El Consejo Internacional de Coordinación del Programa Hombre y la Biosfera (MaB) declaró a La Gomera como Reserva de la Biosfera el 11 de julio de 2012. Este reconocimiento supuso un compromiso añadido por la conservación y protección de la rica biodiversidad que posee el territorio insular y el mar que lo rodea.

Desde aquella fecha, se comenzaron a diseñar las líneas y pautas para afianzar las estrategias de sostenibilidad y dinamización que aporta este reconocimiento a la isla. En palabras de su presidente, Casimiro Curbelo, la decisión de la UNESCO “supuso un aliciente más para abordar el futuro y poner en valor lo que se había hecho hasta entonces. En aquel momento se creó el Consejo Rector y también el Comité Científico, órganos de coordinación y gestión”, explica.

Entre los objetivos que por entonces se pusieron encima de la mesa estuvo la definición del Plan Estratégico de la Reserva, a partir del cual, hoy se ejecutan numerosos proyectos en el ámbito insular vinculados con la mejora de la vida de sus habitantes, el fortalecimiento y diversificación del tejido empresarial, la mejora de la calidad ambiental y paisajística, la conservación y uso del patrimonio natural, la recuperación del sector primario, la sostenibilidad turística y la dinamización de la Reserva.

Curbelo adelanta que, aún con el parón provocado por la Covid-19, se trabaja en un proyecto de vital interés como es la creación del manual de buenas prácticas. Un documento que estará dirigido a los ciudadanos de la isla para minimizar el impacto medioambiental que causan las actividades diarias que se llevan a cabo. “Es una propuesta interesante que nos permite tomar conciencia sobre los productos locales, los residuos, el agua, la energía, la movilidad, los incendios y nuestro patrimonio cultural”, afirma.

Durante este tiempo, la Reserva también ha puesto en marcha decenas de actuaciones, precisa el consejero de Desarrollo y Planificación del Territorio, Alfredo Herrera. “Una de las más destacadas han sido las unidades didácticas que se han dispuesto en los centros escolares, la formación para los ciudadanos sobre artesanía o patrimonio, este último a través de Radio Ecca, y los acuerdos con asociaciones ecológicas como Aglayma, que ha permitido la limpieza de la práctica totalidad de las playas gomeras”.

Asimismo destaca otras actividades como el Día del Árbol que anualmente concentra a más de un centenar de participantes y ha logrado traspasar fronteras con la asistencia de turistas que habitualmente visitan la isla, como el caso de Constanze y Frank, quienes públicamente han valorado “su inolvidable experiencia recuperando el bosque termófilo de La Gomera”.

Las particularidades que la hacen Reserva

El patrimonio natural de La Gomera engloba a un total de 4.182 especies animales y vegetales exclusivas, 1.063 de ellas endémicas y 268 exclusivas de la isla. Muchas de ellas se encuentran en uno de los entornos más característicos y valiosos, el Parque Nacional de Garajonay, uno de los mayores exponentes de la laurisilva canaria. La presencia de especies endémicas tan preciadas como el Lagarto Gigante de La Gomera, o la exclusividad del medio marino, hacen de la isla un paraje natural óptimo para la práctica de deportes en contacto con la naturaleza.

Los paisajes son otro de los valores añadidos de La Gomera, adaptados a las necesidades y la vida de una isla que posee un territorio escarpado y abrupto, pero que ha permitido la convivencia entre la acción humana y la naturaleza. El desarrollo de elementos para el cultivo, como los bancales o los palmerales; para la comunicación, como el Silbo Gomero, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco; o culturales, como el baile del tambor, convierten la isla en un punto de referencia a nivel cultural y paisajístico en el que las tradiciones se conservan intactas con el paso del tiempo.

Si bien es cierto que La Gomera es la tercera isla menos poblada del archipiélago canario, esta recibe más de 730 mil turistas al año, siendo el sector servicios la piedra angular de la economía gomera. Las peculiaridades de la isla la han convertido en el destino turístico perfecto para estar en pleno contacto con la naturaleza. A esto se le suma su gran riqueza gastronómica, arraigada al sector artesanal, que hacen de los alimentos de La Gomera verdaderas joyas culinarias.