Rafael Hernando y Antonio Hernando este viernes en un a un desayuno informativo. / J.J. GUILLÉN (EFE)

No hubo gran coalición pero sí se están produciendo, en el primer mes de la legislatura entronizada como la del diálogo, los primeros acuerdos entre el Gobierno del PP y el PSOE, que han dejado descolocados a Podemos y Ciudadanos. El ejecutivo quiere evidenciar ante el electorado, los mercados y Europa que su socio preferente para los pactos de Estado pendientes es y será el PSOE. “Es preferible entenderse con los que suman” con “holgura”, admitió Montoro. Los socialistas, aún por resolver su crisis de liderazgo, persiguen recuperar su pulso y demostrar que esas alianzas son tan útiles para la sociedad como la mayor subida en 30 años del Salario Mínimo Interprofesional.

El portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, intentó solventar como pudo la encerrona de preguntas sobre la predisposición del PP a pactar con el PSOE en vez de con su socio formal de Ciudadanos, pese al acuerdo de investidura firmado por Mariano Rajoy y Albert Rivera. “El Gobierno habla con todos e intenta dejar satisfechos a todos”, remató Méndez de Vigo al final de la comparecencia del viernes tras el Consejo de Ministros que certificó la relevancia de la última gran alianza sobre el techo de gasto para todas las administraciones públicas.

El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, con su particular lenguaje verbal y gestual, lo expresó a las bravas: “Siempre va a ser preferible tener más holgura”. Las ideas, proyectos y propuestas que se están sucediendo en estos días “se contrastan” con varios grupos políticos pero para determinados “consensos especiales” hay que acudir al PSOE. Montoro corroboró así como algo “inexorable” que la aritmética parlamentaria actual no permite sellar esos grandes pactos solo con PP y Ciudadanos (137+32) y que para superar la barrera de la mayoría absoluta (176) “es preferible entendernos con los que suman y no el voto marginal”. Y puso el ejemplo del resultado conseguido en el Parlamento (245 votos) para adecuar la normativa del pago fraccionado del impuesto de Sociedades a lo que pedía la UE.

UNA COALICIÓN PARA AFIANZARSE EN EUROPA

J. C., MADRID

“Hay dos factores clave que se tienen en cuenta en Europa a la hora de analizar la potencia de un país: ¿qué respaldo interno tiene el Gobierno para sus medidas y proyectos y si cumple sus compromisos? Y para España claro que no es lo mismo acudir con 137 escaños que con más de 200”, resume uno de los ministros del Gabinete de Mariano Rajoy con mejor conocimiento del funcionamiento interno de la UE. El Gobierno piensa, además, que esa alianza coyuntural del PP y el PSOE en España es ahora mismo “una excepción política” en Europa que puede ayudar a afianzar la recuperación del país. En el ejecutivo recuerdan así lo sucedido en Gran Bretaña con el Brexit, la decisión del presidente francés François Hollande de retirarse tras su primer mandato ante el auge de la extrema derecha y lo incierto de la situación de Mateo Renzi en Italia con el referéndum constitucional de este domingo. La inesperada seguridad política que pueda transmitir ahora España podría resultar beneficiosa para Rajoy y el PP pero también para el PSOE.

El mismo Montoro ratificó que “ésa tiene que ser la tónica de esta legislatura y lo que no entre en esa suma no se podrá hacer”. El titular de Hacienda, que ha llevado el peso de la negociación con la dirección federal del PSOE y con barones territoriales socialistas, no quiso tildar de “postergados” a Ciudadanos pero sí defendió que en democracia hay que saber “adecuarse a la realidad” en los socios y hasta en el tiempo de cumplir los programas electorales. Ahora no toca, en ese sentido, bajar los impuestos (IRPF e IVA) sino subir algunos para penalizar “las externalidades negativas” o “vicios para la salud” como el alcohol y las bebidas azucaradas.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, que es el interlocutor nominado para ese partido, rechazó sentirse “relegado” y apuntó que le tocará el turno a esa parte de la negociación más amplia para acordar el proyecto de presupuestos para 2017 que debe enviarse a Bruselas a finales de la semana que viene.

Montoro sí quiso destacar en público y en privado un mensaje recurrente de Rajoy tras constatar en dos elecciones que el tiempo de las mayorías absolutas parece finiquitado. Habló de la “oportunidad” de sentirse ahora forzados a hablar y pactar frente a la legislatura de 2011 con mayoría absoluta y rodillo del PP, que justificó en la obligación de salvar a España de la emergencia del rescate. “Ahora el Gobierno convence y tiene que admitir ser convencido”, indicó.

El PSOE quiere demostrar por su parte que lidera la oposición y que su actuación es útil para los ciudadanos. No se trata de “estar en la oposición” sino de “ser la oposición”. El objetivo hubiera sido gobernar pero ahora se reafirman en que hicieron bien en abstenerse para que empezara la legislatura. El portavoz parlamentario, Antonio Hernando, ha admitido este viernes en TVE que se equivocó en no defender esa abstención ya tras el 26-J para haberle sacado más partido.

“Otras elecciones hubieran conducido a un PP más potente y nos dejaría con nula capacidad de influir”, señalan fuentes de la gestora tras comprobar su situación nada fácil al sentirse vigilados por la oposición de izquierdas y en especial Podemos y por la parte de su partido que aún defiende a Pedro Sánchez. Estos interlocutores precisan, no obstante, que el PSOE “no está ni estará en coalición con el PP” y que llegarán enfrentamientos.

“Vamos a sacar el máximo rendimiento a nuestra fuerza parlamentaria y a nuestra capacidad de influir”, señala el portavoz de Empleo, Rafael Simanas. “Sin complejos”, se muestra el titular del área de Hacienda, Pedro Saura, ante la décima que han obtenido para subir al 0,6% el techo de gasto de las comunidades autónomas. “Son cientos de millones”, recalca. Y confían en que los ciudadanos vean que su posición no es “entreguismo” sino “negociación y presión diaria” al gobierno para reconducir sus políticas.