Pedro Sánchez ha ofrecido este martes un «Gobierno del cambio y del diálogo» que saque a España de la situación de bloqueo y, sobre todo, que rectifique las consecuencias de la etapa del PP en el Ejecutivo. El líder del PSOE ha subido a la tribuna del Congreso para exponer su discurso de investidura y convocar a todos los partidos que desean el cambio; es decir, toda la Cámara salvo el PP. «Dieciocho millones de españoles y españolas votaron por la no continuidad del actual Gobierno. Dieciocho millones de españoles esperan un Gobierno distinto, que repare las consecuencias de los errores que se han cometido y abra camino a otras, y mejores, políticas», ha asegurado el líder socialista.

Durante casi 90 minutos ha leído un discurso en el que la palabra más repetida ha sido «cambio» y en el que se ha presentado como única opción para sacar a España de la situación creada por los resultados electorales del 20 de diciembre. Solo el PSOE, según su explicación, es capaz de aglutinar un Gobierno de cambio de España.

En su análisis ha vuelto a descartar la posibilidad de un acuerdo de gran coalición con el PP, ha hecho una enmienda a la totalidad del mandato de Mariano Rajoy y, a continuación, ha dejado claro que no es posible, aunque quisiera, un acuerdo de izquierdas, a pesar de que «a muchos votantes socialistas», ha reconocido, «nada les gustaría más que un Gobierno que aglutinara a las principales fuerzas de izquierda». La única fórmula que puede conformar una mayoría, según ha explicado, es el acuerdo transversal de los partidos que quieren un cambio y esta idea la ha repetido casi una docena de veces. «¿Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no?», se ha preguntado Sánchez.

El líder de los socialistas ha apelado a su responsabilidad para asumir el encargo del Rey, ha agradecido al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, su voluntad de acuerdo y ha hecho un relato pormenorizado del acuerdo firmado con el partido naranja. Sin mencionarlo expresamente,  ha convocado a Podemos a un acuerdo de mínimos con cesión de todos los grupos —mientras Pablo Iglesias y sus diputados respondían con aplausos a los elogios a Albert Rivera—y ha hecho al líder de este partido alguna alusión inequívoca: «El Gobierno del cambio se modela a partir del acuerdo, no del asalto».

También ha lanzado guiños a Podemos en forma de propuestas como un plan de emergencia para 750.000 familias, entre otras. Todas esas medidas, ha subrayado, podrían ponerse en marcha la próxima semana si Podemos permitiera su investidura, absteniéndose. Hasta el miércoles por la mañana los grupos no fijarán sus posiciones, aunque la formación de Iglesias ya ha sugerido que votará en contra.

Para Sánchez, «hoy, en esta Cámara, hay una amplia mayoría que defiende, desde diferentes sensibilidades, un cambio de Gobierno, un cambio de las políticas que se han impuesto y un cambio en las formas de gobernar». Con su acuerdo con Ciudadanos, el candidato socialista solo alcanzará 130 votos de 176 necesarios para la mayoría absoluta que debería obtener en la votación del miércoles por la noche. Tampoco es suficiente para la votación del viernes por la noche, que requiere más votos a favor que en contra.

Reiteradamente, el aspirante ha enfrentado la opción del PP con la del llamado Gobierno del cambio: «Existe un amplio acuerdo sobre los cambios que queremos en materia de regeneración democrática, reconstrucción del Estado del Bienestar, reactivación y modernización económica, creación de empleo con derechos y lucha contra la dualidad del mercado laboral, o el combate sin cuartel contra la corrupción. Solo hay dos opciones. A esta Cámara le toca decidir qué postura tomar. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha».

No ha dejado claro qué tipo de Gobierno propone, si en solitario o en coalición. Se ha limitado a asegurar que «los diputados y diputadas del Partido Socialista sabemos que no tenemos una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar en solitario. Un Gobierno no partidista, no con una visión unitaria y parcial de la realidad, un Gobierno apoyado desde diferentes fuerzas, con diferentes ideologías, pero que compartan la idea de convivir en un amplio territorio común. Además de ser el que mejor representa lo que la sociedad demanda», ha argumentado, «es el único camino posible».

Para justificar su decisión de presentarse a la investidura sin un acuerdo que le permita gobernar, Sánchez ha asegurado que pretendía «dejar clara nuestra firme voluntad de trabajar por un cambio de la política española», también «extender la mano a todos los que compartan un objetivo común, el de alcanzar mediante el diálogo y el acuerdo un cambio de este Gobierno y un cambio en la forma de gobernar este país». «Quiero manifestar mi satisfacción porque al dar un paso adelante, y aceptar esta sesión de investidura, hemos resuelto el bloqueo de la situación política a la que la falta de responsabilidad del señor Rajoy nos había llevado. Los mecanismos de la democracia hoy vuelven a ponerse en marcha. Los plazos empiezan a correr y el Estado sale del bloqueo. Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del jefe del Estado», ha argumentado.

Sánchez ha incluido una referencia a Cataluña, sin admitir el referéndum de autodeterminación, pero sí la opción del acuerdo sobre el documento que el entonces presidente de la Generalitat Artur Mas entregó a Mariano Rajoy con 23 peticiones en julio de 2014. El ahora presidente en funciones ni contestó entonces a esa petición.

Fuente : El País