Las 389  farmacias  de la provincia de Santa Cruz de Tenerife ya ofrecen  stock de mascarillas quirúrgicas regular tras los problemas de abastecimiento sufridos a causa de la escasez en el país, lo que ha llevado a comprarlas en  muchos casos fuera de nuestras fronteras. Eso ha encarecido el coste y además ha retrasado la reposición de
mascarillas.

A día de hoy se han dispensado casi un millón de mascarillas quirúrgicas en las farmacias de las islas. Cabe recordar, según se publica en la Orden SND/354/2020, de 19 de abril, que el único lugar donde se pueden dispensar productos sanitarios sin embalaje de origen, como es en el caso de las mascarillas, es en las farmacias ya que garantizan unas
condiciones de higiene adecuadas que salvaguardan la calidad del producto. Obviamente, en el cómputo anterior,  no se incluyen las mascarillas distribuidas a la población de riesgo  y a los niños de la Gomera, que han sido financiadas por el Cabildo Insular de la isla.

La fijación de un precio máximo era una demanda del sector para acabar con la especulación existente en torno al material sanitario. El Ministerio de Sanidad estableció, desde el pasado 24 de abril,  ese precio en 0,96€ como precio máximo de venta al público de las mascarillas quirúrgicas.

Los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de  Canarias presentaron un sistema de autorregulación donde el precio máximo propuesto, es de 0,95€, con impuesto incluidos y coincide prácticamente con el precio máximo que ha decretado el Estado de 0,96€.

Una mascarilla quirúrgica se compone de un trozo de tejido filtrante en forma rectangular con bandas elásticas en sus extremos para su colocación detrás de las orejas o atada por detrás de la cabeza. Algunos modelos cuentan con una tira de metal en la parte superior de la máscara para ajustarla alrededor de la nariz. La mascarilla suele disponer de
hasta tres capas: una externa que repele los fluidos, una intermedia como filtro de patógenos y una capa interna para absorber la humedad del aire y evitar que la mascarilla se empañe. Estas capas, en su conjunto, sirven para bloquear la transmisión de microorganismos, además de evitar las salpicaduras externas y evitar el contacto de la mano con la cara.

Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos se ha publicado una serie de medidas sobre cómo usar las mascarillas quirúrgicas -recomendadas durante los trayectos en  transportes públicos y cuando las medidas de distancia social no puedan aplicarse-. Estas medidas son  indispensables para que sean realmente efectivas y cumplan
su labor para evitar contagios y la propagación del virus.

Antes de ponerse la mascarilla es indispensable lavarse las manos durante al menos 30 segundos con agua y jabón, o utilizar un gel desinfectante.

Se debe sujetar la mascarilla de las gomas de los extremos, colocar delante de la cara con el ajuste hacia arriba.

Sostener la mascarilla delante de la cara, tira de ambos extremos en dirección al rostro y coloca cada banda elástica por detrás de cada oreja. Moldea la tira superior metálica sobre la nariz pellizcándola y presionándola con los dedos, si dispone de ella, y tira de la parte
inferior de la máscara sobre la boca y mentón para asegurarte de que ajusta bien.

A partir de ese instante es importante no volver a tocar la mascarilla, teniendo en cuenta que si la máscara se ensucia o humedece hay que reemplazarla por una nueva inmediatamente.

No debe colgarse la mascarilla de una oreja o del cuello, y sobre todo, lo más importante: nunca reutilizarla, ya que este tipo de mascarillas no son reutilizables ni se pueden desinfectar.

Al retirarla se deben extremar las precauciones para asegurarse de no transferir gérmenes a las manos o la cara. Retirarla sujetando solo por las gomas de los extremos, de una en una.  Además, muy importante, asegurarse de deshacerse de la mascarilla de forma segura. Finalmente, hay que lavarse las manos con  agua y jabón o con el correspondiente gel higienizante.