Si un buque está ligado directamente a la bahía de San Sebastián de La Gomera en los últimos 20 o 25 años,ese es el patrullero de la Armada Española ‘Tagomago’.
Botado el 14 de Febrero de 1980 y entregado a la Armada el 30 de Enero de 1981 fue testigo de numerosos actos relacionados con las Jornadas Colombinas de La Gomera y desde su cubierta en diversas ocasiones fue lanzada la Corona de Laurel en homenaje a los marineros que a lo largo de la historia han perdido la vida en el mar.
‘El Tagomago’ recibió además un 6 de septiembre de 1994 en la explanada del puerto de San Sebastián,la Bandera de Combate’ a cargo de su ‘madrina’,Remedios Montañez Díaz en el transcurso de un acto al que asistieron diversas autoridades y numeroso público a modo de agradecimiento por la presencia constante de la embarcación en la Efemérides del Descubrimiento de América,coincidido con la partida de Colón de la Bahía de la capital gomera.
El patrullero,perteneciente a la clase ‘Anaga’,junto a otras nueve embarcaciones de similares características,fue diseñado especialmente para el servicio de vigilancia de costas,pesca y salvamento en caso de naufragio o accidentes en la mar.
El periódico El País en una crónica de su corresponsal en Canarias,Carmelo Martín,señalaba el 25 de septiembre de 1985 que
Fue construido en los astilleros de San Fernando en Cádiz y en su larga historia uno de sus principales episodios tuvo que ver con el ataque que recibió en el Banco Sahariano el 21 de septiembre del año 1985,mientras realizaba labores de búsqueda del pesquero ‘Junquito’. En aquella ocasión recibió 48 impactos de bala procedentes de la costa según informó el Ministerio de Defensa español de la época.
El periódico ‘El País’ en una crónica de su corresponsal en Canarias,Carmelo Martín,señalaba el 25 de septiembre de 1985,que “el Tagomago (PVz22),con base en Canarias,no repelió el ataque con fuego real de que fue víctima el pasado sábado a 0,8 millas (1,5 kilómetros) de la costa saharaui en su extremo sur porque la munición empleada por los agresores era superior a la que posee el buque de guerra español,reconoció ayer en Las Palmas el comandante de dicho barco,teniente de navío Francisco Olmos Vargas”.
Apuntaba el periodista que el barco “ sólo dispone en su cubierta de un cañón de tres pulgadas y de una ametralladora de 20 milímetros,en la proa y en la popa,respectivamente. Dicha patrullera arribó ayer a las diez de la mañana,hora peninsular,al muelle norte del arsenal de la base naval de Las Palmas (Canarias). Inmediatamente después,Olmos Vargas se entrevistó con el jefe de la Zona Marítima de Canarias,vicealmirante Sánchez Ocaña y Erice. La tripulación recibió órdenes de no dialogar con los medios de comunicación”.
“El incidente sufrido por el pesquero artesanal canario El junquito,que se encuentra en la actualidad completamente hundido,según aseguraron ayer fuentes militares,ha puesto de nuevo sobre el tapete la reiterada petición de los pescadores canarios para que se refuerce la vigilancia y protección militar española en un caladero en el que faenan algo más de 1.000 embarcaciones a lo largo de 500 millas de costa (unos 1.000 kilómetros por carretera) entre cabo Juby,al norte,y cabo Blanco,al sur”.
“El Tagomago recibió cuatro impactos de 20 centímetros de diámetro algo más arriba de la línea de flotación,así como uno más en la chimenea,y fue alcanzado,además,por un cohete que estalló en el puente de mando y que fue el que dio muerte al cabo segundo de artillería José Manuel Castro Rodríguez. El armamento utilizado contra,el Tagomago fue una ametralladora de 12,7 milímetros y cohetes de 40 milímetros.
«El fuego fue instantáneo. Duró unos minutos y fue realizado por sorpresa y con dirección de tiro. No pudimos localizar a nuestros agresores a pesar de la proximidad a la costa. La visibilidad era de tres millas porque había mucha calima. Nuestros agresores estaban parapetados aprovechando que aquel lugar es bastante acantilado. Íbamos en una misión de salvamento,y lo primero que me pasó por la cabeza fue abandonar el lugar,para salvar a la tripulación y para que no me hundieran»,declaró el comandante de la patrullera,Olmos Vargas.”
Por su parte,uno de los dos militares heridos en el ametrallamiento de la patrullera Tagomago,el cabo primero electricista José Manuel Ferreiro,de 25 años,dijo ayer en el hospital militar de Las Palmas,donde se recupera de sus lesiones en la pierna izquierda: «Me pareció una eternidad; creí que me habían volado parte del cuerpo». El otro marinero que sufrió daños en el citado ataque al buque militar español,el cabo segundo de marinería Francisco Sánchez Grane,recuerda que se encontraba de guardia en la sala de máquinas. «Cuando me asomé»,añadió,»recibí un impacto en el brazo y regresé al punto de donde había partido».
Durante muchos años tuvo su base de estacionamiento en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria,pero desde junio del pasado año 2012 está instalado en el puerto de Málaga.