El grupo de combate, con el Carl Vinson en el centro, en aguas del Pacífico. US NAVY / ATLAS

La tensión sigue subiendo en la península coreana. El régimen de Kim Jong-un ha advertido de “consecuencias catastróficas” si Estados Unidos continúa sus provocaciones, después de que un portaaviones de esa nacionalidad y su flotilla se dirijan hacia la zona. “Tomaremos las medidas más duras contra los provocadores para defendernos con la poderosa fuerza de las armas”, ha indicado un portavoz del Ministerio de Exteriores de Corea del Norte, citado por la agencia estatal, KCNA.

Según informa El País en su edición de hoy, El Carl Vinson ha puesto rumbo hacia la península norcoreana después de que Estados Unidos haya amenazado con emprender acciones unilaterales si China, el principal aliado de Corea del Norte, no aumenta la presión para conseguir el fin del programa de armamento norcoreano.

Las declaraciones de Estados Unidos se han producido cuando este país y Corea del Sur ya desarrollan maniobras militares anuales en la zona, una circunstancia que suele agravar las tensiones cada abril. Pyongyang percibe esos ejercicios como preparativos para invadir su territorio.

Pero, además, esta semana es especial para el régimen norcoreano, muy dado a marcar sus hitos históricos: este martes se cumple el quinto aniversario del nombramiento de Kim Jong-un como secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea, la espina dorsal política del régimen. Para conmemorarlo, se celebra una sesión extraordinaria de la Asamblea Popular Suprema, el legislativo de ese país. El sábado se celebrará el 105 aniversario del nacimiento del fundador del régimen y abuelo del líder actual, Kim Il-sung. Corea del Norte prepara para ese día un espectacular desfile militar, para mostrar ante el mundo un alarde de fuerza. Los analistas no descartan que Pyongyang quiera conmemorar la fecha también con el lanzamiento de un misil, quizá incluso de largo alcance.

Corea del Norte ya lanzó el pasado miércoles un misil de combustible líquido, aunque apenas recorrió 60 kilómetros antes de caer al mar. El mes pasado había lanzado simultáneamente cuatro cohetes, tres de los cuales llegaron a aguas bajo control japonés. Este país, que ya ha completado cinco pruebas nucleares -las dos últimas, el año pasado- podría estar preparando una sexta: las recientes imágenes vía satélite han detectado, según los expertos, movimientos sospechosos en la zona de Punggye-ri, donde se llevaron a cabo las anteriores.

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