«No abuse. Con que me diga que no ya es suficiente. No hace falta argumentarlo». La frase que el candidato del PP, Mariano, Rajoy le dirigió al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya en su primera réplica, da la medida de un debate acabado desde su inicio. Media hora después de su inicio,  Rajoy ya había constatado que se quedará a las puertas de una investidura, para la que le hubieran bastado seis votos más de los que tiene la suma del doble acuerdo firmado por el PP con Ciudadanos y Coalición Canaria.

El candidato socialista se ha mostrado firme en su negativa ante un Rajoy que hoy sí le ha pedido expresamente varias veces la abstención «para evitar terceras elecciones». Además de decir no al PP, Sánchez ha dedicado buena parte de su discurso a responder a aquellos que, desde fuera, le han presionado para influir en su voto. «Últimamente en este país se hace uso y abuso del término responsabilidad», señaló el candidato socialista. Según su relato, el PSOE por responsabilidad no puede hacer otra cosa que votar no: «Tenemos una primera y principal obligación que es representar a los millones de españoles que no quieren que Rajoy siga presidiendo este país».

El portavoz socialista se ha mostrado especialmente duro en el atril al aludir a la corrupción que atenaza al Partido Popular. Llegó a leer de carrerilla la lista de los delitos por los que se investiga al PP. «¡Pero si es todo el Código Penal, señor Rajoy!», le ha espetado el del PSOE.

Sánchez ha terminado su intervención con un ataque todavía más feroz hacia Rajoy: «El problema es que usted no es de fiar», ha asegurado. Después llegó la respuesta de  Rajoy en la que que pedía al socialista que no se cebase. Durante su discurso, Rajoy defendió sin mucho entusiasmo su pacto con Ciudadanos que ofreció a abrir a otros partidos. En un momento de su intervención, admitió que el pacto «no pasará a la historia».

Unidos Podemos, dispuesto

Frente la imposibilidad manifiesta de entendimiento entre los dos principales partidos, el debate deja el ofrecimiento de Unidos Podemos para intentar junto al PSOE una alternativa al fracaso que se cocina en el hemiciclo. «Nosotros sí somos de fiar», le dijo el líder de Podemos, Pablo Iglesias,  a su homólogo socialista, a quien previamente felicitó por haber aguantado las presiones para convertir el no en abstención.

En su oferta de mano tendida, Iglesias ha querido ser amable con el líder socialista: «Me hago cargo de que su situación es muy incómoda. No estábamos seguros de que podría resistir. Usted ha mantenido su palabra y le doy las gracias por no facilitar un Gobierno del PP».

Albert Rivera también se rinde

La actual situación política deja al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en una situación de debilidad tras haber pactado con un Rajoy que parece más encaminado a terceras elecciones que a buscar los seis votos que le faltan para ser presidente. Al líder de Ciudadanos le ha costado explicar cómo quiere apoyar un Gobierno de Rajoy que no considera limpio y que dibuja  «inmerso en casos de corrupción».

Durante su intervención ante Rajoy, el propio Rivera ha reconocido que no se fía del PP ni de su candidato pero justificó su acuerdo con ambos porque en la vida «hay que elegir entre lo malo y lo menos malo». Y al final ha admitido: «Usted no saldrá investido hoy ni el viernes». Los esfuerzos de Ciudadanos han caído en saco roto y el resto de formaciones se lo han afeado.

El más duro con el líder de Ciudadanos ha sido Pablo Iglesias: «La manera en la que le ha humillado Rajoy en esta cámara es vergonzante», señaló el de Podemos. Rivera le replicó varias veces que Ciudadanos se dedica a desbloquear un país, no a ejercer de comentarista político ni a estar de vacaciones.

Joan Tardá también arrancó sus críticas en el político de Ciudadanos a quien definió como «el monaguillo del Sr Rajoy». Y a continuación arremetió contra la llamada «policía política» que encabeza el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz por dedicarse a «difamar» a sus rivales políticos.