Casimiro Curbelo

Los programas que defiende y el sello que Agrupación Socialista Gomera (ASG) imprime en todas sus acciones vuelven a cobrar relevancia. Canarias requiere más optimismo y, sobre todo, trabajar de verdad por la gente. Hay que dejar de lado las disputas y poner en marcha acciones, muchas veces anunciadas, pero que no acaban de llegar a los ciudadanos.

Esta semana arrancó con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y de nuevo se ha evidenciado una terrible realidad. El último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza sitúa al archipiélago como la tercera región española con mayores tasas de pobreza, sólo superada por Andalucía y Murcia.

Los datos son alarmantes: el 37,9 por ciento de los canarios está en riesgo de pobreza o exclusión social, y están en situación de pobreza extrema unas 280.000 personas, el 13,3 por ciento de la población. Existen, además, otros informes como el de la empresa Adecco, en el que se apunta que el 47 por ciento de las familias monoparentales isleñas disponen de un presupuesto mensual de menos de 600 euros.

Es cierto, no obstante, que el Gobierno regional ha aumentado los recursos para combatir el problema, y de ahí que existan otros datos que reducen la tasa de pobreza al 28,5 por ciento. Pero la situación sigue siendo dramática. Nada justifica estos números, muy por encima del promedio nacional, que está en el 22 por ciento. Y, sin embargo, aún hay razones para el optimismo.

Tal y como advirtió ASG en su primera intervención en el Parlamento, es una falsedad que Canarias sea una tierra pobre. Nuestros indicadores de producción, de población y de actividad económica son asombrosos si nos comparamos con otros archipiélagos de tamaño similar o incluso superior.

Hemos tenido una floreciente agricultura de exportación, que enviaba miles de toneladas de plátanos y tomates a Europa. Y hemos tenido industrias tabaqueras con importantes cuotas de mercado. Si perdimos todo eso, y algunas cosas más, ha sido por errores o  decisiones desafortunadas. Así lo advertimos al comienzo de legislatura, y así conviene recordarlo ante la necesidad de revisar y corregir el rumbo.

Hay que trabajar por el bienestar de las personas desde cualquier posición política, institución o cargo público. Las elecciones son cada cuatro años y una vez superado este proceso, hay que dedicarse a trabajar y lograr que aflore todo el potencial que guarda Canarias, una tierra que este año recibirá más de 14 millones de turistas; una región que puede recuperar el campo, y donde podemos aprovechar los avances tecnológicos para crecer y alcanzar objetivos.

Hace falta también más compromiso social, más programas de empleo, más ayudas para la emprendeduría y la formación de los jóvenes, más agilidad en los programas de atención a los necesitados, mejores pensiones, apostar por lo público y, por encima de todo, implantar un modelo de región que conlleve una mejor distribución de los recursos.

Si nuestro mejor sector productivo, que mueve más de 13.000 millones de euros cada año y genera la mayor parte de los empleos, no deja la suficiente riqueza en Canarias, es porque no hemos sido capaces de ser protagonistas de la explotación de nuestra gallina de los huevos de oro. Tenemos que cambiar eso.  Canarias no es una tierra pobre, aunque sus indicadores de pobreza estén casi diez puntos por encima de la media nacional.

 

Hemos permitido, tolerado e incluso fomentado que nuestra vida se hiciera más cara y nuestra población se hiciera más pobre. Ese es un cóctel mortal. Por eso tiene que haber más acción social y más defensa del interés general. El pueblo lo necesita y lo pide a gritos.

 

Casimiro Curbelo

Diputado autonómico y presidente del Cabildo de La Gomera