionamiento de la piscina, con previsión y planificación en el verano (que no es solo corriendo a finales de agosto…) y que la iniciativa privada explotara el bar. Una licitación realista, dimensionada y basada en el tejido empresarial de Vallehermoso, que apueste porque las empresas locales que generan puestos de trabajo puedan hacerse cargo de ese negocio sin hipotecarse. Pero que además sirva para que se garantice un servicio público deportivo y de ocio, sin depender de promesas, ocurrencias o carreritas de última hora.
Esa podría ser una solución y estamos aquí no solo para diagnosticar los problemas sino para aportar soluciones. Espero que el año que viene no tengamos que volver con la misma retahíla sobre el Parque Marítimo, la misma inutilidad y la misma desidia…
Puede ser que esté pidiendo mucho, pero como decía el poeta universal del Valle, “la esperanza me mantiene”.