Pedro Sánchez

El 51,6% de los militantes del PSOE (95.763) se han involucrado, con el 97,8% escrutado, en la consulta que el secretario general, Pedro Sánchez, ha impulsado para avalar su abierta política de pactos para la investidura. El apoyo ha sido del 79% (73.940) en una consulta que para el equipo del líder socialista supone “una razonable satisfacción” cuando no se dirime la elección entre opciones diferentes, no hay pugna entre adversarios ni ha habido tiempo para hacer campaña. El resultado supone un aval para Sánchez, según parte de su equipo, en tanto que algunos dirigentes territoriales invocan la responsabilidad del partido y no tanto el apego al candidato.

Una sensación de alivio ha recorrido la sede federal del PSOE según iban llegando los datos de participación de la consulta a los militantes y el resultado del mismo. Acercarse al 50% de los votos suponía cumplir los objetivos de la dirección socialista dado que nunca esperaron superar ese listón. Con la mitad de los militantes socialistas involucrados en la consulta y con un voto favorable superior al 70% se consideraba ajustado sentir “razonable satisfacción”, según miembros de la dirección socialista. “Orgulloso del PSOE y de sus militantes. Orgulloso de este gran partido. Gracias por vuestro apoyo. El cambio está más cerca”, ha tuiteado Sánchez.

Sánchez aguardaba un «sí rotundo y claro» de la militancia en la consulta en la que las bases socialistas se pronuncian sobre el acuerdo que el secretario general del PSOE alcanzó esta semana con Ciudadanos. Para el aspirante a La Moncloa, que por la mañana ha apelado a los casi 190.000 afiliados a que voten con «orgullo», el pacto representa un proyecto «coherente con los grandes principios socialistas de igualdad, libertad, justicia social, paz y fraternidad».

La principal preocupación a lo largo del día en Ferraz ha sido que se produjera una elevada abstención. De ahí que la dirección del PSOE esperase una participación que sirviera de espaldarazo a Sánchez, que aun así necesita incluir en el acuerdo a más partidos que al de Albert Rivera. Tras votar en la agrupación de Pozuelo de Alarcón (Madrid), el dirigente socialista, que ya instó a «participar» la víspera, ha conminado «al resto de fuerzas del cambio a que respalden el acuerdo» la próxima semana en el debate de investidura. Podemos, Compromís e IU han desmarcado del proceso tras el acercamiento con Ciudadanos.

¿Es poco o es mucho quedarse en el 50% de participación? En comparación con los partidos políticos, singularmente Podemos y Ciudadanos, que consultan a sus afiliados, el PSOE sale muy bien parado ya que ninguno de ellos se aproxima ni de lejos a ese nivel de participación.

La respuesta de los militantes a la llamada de Pedro Sánchez se ha producido sin que haya habido campaña explicativa a pesar de que las bases que regulaban la consulta así lo decían. No ha habido tiempo, dada la proximidad del acuerdo con Ciudadanos.

La única campaña habida puede considerarse que fue contraria ante una pregunta en la que no se mencionaba el acuerdo con el partido que dirige Albert Rivera. “El PSOE ha alcanzado y propuesto acuerdos con distintas fuerzas políticas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. ¿Respaldas estos acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista? Sí / No”.

A esta pregunta tan poco concreta, que fue considerada como “un insulto a la inteligencia”, por José Antonio Pérez Tapias, que compitió con Sánchez y Eduardo Madina por la secretaría general del PSOE en julio de 2014, concedió su aprobación la mitad del partido. La respuesta ha sido bastante homogénea en todas las federaciones aunque la participación fue ostensiblemente superior en las pequeñas poblaciones que en las ciudades más grandes. “Eso pone de manifiesto que no se ha hecho campaña en contra y que no ha habido instrucciones”, señala un dirigente provincial no afecto a Pedro Sánchez.

Desde el lado del secretario general, sin embargo, se considera que “los militantes han votado libremente al margen de lo que piensen los dirigentes”. Estos interlocutores no tienen pruebas de que los barones territoriales desafectos han hecho subrepticiamente campaña a la contra. Más bien se ha observado pasividad. Todas las miradas estaban puestas en Susana Díaz, presidenta de Andalucía, que esta mañana pidió públicamente el apoyo para Pedro Sánchez “para que sea presidente del Gobierno”.

En Andalucía la participación ha sido baja en las capitales en contraste con las pequeñas poblaciones en las que los militantes acudieron en mucha mayor proporción. Algo similar ha ocurrido en Extremadura cuyo presidente, Guillermo Fernández-Vara, ha exhibido su voto a favor de la política de pactos que Pedro Sánchez solicitaba. También se vio al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, votar a favor de la consulta. Pero la dinámica general entre los dirigentes territoriales fue de cierta inhibición, salvo la presidenta balear, Francina Armengol, así como la líder vasca, Idoia Mendia; el secretario general de los socialistas de Castilla y León, Luis Tudanca; de Cantabria, Eva Díaz Tezanos; de Madrid, Sara Hernández; y de Murcia, Rafael González Tovar. En suma, los afectos a Sánchez.

Principios socialistas

La discusión sobre la idoneidad de pactar o no con Ciudadanos no parece que haya influido en los militantes que podrían estar en principio más inclinados a un pacto por la izquierda, según fuentes de diversas federaciones. No obstante, el problema de Sánchez con sus barones se produjo en dos comités federales —los días 28 de diciembre y 30 de enero— por el resquemor que producía un posible pacto con Podemos. El texto propuesto sugiere, sin embargo, que puede haber pactos en distintas direcciones. Y esto es lo que ha avalado la militancia socialista.