El expresidente del Congreso de los Diputados Manuel Marín ha fallecido este lunes en Madrid a los 68 años de edad tras una larga enfermedad, según ha informado la Fundación Iberdrola España, de la que era presidente. Durante la VIII Legislatura, entre 2004 y 2008, presidió el Congreso de los Diputados, y lo hizo con un objetivo: reformar «definitivamente» el reglamento de la Cámara. Para ello, invocó la «capacidad negociadora» de los grupos, pero no lo logró, aunque sí resolvió exitosamente la renovación tecnológica del hemicicloy la ampliación de las instalaciones parlamentarias. Diputado del PSOE por Ciudad Real en la legislatura Constituyente de 1977, era uno de los parlamentarios más jóvenes en comenzar carrera y llegar a Europa.
Tras cinco años en el Parlamento, el triunfo del PSOE en las elecciones de 1982 le aupó al puesto de secretario de Estado en el primer gobierno de Felipe González, puesto desde el cual trabajó con ahínco en favor de la incorporación de España a la entonces Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), y jugó un papel importante en la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas.

ras la firma del tratado de adhesión fue nombrado comisario europeo, y así se abrió su larga etapa en este campo, en la que fue vicepresidente de la Comisión y responsable de las relaciones de la UE con América Latina, Asia, el Mediterráneo sur y Oriente Próximo y Medio. También fue comisario de Pesca, de Cooperación y Desarrollo e incluso presidente en funciones, entre julio y septiembre de 1999; al año siguiente regresó a España.

De nuevo elegido diputado socialista, trabajó como portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores, y en abril de 2004 fue elegido séptimo presidente de la Cámara Baja, cargo que desempeñó durante una única pero extremadamente intensa legislatura, la primera bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

En el Congreso A Marín le tocó dirigir complicados debates, especialmente los relacionados con el terrorismo, como el pleno de mayo de 2005 en el que se autorizó, sin apoyo del PP, negociar con ETA si abandonaba las armas.

Sus esfuerzos innovadores no pudieron culminar con la soñada reforma del Reglamento de la Cámara, pero sí se notaron en la modernización del Congreso, con ordenadores en los escaños de un reformado hemiciclo, teléfonos móviles para todos los diputados, una nueva página web y una ampliación de dependencias de más de 25.000 metros cuadrados nuevos salpicados de pantallas de televisión.

Fue inflexible en la aplicación del Reglamento, y no le dolieron prendas para retirar la palabra a quien fuera menester, aunque su encontronazo más sonado los tuvo con el diputado del PP Vicente Martínez Pujalte, al que concedió el dudoso honor de ser el primer expulsado del hemiciclo en la democracia tras una bronca monumental.

En 2008 dejó el Congreso y también la política, volvió a la vida docente en la Universidad de Alcalá de Henares y se incorporó a la Fundación Iberdrola como su presidente, a fin de poner desde allí su grano de arena en la lucha contra el cambio climático.

En el año 2007 estuvo en La Gomera durante el acto de inauguración de la Universidad de Verano de esta Isla

El ‘padre’ de las becas Erasmus

El tesón europeísta de Manuel Marín hizo posible un gran paso en la integración continental: el programa de movilidad de estudiantes universitarios Erasmus, creado en 1987, que logró sacar adelante pese a la oposición del Reino Unido y Francia.

Marín está considerado como el ‘padre’ de este programa, que significó un «salto de gigante» contra el «aislamiento» académico pues facilitaba que los alumnos cursaran parte de los estudios superiores en otros países europeos con garantías de que esa formación sería convalida por las universidades de origen.

En estos 30 años, 3,3 millones de europeos han ampliado estudios y experiencias en otros países de la UE gracias a esta iniciativa.