Hace una semana tuve la oportunidad de participar en un acto entrañable. En Valle Gran Rey descubrimos una escultura y le dimos nombre a una rotonda en recuerdo de un personaje singular y baluarte en la defensa de la cultura popular gomera: José Ortiz ‘El Mago’. Evocar su nombre es hablar de tradición,de un firme compromiso por defender lo que nos hace verdaderamente singulares. Él,tristemente,ya no está entre nosotros,pero permanece vivo su legado.
Somos hijos de otro tiempo donde la educación,los valores y el saber ancestral se transmitía a través de las generaciones. Y la pervivencia del folklore,de nuestro baile del tambor y del silbo gomero,es fruto de gente como este hombre. Una persona sencilla,de gran corazón,humildad y de una calidad humana difícilmente entendible en nuestros días.
José Ortiz nació en Chipude en 1941. Fue un hombre recio,amable y de firme voluntad; trabajador incansable,le dio a Valle Gran Rey una vida que fue la suya y regaló lo mejor que tenía: su conocimiento,su buen hacer y su pasión por su gente y su isla. A veces nos olvidamos de las personas que han marcado de alguna manera un hito en nuestra historia reciente. Nos pasamos el día ensimismados en el trabajo,liados con demasiados asuntos que nos hacen perder la verdadera perspectiva de las cosas. Pero no debemos caer en el olvido y,mucho menos,con personas de la talla de José Ortiz.
En La Gomera,hablar de tradición,de folklore y de silbo es,qué duda cabe,hablar de este hombre afable y de sonrisa perenne. Quienes tuvimos la suerte de conocerle y verle tocar en cada fiesta,sentimos una admiración y un profundo respeto pues tanto él como otros tantos,supieron mantener viva una cultura que parecía abocada al olvido.
Un reconocimiento compartido por todas las instituciones públicas y los ciudadanos de la isla,solicitado por unanimidad por el Ayuntamiento de Valle Gran Rey y culminado desde el Cabildo Insular.
Es por ello que desde el Cabildo Insular llevaremos a Pleno el inicio de los trámites para que el baile del tambor sea declarado Bien de Interés Cultural. Y lo hacemos porque la memoria es frágil,porque el valor que tiene el folklore gomero merece este reconocimiento,porque debemos proteger ese legado y mantenerlo y divulgarlo para las futuras generaciones.
Quienes hemos tenido la suerte de nacer y vivir en esta isla hemos bebido desde niños esta tradición. Su característico baile apoyado en el resonar de las chácaras y los tambores y en unos romances que hielan la sangre son el recuerdo más vivo de nuestro pasado más ancestral.
Es nuestro deber conservarlo; darlo a conocer. José Ortiz merece que mantengamos este legado vivo,que lo cuidemos y lo transmitamos. Porque La Gomera no se entiende sin este baile y porque,no nos engañemos,forma parte de nuestra identidad como pueblo.
La rotonda que lleva su nombre se convertirá en el símbolo del recuerdo de nuestras tradiciones más profundas. José Ortiz,allá donde estés,siéntete orgulloso de haber sembrado entre tu gente la semilla del cariño y la admiración.
Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera