IRENE HDEZ. VELASCO .- «Querido Papa Francisco: somos un grupo de mujeres de todos las partes de Italia (y no sólo) que te escribe para romper el muro de silencio e indiferencia con que nos topamos a diario. Cada una de nosotras está viviendo,ha vivido o querría vivir una relación de amor con un sacerdote del que está enamorada».
Así arranca la carta que 26 mujeres han enviado a Francisco pidiéndole que reconsidere la imposición a los sacerdotes de mantenerse célibes. «Quizás se sabe poco del devastador sufrimiento al que está sujeta una mujer que vive con un cura la fuerte experiencia del enamoramiento. Queremos,con toda humildad,poner a tus pies nuestro sufrimiento para que algo pueda cambiar no solo para nosotras,sino para el bien de la Iglesia»,escriben estas mujeres,que se han puesto en contacto entre ellas a través de Internet y de algunos de los blogs que abordan esa cuestión.
La misiva en la que piden a Francisco la abolición del celibato la enviaron por correo certificado hace aproximadamente un mes,acompañada de los teléfonos de algunas de las firmantes. Sin embargo,hasta el momento no han tenido ninguna respuesta por parte del Papa. Es por eso,y por su deseo explícito de abrir un debate en la sociedad sobre este asunto,por lo que ahora han decidido filtrar el contenido de la carta a la prensa.
Abierto a la discusión
Las 26 mujeres que firman la carta se muestran esperanzadas de que Francisco,un Papa que desde su elección está llevando a cabo cambios revolucionarios en la Iglesia,puede ser receptivo a su problema y abrir un debate sobre el celibato. El Pontífice no se ha pronunciado sobre el celibato desde su elección en marzo del años pasado,pero su brazo derecho,el cardenal Pietro Parolin,sí que ha dejado claro que es un argumento abierto a la discusión.
«El celibato no es un dogma de la Iglesia y se puede discutir porque es una tradición eclesiástica»,señalaba Parolin en una entrevista en septiembre pasado,un mes antes de asumir el cargo de secretario de Estado Vaticano.
Ya en marzo de 2010 unas 40 mujeres italianas enredadas en amoríos con sacerdotes le mandaron una carta a Benedicto XVI después de que éste saliera defendiendo públicamente «el valor sagrado del celibato» en la que le explicaban lo terrible que para algunos curas resulta el no poder vivir abiertamente su relación de amor y pidiéndole que reconsiderara su postura.
Unos 700 curas cuelgan al año los hábitos,según datos de Anuario Estadístico de la Santa Sede. Aunque no hay cifras sobre la causa por la que deciden abandonar el sacerdocio,se sospecha que muchos de ellos lo hacen para poder casarse.