El líder de Podemos, Pablo Iglesias, abraza al candidato de IU, Alberto Garzón, en la gala de los premios Ortega y Gasset de EL PAÍS. Claudio Alvarez EL PAÍS

EL PAÍS.- Podemos e Izquierda Unida se presentarán juntos a las elecciones del 26-J. Ambas formaciones sellaron en la tarde de este lunes “un preacuerdo electoral” que someterán entre este martes y el miércoles al voto de sus militantes y simpatizantes. El pacto, anunciado por ambas fuerzas al filo de las ocho de la tarde, garantiza a IU al menos una sexta parte de los escaños en el Congreso que logre la coalición que, según sus previsiones, podrían ser en conjunto 58, sin contar con las alianzas territoriales de Podemos en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia. El objetivo de la alianza es “recuperar el país en favor de las clases populares”, “las mayorías sociales y ganar las elecciones al PP”, recalcaron los partidos de Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

El preacuerdo consta de cinco puntos: fórmula de la coalición, visualización y presencia de las dos organizaciones durante la campaña, programa, reparto de los recursos económicos y candidaturas. En lo que respecta a lo más delicado, el reparto de puestos en las listas, que el pasado fin de semana hizo encallar la negociación, Podemos accedió a la principal exigencia de IU. El partido de Garzón, que el 20 de diciembre logró casi un millón de votos, pidió tener asegurados al menos una sexta parte de los diputados. El cálculo de las dos formaciones apunta que la alianza les podría otorgar 58 diputados, al margen de En Comú Podem, Compromís o En Marea. Podemos consiguió el 20-D un total de 69 escaños en el Congreso con esas alianzas, mientras que IU, penalizada por la ley electoral, solo logró dos. También hay una concesión a IU en las candidaturas al Senado: la federación de izquierdas encabezará, al menos, cuatro circunscripciones.

“Sobre esa posibilidad se confeccionarán las listas de cada circunscripción de tal manera que quede garantizada” esa cifra de entre nueve y diez diputados para IU, señala el texto del acuerdo. La alianza carece de nombre, al menos oficialmente. El próximo viernes, deberá quedar registrada ante la Junta Electoral Central, ya que ese día vence el plazo legal para presentar las coaliciones electorales.

El texto se limita de momento a señalar que se trata de una coalición firmada por todos los partidos que la integren, con sus correspondientes siglas, que quedará registrada con la fórmula: Podemos-IU y el resto de formaciones (Equo, por ejemplo). El acuerdo, negociado principalmente por los respectivos secretarios de Organización, Pablo Echenique, de Podemos, y Adolfo Barrena, de IU, garantiza, además, “la visualización de las imágenes y logos de cada organización en los materiales de comunicación, campaña y papeletas de votación”.

Es decir, las siglas de Izquierda Unida estarán en la campaña, que ambas fuerzas organizarán por separado. Así queda reflejado en el apartado dedicado al reparto de recursos económicos: “Habida cuenta que, aunque pueda haber actos conjuntos, la campaña será diferenciada, cada organización aportará los recursos necesarios” para la suya. “La subvención electoral que recupera la coalición en lo referente a gastos electorales se corresponderá con lo efectivamente pagado por cada organización”, apostilla. “En lo referente a los ingresos que se percibirán por la Ley de Financiación de los Partidos Políticos, la parte correspondiente a ingresos por votos se corresponderá con la proporcionalidad acordada con un incremento del 5 % para IU. La parte correspondiente a ingresar por escaño será estrictamente proporcional al número de escaños que tenga cada organización”, prosigue el acuerdo.

El programa también ha sido objeto de negociación. Podemos e IU concurrirán con una apuesta de mínimos a la que añadirán sus respectivos programas. La propuesta que Izquierda Unida ha formulado a Podemos está basada en 26 medidas elaboradas con intención de no colisionar con los planteamientos del partido emergente.

Ni República ni OTAN

El documento elude algunas de las materias que separan a ambas formaciones. Así, IU no menciona la República como modelo de Estado, una de sus principales banderas ideológicas, como tampoco la nacionalización de empresas energéticas o la salida de España de la OTAN, medidas que sí lleva en su programa.

El contenido del acuerdo alcanzado este lunes se limita a señalar que “desde el reconocimiento de las señas de identidad de cada una, acordarán unas bases programáticas comunes que serán las únicas que obligarán a defensa colectiva”. “En cuestiones no establecidas en el marco común, hay soberanía de cada una de las organizaciones firmantes”, concluye.

Después de algo más de una semana de negociación oficial —y varias semanas más de conversaciones discretas— y tras una experiencia fallida de pacto antes de los comicios del 20-D, ambas formaciones tendrán, en todo caso, hasta el viernes para retocar el texto que hoy y mañana someterán a votación de sus respectivas bases.