Desde hace treinta y seis, hoy 30 de mayo celebramos nuestro Día de Canarias. Año tras año, expresamos en esta fecha nuestros anhelos, nuestras expectativas, nuestras alegrías colectivas, reivindicamos nuestra identidad singular y, cómo no, echamos una mirada al tiempo pasado. Pero este año, singularmente, quiero mirar al futuro y hablar de esperanzas.
Esta celebración de nuestro día es muy diferente a la que estamos acostumbrados. Nuestras romerías, nuestras celebraciones tradicionales con gran participación de personas, tendrán que esperar a mejores tiempos. Y ello, porque la pandemia por contagio masivo de la Covid-19 que estamos viviendo, nos está llevando a vivir de una manera que no esperábamos. Una situación que jamás pudimos imaginar y que nadie hubiera querido vivir nunca, y con la que, todavía, tendremos que convivir diariamente durante algún tiempo. Es, sin duda alguna, una prueba de enorme dureza, pero tenemos que afrontarla pensando en que saldremos de ella fortalecidos, tanto en lo colectivo, como sociedad, como individualmente.
En estos tiempos tan complicados que vivimos, mirar al futuro con esperanza es casi un deber ineludible para todos. La ciudadanía en general y la canaria, en particular, nos exige respuestas desde el diálogo y el acuerdo. Y como ministra de Política Territorial y Función Pública, la búsqueda de consensos, entre todos los territorios de nuestro país es nuestro objetivo de legislatura, atendiendo a las especificidades de cada territorio y con Canarias entenderán que lo sea especialmente, dada sus singularidades y su condición de región ultraperiférica.
Esta crisis sanitaria, social y económica que estamos padeciendo nos está dejando muchas lecciones. Una de ellas es que las personas que tenemos responsabilidades públicas estamos compelidas a buscar un mínimo común de entendimiento, actuando de manera coordinada desde las distintas administraciones de nuestro país, para hacer frente a la emergencia sanitaria y abordar la reconstrucción social y económica que necesitamos. Sin duda alguna, el reto de país más importante de las últimas décadas.
Durante este tiempo todas las administraciones públicas hemos actuado, con aciertos y errores, articulando respuestas para mitigar el impacto del virus, salvando vidas y tejiendo, una amplísima red, para no dejar a nadie atrás, ayudando a las empresas, a los trabajadores, a los autónomos y a las familias de este país, desde la cooperación como respuesta coordinada y conjunta de nuestro sistema democrático institucional.
Y es en este ámbito donde quiero destacar el papel del Gobierno de España y reconocer la gran labor realizada por todas las comunidades autónomas, especialmente, en este día, la de Canarias. Todas sus instituciones, han estado a la altura, pero especialmente, la ciudadanía canaria.
En este desafío, sin precedentes, nuestro Estado autonómico ha resistido la prueba de estrés a la que se ha visto sometida para doblegar la curva de contagios, poniendo de relieve que, cuando superemos esta situación tenemos que hacer un análisis compartido de cómo perfeccionar los resortes de nuestro modelo autonómico.
Me atrevo a considerar que una de esas reflexiones a realizar es la necesidad de reforzar los lazos institucionales, esos que hemos ido cosiendo en estos años de democracia y que tenemos que seguir cuidando y perfeccionando para avanzar juntos en el país y la Canarias que queremos.
Tenemos muchos desafíos por delante, pero la labor más inmediata es la de asegurar el bienestar y la seguridad en nuestra salud a toda la ciudadanía. Ese es el reto, esa es la tarea, ese es el futuro hecho presente al que debemos volcarnos para dar certezas y esperanzas.
Nuestra ciudadanía nos ha señalado el camino con un comportamiento ejemplar. Nos corresponde ahora a las instituciones transitarlo para que la reconstrucción llegue a todas las personas, vivan donde vivan.
Hoy, día de Canarias, muchos de nosotros estaremos en otras latitudes, en otros países, pero llevando a Canarias siempre y en la distancia, más.
Compartirán conmigo que algunas cosas inimaginables, en este tiempo y en esta nueva normalidad, se nos han vuelto imprescindibles. Y digo esto, porque jamás pensamos añorar tanto los abrazos, los lazos familiares y de amistad que esta pandemia nos ha arrebatado.
Será la primera vez desde hace muchísimos años que estoy un poco lejos, pero más cerca que nunca. Tengo magüa sí, pero también la certeza de más apego a la tierra y a sus gentes que nunca.
Somos de la tierra donde nacemos, pero también de la tierra donde nos hacemos. Se hace tierra allí por donde vamos pasando, allí por donde vamos viviendo, allí por donde vamos sintiendo. Mi vida, mis pasos, mis sentimientos están en Canarias y seguirán estando desde Madrid en Gran Canaria, en todas las islas y en el resto de nuestros territorios.
Nos toca seguir haciendo camino, porque al final la vida no es otra cosa que hacer camino. En ese camino, Canarias está siempre y en la distancia, más.

Feliz Día de Canarias.

*Ministra de Política Territorial
y Función Pública