Playa de La Caleta

El comité local de Sí se puede en Hermigua lamenta que, durante esta temporada estival, las escasas zonas de baño de que dispone el municipio se hallen cerradas o no hayan sido acondicionadas adecuadamente, atendiendo al valor que tienen como foco de atracción de bañistas y veraneantes a nuestra localidad. “El cierre del acceso al Pescante, por evidentes motivos de seguridad, y la tardanza en el acondicionamiento de la Playa de Santa Catalina han hecho que muchas personas hayan tenido que desplazarse hasta San Sebastián y Vallehermoso para acceder a zonas de baño en condiciones, y nos consta que algunos veraneantes han preferido cambiar su destino vacacional ante la falta de zonas de baño en Hermigua”.

Playa de Santa Catalina en Hermigua
Playa de Santa Catalina en Hermigua

“Si bien es cierto que la zona de baño del Pescante es una obra lenta y costosa y no depende del Ayuntamiento de Hermigua, no podemos decir lo mismo de la playa de Santa Catalina y la playa de La Caleta. En ambas playas los trabajos de retirada de callaos para favorecer la acumulación de arena fueron ejecutados a finales del mes de julio, sin prever el tiempo necesario para que se acumule la arena para facilitar el baño”.

Además de la retirada de callaos, “en la Playa de Santa Catalina la única infraestructura de la que se ha dotado a la playa ha sido una ducha, lejos quedan las promesas que hicieron los ediles el año pasado de instalar baños portátiles. En cuanto a La Caleta, la intervención también ha sido mínima, reduciéndose a la sustitución de luminarias y poco más; ni se ha reconstruido la pista de vóley-playa, ni se ha mejorado el aspecto general del espacio”.

Para Sí se puede, la mayoría de consistorios insulares, incluido el Ayuntamiento de Hermigua, muestran falta de interés en el acondicionamiento de las zonas de baño de nuestra isla, aunque “son un reclamo turístico de primer orden, y se debería velar mucho más por los pocos espacios que existen en el norte de la isla. En contra de lo que sucede en la mayoría de municipios de España, que entre el 1 de junio y el 1 de julio ya están acondicionadas, muchas playas y zonas de baño de La Gomera empiezan a habilitarse en pleno mes de julio, con la consiguiente mala imagen que esto da entre los visitantes y el perjuicio para los vecinos residentes. Hay que apuntar el caso de las piscinas de Vallehermoso, que no abrieron al público hasta el día 6 de agosto, apertura en la que mucho tuvo que ver la presión vecinal”.

Sí se puede en Hermigua quiere invitar a la reflexión ante la falta de previsión que tienen las instituciones de la Isla en sus actuaciones de puntos tan sensibles para el turismo como son las zonas de baño: “El menoscabo que ha supuesto la construcción del Centro de Talasoterapia para vecinos y visitantes es flagrante, puesto que se nos ha arrebatado una muy concurrida zona de baño para tener el actual equipamiento que no tiene visos de ponerse en funcionamiento, ni por su elevado coste de mantenimiento ni por las trabas burocráticas que eternizan su apertura”.

También quiere llamar a la reflexión sobre el papel que deberían adoptar las autoridades responsables frente al modelo de isla que deberíamos construir entre todos. “Por lo que se viene observando desde hace años, las diferentes instituciones improvisan actuaciones que solo sirven para salir del paso, no hay metas ni proyectos concretos para la isla o para el municipio, y esto redunda en perjuicio de nuestra imagen turística”.

Por otro lado, la formación ecosocialista valora positivamente el anuncio de la próxima adjudicación de la última fase de acondicionamiento del acceso al Pescante de Hermigua: “Es una buena noticia que avancen las obras y que por fin podamos ver abierto el enclave más emblemático de Hermigua. Deseamos que en breve se adjudique también el montante para la rehabilitación de la zona de baño para que estos largos años de espera tengan por fin recompensa y se nos permita de nuevo disfrutar de este enclave tan singular y maravilloso. Ojalá los titulares de los últimos días no acaben en papel mojado, algo a lo que por desgracia ya estamos acostumbrados los hermigüenses”, concluyen.