Rajoy y Cospedal, a las puertas del restaurante madrileño 'El Paraguas', tras la reunión de ayer en Génova. JOSÉ LUIS DUEÑAS

Mariano Rajoy enfrió ayer las expectativas sobre la formación de Gobierno, alentadas la semana pasada por la disposición de Albert Rivera de pasar de la abstención al sí a cambio de que el PP aceptara determinadas condiciones. Para sorpresa de todos, el Comité Ejecutivo, convocado para estudiar las exigencias deCiudadanos, no trató sobre el asunto y se limitó a dar un cheque en blanco a Rajoy para que administre su investidura como le parezca.

Según informa el periódico El Mundo, el presidente del PP, en una rueda de prensa con el estilo desenvuelto que le caracteriza, restó trascendencia al posible acuerdo con Ciudadanos, ya que sin la abstención socialista su investidura resultará fallida. A pesar de lo cual, Rajoy asume que no tendrá más remedio que acudir al Congreso y hoy está dispuesto a comprometerse con Rivera para fijar la fecha del debate, si el líder de Ciudadanos le garantiza el sí de sus diputados, negociación mediante.

El candidato pretende asimismo hablar con Pedro Sánchez sobre la posible fecha de las terceras elecciones, ya que si el debate se celebra en las próximas semanas, los comicios caerían en plena Navidad. Moncloa dice que Sánchez no se puso ayer al teléfono, lo que él niega.

Tras una semana de reflexión y descanso en Galicia, Mariano Rajoy ha llegado a la conclusión de que tendrá que apurar el cáliz de una investidura frustrada, ya que los 32 diputados de Ciudadanos no le alcanzan para ser elegido presidente y las presiones no han hecho mella en el PSOE para una abstención. El candidato asume así como inevitable el riesgo que ha intentado sortear a toda costa desde laselecciones del 20-D y que le llevó a rechazar el encargo del Rey en la legislatura que no llegó a nacer.

Tras la repetición electoral del 26-J, Rajoy sí asumió la petición de Felipe VI, aunque sin abrir negociaciones oficiales con ningún partido para sumar diputados a los 137 del PP. La presión para que fije la fecha de su investidura se ha incrementado en los últimos días -a raíz de la disposición de Ciudadanos a negociar el sí- y alcanza también a la presidenta del Congreso, quien debe convocar el Pleno oficialmente. Hoy puede haber un punto de inflexión para la celebración de esta sesión en la entrevista que Rajoy mantendrá con Albert Rivera en el Congreso. Fuentes populares dan la máxima importancia a este encuentro, ya que el presidente del PP comunicará a Rivera que está dispuesto a fijar la fecha de su investidura de forma inmediata -aunque resulte fallida- si el líder de Ciudadanos le garantiza que podrá contar con el respaldo de sus diputados.

Y ello a pesar del jarro de agua fría que arrojó ayer el propio líder del PP sobre el partido naranja y sobre las expectativas de negociación abiertas por la convocatoria del Comité Ejecutivo. De allí no salió -como estaba previsto- una respuesta a las condiciones de Albert Rivera para negociar el sí de Ciudadanos. Por el contrario, el líder popular ninguneó el papel de la formación naranja y abrió la espita de unas terceras elecciones. Pedro Sánchez, aclaró, será el responsable de que España sea el único país europeo que repite tres veces las elecciones desde laSegunda Guerra Mundial.

La reunión de la cúpula del PP estaba rodeada de una gran expectación hasta que Mariano Rajoy compareció en rueda de prensa para enfriar el entusiasmo de una negociación con Ciudadanos. Ni él ni ninguno de los que intervinieron hablaron de lo que todo el mundo creía que iban a hablar. «Aquí no hemos venido a hablar de condiciones». El estupor recorrió la sala de prensa cuando el presidente del PP atribuyó a los periodistas la versión de que el encuentro tenía como objetivo debatir las condiciones de Ciudadanos. «Nunca me habrá escuchado decir eso». Un vistazo a la hemeroteca permite concluir que Rajoy se rectificó a sí mismo.

El Comité Ejecutivo decidió por unanimidad dar un cheque en blanco a su líder para que negocie como quiera su investidura. Una confianza que fue acompañada de declaraciones de adhesión de los presidentes regionales, que hablaron todos. «Yo he convocado al Comité Ejecutivo sólo para que me autorizasen a negociar», aclaró Rajoy.

El presidente en funciones reconoció que el sí de Ciudadanos sería un paso, pero insuficiente. Aún en el caso de lograr el respaldo de 170 escaños -incluyendo también a Coalición Canaria-, reiteró que no tiene posibilidades de revalidar su cargo ni de formar Gobierno si el PSOE no se mueve hacia la abstención. De ahí que el líder popular restara trascendencia a la negociación de contenidos programáticos y abriera la posibilidad de tratar con los líderes de Ciudadanos y del PSOE sobre la fecha de su investidura, sobre todo pensando en qué día se podrían celebrar las terceras elecciones, caso de no lograr la confianza de la Cámara.

Tal y como sucedió tras la investidura fallida de Pedro Sánchez, a partir de la primera votación empezaría a correr el plazo de dos meses para que el Rey disuelva las Cámaras, de acuerdo con el artículo 99 de la Constitución. Sería Rajoy entonces quien pusiera en marcha el «reloj de la democracia», expresión acuñada por Sánchez.

El candidato designado por el Rey ha hecho sus cálculos y pretende compartirlos con el resto de los líderes políticos, que incrementan su presión para que fije la fecha de forma inmediata. Si la investidura se celebra a finales de agosto, las elecciones caerían el día de Navidad. Si fuera a primeros de septiembre, podrían celebrarse después de Reyes. En todo caso, la campaña electoral coincidiría con las vacaciones navideñas.

Colaboradores del presidente aseguraron a este periódico que hoy mismo Rajoy tratará el asunto en la reunión con Albert Rivera. Pero también pretende hacer partícipe a Pedro Sánchez de las circunstancias de la posible no investidura y de una hipotética repetición electoral. De forma algo críptica, Rajoy dijo: «Lo que procede es una conversación con el señor Sánchez sobre si prefiere la repetición de las elecciones y su criterio sobre la fecha del debate de investidura. Una conversación entre los dos, si es que se puede producir». Esta declaración hay que interpretarla a la luz de lo que posteriormente confirmaron a este diario fuentes oficiales. Rajoy intentó hablar ayer con Pedro Sánchez y el líder socialista no respondió a su llamada telefónica en todo el día. El entorno del líder socialista niega que se haya producido tal llamada.

De todas estas circunstancias pretende tratar hoy Mariano Rajoy con Albert Rivera. Dirigentes populares señalaron que depende del líder de Ciudadanos que Rajoy fije o no la fecha de su investidura.