JUAN S. SÁNCHEZ .- El ex jugador del RC Náutico Matt White,nacido en Nueva York el 15 de agosto de 1957,fue encontrado muerto el pasado lunes en su domicilio de Media,en el estado de Pennsylvania. Una cuchillada en el cuello acabó con su vida. La autora del crimen fue su esposa,Reyes García,una vallisoletana con la que contrajo matrimonio después de conocerse en la capital pucelana donde White defendió los colores del histórico Miñón para disputar sólo la Copa Korac en la temporada 1979/1980.
El motivo del suceso ya ha sido desvelado por la propia autora,detenida de inmediato y acusada de asesinato en primer grado,homicidio y posesión del arma del crimen. Al parecer la esposa de White le había sorprendido viendo pornografía por internet. “Tuve que hacerlo,le cogí viendo pornografía. Unas chicas jóvenes”,declaró Reyes García,que esperó a que White se durmiera para asestarle una puñalada mortal en el cuello a la que White no pudo sobrevivir.
Este fue el triste final para la vida de uno de los jugadores norteamericanos que más campañas ha militado en la historia de la competición nacional. White estuvo durante nueve años en España,uno de ellos en las filas del RC Náutico donde dejó buena muestra de su seriedad y profesionalidad en una época donde eran pocos los jugadores llegados desde el otro lado del Atlántico que se dedicaban íntegramente a su profesión y cumplían los compromisos adquiridos con los clubes.
Una trayectoria regular
White construyó una sólida carrera como jugador de baloncesto desde sus 2,08 metros de altura. Fue un pívot sobrio,sin demasiada estridencias. Cumplía bien su cometido de trabajar para el equipo,rebotear y ayudar en la anotación. El jugador fue pieza clave en la histórica presencia de su universidad de Penn State en la Final Four de la NCAA en 1979. Después de un duro trayecto por la Big Ten Conference,el equipo de White se plantó en las semifinales para medirse a la Michigan State University donde un tal Earvin Magic Johnson se encargó de acabar con su ilusión.
Tras ese año White fue elegido en el número 100 (quinta ronda) del draft por los Trail Blazers de Portland. Ante la imposibilidad de encontrar acomodo en la NBA,White puso rumbo a Europa y encontró una oportunidad de jugar en el Miñón Valladolid,donde la plaza de extranjero era para el legendario Nate Davis,pero Vicente Sanjuán lo fichó para jugar la Copa Korac,competición en la que sí podían alinearse dos norteamericanos.
En Valladolid,White tuvo un intérprete de lujo,Carmelo Cabrera. “Yo lo fui a recoger la primera vez que llegó”,recuerda del ex base grancanario,que mantuvo una estrecha relación con White,hasta el punto que vivían en el mismo residencial,en la calle Santo Domingo de Guzmán número 19,en apartamentos conjuntos.
Fue en esa época cuando White conoció a Reyes García. “La chica también jugaba al baloncesto”,cuenta Cabrera sobre la que posteriormente sería esposa de White y que tristemente acabó con su vida el pasado lunes. “Yo pensé que era la novia o la hermana de Samuel Puente,pero no era así y al final empezaron a salir juntos y se casaron”,relata el virtuoso ex jugador grancanario.
La descendencia
Fruto de aquel matrimonio,Matt White y Reyes García tuvieron dos hijos,Mateo y Ana. “Lo que más pena me da es que esos chicos se han quedado sin padre y se van a quedar sin madre”,reconoce Carmelo Cabrera,que define a White como “un hombre integrado,con inquietudes diferentes a las de los norteamericanos de aquella época que no tenían interés por aprender”.
Y es que White había estudiado español durante siete años en los Estados Unidos en su estancia en High School y en la Penn State University. “Era un hombre muy abierto,nos juntábamos muchas veces y cocinábamos,jugábamos al ajedrez. No era el típico jugador con esa mentalidad americana,cerrado,todo lo contrario”,afirma con tristeza Carmelo Cabrera,que lamenta “profundamente” el final trágico de su ex compañero.
Después de Valladolid y Tenerife,White emigró a Francia y retornó a España,donde jugó como nacional gracias a su matrimonio con Reyes García. Durante algunos años llegó incluso a plantearse su presencia en la selección nacional en la que se echaba de menos buenos jugadores interiores. Cacaolat Granollers,Oximesa Granada,Girona y Gijón fueron los últimos equipos en los que militó en España el malogrado jugador.
Penn State no le olvida
El fallecimiento de Matt White ha sido un palo muy duro para los que fueron sus compañeros en aquella inolvidable plantilla de Penn State que alcanzó la Final Four en 1979. White disputó un total de 85 partidos con los Quakers con los que promedió 8,2 puntos y 6,7 rebotes desde 1976 hasta que se graduó en 1979. El ex jugador del Náutico es líder histórico de su universidad en porcentaje de tiros de campo (63,3 por ciento) y en aquel glorioso camino hacia la Final Four del 79,White se agrandó para promediar 11,7 puntos y 7,5 rebotes. En la semifinal ante los Spartans de Michigan State,White sumó 13 puntos y 11 rebotes. “Para mí es un honor haberle entrenador y lo recordaré siempre tocando el piano en los hoteles donde nos quedábamos”,admitió el técnico Bob Weinhauer. Su compañero de habitación en aquellos años en el campus de Penn State,Ted Flick,le recuerda como “un hombre que siempre te estaba desafiando a debatir”. “Era un amigo leal y amable y lo fue durante tres décadas y media”,contó a un periódico local Bruce Bergwall. Los compañeros de White se reunirán en los próximos días para garantizar el futuro de los hermanos White.
REACCIONES
José Carlos Hernández Rizo
“Coincidí con Matt White al principio de la temporada de 1980. Le conocí antes,en su etapa en Valladolid y le fichamos para el Náutico pero sólo le entrené un partido porque antes de empezar la temporada me echaron. Aún así tuvimos una buena relación,hablábamos mucho de baloncesto,estuve varias veces en su piso,en la Cruz del Señor. Era muy buen tío,muy serio y muy responsable. Un pívot blanco de los de aquella época,gran reboteador y muy buen defensor”.
Carmelo Cabrera“Yo le di la bienvenida en Valladolid y fui su intérprete oficial. Siempre estaba traduciéndole hasta que un día me sorprendió porque me respondió en un español perfecto y cuando le pregunté que de dónde había salido aquella respuesta,me admitió que había estudiado español durante siete años. Llegó con una barba de esas estilo Abraham Lincoln,y eso que sólo tenía 22 años cuando vino. Tenía 208 centímetros de humanidad,un gran tipo. Es una pena que acabara así”.