El pasado día 14 de noviembre de 2016, falleció mi hija Mercy tras una larga lucha contra una terrible enfermedad. Tanto a mi mujer Pepa, como a mí mismo, difícil será superar una ausencia así a estas alturas de nuestras vidas, pero estamos haciendo un tremendo esfuerzo para resistir y encaminar su marcha especialmente por nuestras hijas y por nuestros nietos y nietas.
Los que me conocen saben que al igual que Mercy, intento ser un luchador y me enfrento duramente a las adversidades. Por eso, a pesar de todo y con todo el dolor de mi alma encima, pero también por ella misma, saldremos adelante, ya que si no fuera así, sé que no nos lo perdonaría.
Queremos desde aquí agradecer de todo corazón las innumerables muestras de afecto, cariño y cercanía de centenares de amigos y de personas de muchos lugares que nos han hecho llegar o nos han mostrado su más sentido pésame.
Será imposible poder darles las gracias a todos y a cada uno personalmente, pero quiero que sepan, aprovechando la posibilidad que me da este medio de comunicación, que les agradezco profundamente sus muestras de condolencia durante estos días y durante estos tristes momentos padecidos.
Un abrazo a todos. Les tengo en mi corazón en nombre de mi hija y de todos nuestros familiares.
Sito Simancas.
