Las Islas Canarias son unas islas con un encanto particular y cuyo clima permite disfrutar muchísimo de la vida al aire libre, ir a pasear, surfear y pasar un buen rato en las playas y en los parques a disposición. Desde Gran Canaria a Lanzarote muchos habitantes se deleitan con la práctica de varios deportes, pero está claro que algunas disciplinas tienen más cabida que otras.

El fútbol y el baloncesto son, sin duda, dos de los deportes más practicados y más cotizados en las islas españolas del Atlántico, ya que los frecuentes días soleados permiten aprovechar de los terrenos de juego disponibles al aire libre, que son un auténtico lujo. Tanto los terrenos de juego de fútbol como los de baloncesto, pese a ser rudimentarios, han sido las bases del éxito de muchos deportistas canarios que se han consagrado en el Continente.

No es un caso que en esta Comunidad Autónoma hayan salido unos cuantos futbolistas de nivel, como Juan Carlos Valerón, David Silva o Jesé, que está actualmente jugando en el Las Palmas, uno de los equipos revelación de la temporada actual de Liga. Si hablamos del baloncesto, en cambio, podemos destacar a jugadores como Diego Fajardo y Jaime Heras, que han hecho historia de este deporte tras haber salido de las islas.

Estos dos deportes referencias en las islas son muy cotizados pero muy distintos el uno del otro, no solamente por una cuestión de reglas sino sobre todo por una cuestión de preparación y de interpretación del juego. El esfuerzo que se hace en el fútbol no es mínimamente comparable con el que se hace en el baloncesto, donde la cancha es más pequeña pero hay muchos más vaivenes y el ritmo es mucho más elevado. En cambio el fútbol se juega siempre al aire libre y resiente más de las condiciones climáticas.

Pero, una gran diferencia entre los dos deportes es, sin duda, la alimentación. De hecho, según un estudio llevado a cabo recientemente por Sports Bwin, un futbolista necesita almacenar unas 3800 calorías diarias, mientras que el jugador de baloncesto ha de asimilar unas 6500. Estas cantidades son muy explicativas de cuáles de las dos disciplinas es más exigente a nivel físico. Hablando en plata, la dieta de un futbolista prevé consumir unos 3 pollos diarios, mientras que la de un jugador de baloncesto es de 6 pollos al día, es decir el doble. Este tipo de alimentación es diferente también a causa del diferente promedio de peso y altura entre los que practican fútbol y baloncesto.

Si vemos también las estadísticas esta diferencia parece mucho más clara: un jugador de la NBA corre unos 9 km por partido, lo que implica el consumo de casi 1000 calorías, mientras que un futbolista de una liga europea puede recorrer más que 9 km y consumir 1500 calorías, pero lo hace de manera diferente y jugando más tiempo. Estas son las razones por las que el fútbol y el baloncesto son dos mundos totalmente opuestos.

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